Actualizado el 6 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López
La obesidad, que afecta a alrededor del 20% de la población española, es una enfermedad compleja que requiere un enfoque integral para su tratamiento. A menudo se piensa que se puede solucionar simplemente con dieta y ejercicio, pero este enfoque es demasiado simplista y erróneo. La realidad es que la obesidad es una enfermedad crónica que el paciente debe gestionar a lo largo de su vida, y la mera voluntad de adoptar hábitos saludables no es suficiente para abordar de manera efectiva esta condición de salud.
La importancia de la grasa parda en la obesidad
Para entender mejor la obesidad, es crucial considerar diversos elementos, entre los que destaca el tejido adiposo marrón, también conocido como grasa parda. Este tipo de grasa no solo está relacionada con la aparición del sobrepeso, sino que juega un papel fundamental en la regulación del peso corporal. La grasa parda, a diferencia de la blanca, no almacena energía, sino que la quema y genera calor, actuando como un órgano termogénico que ayuda a mantener la temperatura corporal.
Ricardo Moure, investigador y divulgador científico, explicó en un evento de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) que “el tejido adiposo marrón es grasa que quema grasa”. Este tejido está infiltrado entre la grasa blanca y su principal función es ayudar a metabolizar la energía. Mientras que la grasa blanca actúa como una reserva de energía, “la grasa parda hace lo contrario”, indicó Moure. Sin embargo, en personas con obesidad, este mecanismo de activación de la grasa parda a menudo se encuentra alterado.
Investigaciones que resaltan nuevas esperanzas
Recientemente, un estudio publicado en Nature Communications, liderado por investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha revelado un nuevo mecanismo que permite la activación de la grasa parda en ratones. Según el estudio, este proceso depende de una proteína llamada MCJ, que, según las autoras, representa “una diana prometedora para tratar la obesidad”.
Gema Medina Gómez, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinadora del grupo de investigación LIPOBETA, comentó en relación a esta investigación que “es un estudio de alta calidad y está en línea con trabajos previos de este grupo”. Destacó que el papel del tejido adiposo marrón como posible objetivo para la prevención y tratamiento de la obesidad está abriendo nuevas vías de estudio en otros campos, como las enfermedades cardiovasculares.
Desafíos en la activación de la grasa parda
A pesar de los avances en la investigación, todos los intentos hasta ahora de activar la grasa parda mediante fármacos han fracasado en gran medida. Aunque algunos tratamientos han demostrado ser capaces de activar este tejido, han presentado efectos secundarios indeseables, especialmente a nivel cardíaco. Por este motivo, es vital comprender los mecanismos moleculares que pueden llevar a activar la grasa parda sin provocar efectos adversos.
Conclusión: el camino hacia un tratamiento más efectivo
La activación de la grasa parda no solo podría prevenir el aumento de peso, sino que también ofrecería la posibilidad de reducir el sobrepeso en pacientes que ya padecen obesidad. Sin embargo, aún queda mucho por investigar y esclarecer en este campo. El principal desafío radica en descubrir la manera efectiva de activar este tejido sin comprometer la salud del paciente.
En resumen, la comprensión de la obesidad como una condición multidimensional es crucial para avanzar en su tratamiento. Mientras continuamos investigando la activación de la grasa parda y su potencial en la lucha contra la obesidad, es imperativo que los pacientes y los profesionales de la salud trabajen de la mano para desarrollar enfoques más integrales que vayan más allá de la mera dieta y ejercicio.


