Conoce tus impulsos: el psicólogo analiza la explosiva reacción de Montoya por celos

Actualizado el 11 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López

La reacción de Jose Carlos Montoya, conocido artista sevillano y participante en la Isla de las Tentaciones, ha captado la atención de los medios y de las redes sociales debido a una intensa escena de celos. En este momento, Montoya se desgarra la camiseta y, sin parar de gritar, sale corriendo en busca de su novia.

Comprendiendo los celos

Los celos, muchas veces malinterpretados, son una emoción compleja que surge ante la percepción de amenaza o abandono en una relación. Como explica el psicólogo José Martín del Pliego, «los celos son una emoción de alerta». Sin embargo, es crucial entender que los celos no son un indicativo de amor. Representan más bien un miedo a perder a alguien o algo que creemos que nos pertenece, fomentando una mentalidad posesiva que puede resultar perjudicial.

En el caso de Montoya, la situación que desencadenó su reacción fue una fuerte sensación de abandono. Como señala el experto, «sufre un sentimiento momentáneo de abandono que no puede controlar». Esto se traduce en gritos y en una carrera desbocada en busca de su pareja, lo que refleja su personalidad efusiva y poco regulada emocionalmente.

El comportamiento impulsivo de Montoya

Analizando su perfil psicológico, Del Pliego enfatiza que, pese a que Montoya tiene 30 años, su forma de reaccionar ante los celos es «más típica de los adolescentes». Esto se debe a que muchos adultos jóvenes no han aprendido a manejar sus impulsos adecuadamente. La clave de esta regulación emocional reside en el desarrollo del neocórtex, la parte del cerebro encargada de frenar reacciones impulsivas, que no madura completamente hasta alrededor de los 25 años.

Montoya, aunque se muestra «bastante seguro», también tiene una faceta vulnerable. El experto lo describe como «extrovertido, social, efusivo y sentimental», pero también profundamente impulsivo, una combinación que lleva a explosiones emocionales en momentos de estrés, como ocurrió durante la grabación del programa.

Cuando se presenta una situación de celos, muchos adultos responden de manera diferente. Pueden sentir la misma intensidad emocional, pero el manejo de estas sensaciones es lo que distingue a unos de otros. Los que tienen un mayor control emocional son capaces de gestionar sus sentimientos internamente, sin llegar a exhibir comportamientos tan explosivos como los de Montoya.

Superar los límites del impulso

El autoconocimiento se vuelve crucial para aquellos que luchan con estas emociones desbordantes. Para manejar mejor sus impulsos, el experto aconseja: «Lo primero que debe hacer es conocerse a sí mismo y a sus impulsos». Comprender qué situaciones pueden provocar dolor, frustración o ira permite a los individuos aprender a prevenir reacciones desmesuradas.

Además, Del Pliego subraya que el consumo de alcohol puede exacerbar la dificultad de autorregulación, pues esta sustancia desactiva los mecanismos que normalmente ayudan a gestionar las emociones en situaciones de estrés. Por lo tanto, es fundamental para las personas en situaciones similares que desarrollen estrategias para manejar sus emociones antes de que lleguen a ese punto crítico.

Este tipo de crisis emocionales no solo afecta al individuo, sino que también tiene un impacto significativo en sus relaciones personales. El aprendizaje y la autorreflexión son esenciales para un desarrollo emocional saludable, que permita actuar desde el entendimiento en lugar de la impulsividad.

Más allá de la explosión del momento

La escena protagonizada por Montoya es una representación evidente de cómo los celos pueden tomar el control. Su comportamiento sugiere momentos de desesperación y vulnerabilidad emocional. Es importante que, en este tipo de situaciones, las personas reconozcan que estos sentimientos son normales, pero deben ser manejados con cuidado para evitar consecuencias negativas en las relaciones y en la salud mental.

Identificar y nombrar las emociones permite a las personas no solo entender lo que les sucede, sino también buscar formas más constructivas de lidiar con ello. Al final, el objetivo es poder disfrutar de las relaciones de una manera más plena y saludable, libre de los temores que los celos puedan causar.

Así, la historia de Montoya nos sirve como un recordatorio de la importancia del autoconocimiento y la regulación emocional, herramientas vitales que todos podemos desarrollar para enfrentar mejor los retos emocionales que se presentan en nuestra vida cotidiana.

Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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