Controla el Fomo: expertos aconsejan limitar el uso del móvil y redes sociales

Actualizado el 12 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

“Hay gente que nada más recibir una notificación necesita verla y responder inmediatamente. Es un hábito nocivo porque nos hace perder muchísimo tiempo y sustentado en la ansiedad de perderse algo”, subraya Guillermo Fouce, psicólogo, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras. La conexión constante a través del móvil ha transformado muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, a menudo para peor.

La ansiedad del FOMO

La ansiedad a la que hace referencia el experto tiene un nombre: FOMO (Fear of Missing Out, por sus siglas en inglés), una condición cada vez más común, especialmente entre los más jóvenes. Según el último informe de Redes Sociales 2024 de IAB Spain, los españoles dedican, de media, una hora y ocho minutos diarios a estas plataformas, siendo los usuarios de 18 a 24 años los que pasan más tiempo conectados. Los motivos principales para usar redes sociales son entretenerse (82%), interactuar (67%) e informarse (56%).

Acerca del FOMO, Fouce señala que “se trata de una ansiedad construida y percibida que lleva a un enganche a la conexión más que al vínculo. Vivimos en un mundo con conexiones, pero sin vínculos”. Esto tiene consecuencias emocionales significativas. “Tenemos un tiempo limitado. Si lo dedicamos a cuestiones banales que se centran en likes y en relaciones superficiales, no vamos a construir vínculos importantes que nos ayuden y apoyen”, añade el psicólogo.

Rasgos y síntomas del FOMO

Contestar de forma instantánea a los mensajes puede ser una manifestación del síndrome FOMO, un cuadro que puede generar insatisfacción, estrés y baja autoestima, síntomas que se correlacionan con la depresión. Javier García Campayo, psiquiatra en el Hospital Universitario Miguel Servet, aclara que “los adolescentes tienden a sufrir este trastorno. Son muchos los factores que contribuyen a que caigan en una depresión, aunque uno de los que más preocupa a los profesionales de la salud es el impacto que tienen las redes sociales en esta etapa crítica, tanto para el desarrollo psicológico como emocional”.

García Campayo también menciona que una de las principales formas en que las redes sociales afectan negativamente a los jóvenes es a través de la comparación constante con otros adolescentes que parecen tener cuerpos perfectos y vidas de lujo. Esto les causa una baja autoestima. El especialista agrega que el miedo a perderse algo si no están conectados puede llevar al aislamiento social, reemplazando relaciones interpersonales reales por interacciones basadas en aplicaciones.

El impacto del uso excesivo del móvil

Estás a punto de disfrutar de tu plato favorito, de presenciar una escena emocionante en una película o de compartir una anécdota divertida, pero esos momentos se ven interrumpidos por la llegada de una notificación. En lugar de disfrutar del presente, te sumerges en el mundo virtual, dejando que la comida se enfríe y que las historias queden a medias. Este cambio constante de atención puede llevar a una insatisfacción general con la vida.

Consejos para controlar el uso del móvil

La clave para minimizar el impacto del FOMO y el uso excesivo del móvil radica en reducir el tiempo dedicado a las redes sociales y evitar caer en la adicción. Fouce propone varios pasos prácticos que se pueden implementar:

  • Registrar el tiempo que se pasa conectado: Conocer cuánto tiempo se está utilizando el móvil puede ser el primer paso hacia el control.
  • Desactivar las notificaciones: Estas alertas constantes pueden aumentar la ansiedad y afectar la concentración.
  • Buscar otros hobbies: Sustituir el tiempo en redes sociales con actividades enriquecedoras, como la lectura, puede beneficiar al cerebro.
  • Hacer ejercicio físico: Esta práctica no solo mejora la salud, sino que también se considera un potente regulador del estado anímico.
  • No mirar el móvil durante momentos sociales: Evitar el uso del teléfono mientras compartes tiempo con amigos o familiares ayuda a fortalecer los vínculos.
  • Dejar el móvil fuera de la habitación: Esto previene la tentación de usarlo al intentar dormir.
  • Limitar la participación en grupos de mensajería: Reducir el número de interacciones digitales libera tiempo para otras actividades.
  • Poner el móvil en modo avión al comer: Esta simple acción permite disfrutar de la comida sin distracciones.

Por último, Fouce enfatiza la importancia de buscar ayuda si una persona no puede controlar su comportamiento compulsivo con el móvil. “Si no es capaz de gestionar esta conducta, debe pedir apoyo para revertir la situación. Sería necesario un control externo”, concluye.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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