Conoce el Trastorno Afectivo Estacional: fototerapia y vitaminas como solución

Actualizado el 5 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López

Con el cambio de estaciones, especialmente al entrar el invierno, muchas personas pueden experimentar cambios en su estado de ánimo. Sin embargo, cuando esos cambios son tan marcados que interfieren en la vida diaria, estamos ante un fenómeno conocido como trastorno afectivo estacional. Este trastorno tiene implicaciones significativas para la salud mental, y el psicoterapeuta Raúl Padilla nos brinda información sobre cómo prevenirlo y cuáles son las opciones de tratamiento disponibles.

Entendiendo el trastorno afectivo estacional

El trastorno afectivo estacional se relaciona con los cambios en la luz natural a lo largo del año. Como destaca Padilla, “el ser humano es un animal diurno. Tenemos un reloj interno que nos dice cuándo debemos descansar y cuándo activarnos, y la luz es un detonante del mismo”. Este reloj biológico, sencillo y natural, se ve alterado durante los meses de mayor oscuridad, lo que puede resultar en cambios de ánimo y energía.

A medida que se acerca el equinoccio de otoño, la duración del día se acorta progresivamente hasta alcanzar su mínimo en el solsticio de invierno. Este patrón natural influye no solo en el comportamiento de los seres humanos sino también en el de otros animales, que suelen ralentizar sus actividades y almacenar energía para la hibernación. “El ser humano no hiberna, pero puede verse afectado emocionalmente de manera similar a la depresión mayor, aunque este cuadro se presenta exclusivamente en determinadas épocas del año”, agrega Padilla.

Síntomas del trastorno afectivo estacional

Los síntomas del trastorno afectivo estacional presentan similitudes con los de la depresión, manifestándose a través de diferentes signos que pueden afectar la calidad de vida de la persona. Entre ellos, encontramos:

  • Apatía o falta de energía.
  • Tristeza o sensación de decaimiento.
  • Desinterés por actividades que antes eran placenteras.
  • Sentimientos negativos sobre sí mismo o sobre el futuro.
  • Alteraciones en el apetito y el sueño.

De forma más específica, Padilla señala que hay signos particulares del trastorno afectivo estacional en invierno, que incluyen:

  • Preferencia por alimentos altamente calóricos, especialmente ricos en hidratos de carbono, que pueden llevar a un aumento de peso indeseado y descontento con la imagen corporal.
  • Búsqueda constante de la cama y hipersomnia, lo que significa que, a pesar de dormir más horas, la persona se siente cansada.

¿Cómo se trata el trastorno afectivo estacional?

Para abordar el trastorno afectivo estacional, se centra el tratamiento en la regulación de la serotonina y en mitigar los efectos negativos de su déficit. Según Padilla, la fototerapia es un tratamiento eficaz. Consiste en la exposición a una fuente de luz que simula la luz solar, evitando el rango ultravioleta que es dañino. Esta exposición, que se recomienda realizar a primera hora de la mañana durante aproximadamente media hora, muestra resultados positivos tras unas semanas.

Además, el tratamiento puede incluir el uso de fármacos antidepresivos, especialmente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Estos medicamentos permiten que la serotonina perdure más tiempo en el organismo antes de ser procesada, ayudando así a mejorar el estado de ánimo. También se menciona la administración de suplementos de vitamina D, que puede contribuir a regular la producción de serotonina, aunque los resultados varían entre individuos.

Consejos para prevenir el trastorno afectivo estacional

Padilla afirma que uno de los aspectos positivos de los trastornos afectivos estacionales es su predictibilidad. “Más del 70% de quienes los sufrieron un año, los volverán a padecer en las mismas fechas el siguiente año”, explica. Esto permite a las personas que han buscado tratamiento previamente aplicar un plan de acción anticipado, comenzando las intervenciones antes de que los síntomas aparezcan.

Siempre habrá una alteración anímica con el cambio de estación, debido a las diferencias en nuestro entorno. Sin embargo, es esencial diferenciarlos de un simple día triste por la falta de luz”, añade. Es indispensable tener en cuenta esta realidad emocional, que puede afectar profundamente la calidad de vida de las personas durante los meses más oscuros.

En resumen, tanto la intervención profesional como la conciencia sobre estos trastornos estacionales pueden ayudar a millones de personas a enfrentarse a los desafíos que traen los cambios de estación, fomentando una vida más equilibrada y saludable a pesar de lo que el clima imponga.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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