Actualizado el 19 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López
Los problemas de salud que pueden afectar nuestras capacidades para conducir no solo se limitan al consumo de sustancias como alcohol y drogas. Uno de los factores más preocupantes que se está detrás de una gran cantidad de accidentes de tráfico es la fatiga. Según alertan desde la DGT, se estima que la fatiga está involucrada en el 20-30% de los siniestros de tráfico.
Causas y efectos de la fatiga
La fatiga puede surgir principalmente de la falta de descanso adecuado, aunque hay otras circunstancias que pueden intensificar su impacto. Esto provoca que, ante una tarea prolongada, el rendimiento disminuya gradualmente, y la conducción durante largas horas puede comprometer aún más la seguridad al reducir nuestras capacidades esenciales.
Así lo señala la DGT: “Si realizas una tarea durante demasiado tiempo, llegará un momento en que no podrás continuar con eficacia”. Al conducir, esto puede ser letal, ya que nuestras habilidades fundamentales para circular de forma segura se ven gradualmente menoscabadas, exponiéndonos a situaciones de gran riesgo. Por ello, es crucial conocer los síntomas de la fatiga y tomar las medidas necesarias para descansar adecuadamente.
Síntomas de la fatiga
Es vital recordar que la fatiga afecta diversas capacidades en la conducción. La visión, el oído y la toma de decisiones son solo algunas de las habilidades que pueden verse comprometidas. Los síntomas aparecen de manera variada y pueden manifestarse de la siguiente manera:
A nivel de la vista
-
La visión puede volverse borrosa, dificultando el enfoque de objetos y reduciendo la agudeza visual.
-
Aumenta la frecuencia y duración de los parpadeos, lo que pe permite que los ojos se mantengan cerrados durante más tiempo.
-
Los ojos pueden parecer parcialmente cerrados, reduciendo el campo visual y reflejando somnolencia.
-
En casos de fatiga severa, pueden aparecer ilusiones ópticas, como luces o deformaciones en la carretera.
A nivel del oído
-
Pueden darse reacciones explosivas ante sonidos repentinos (como un claxon), lo que puede llevar a frenadas bruscas.
-
La sensibilidad auditiva puede disminuir, haciendo que partes importantes del tráfico sean ignoradas.
A nivel corporal
-
Sensaciones de pesadez son comunes en el cuerpo.
-
Pueden presentarse pequeñas migrañas y presión en la cabeza, especialmente en las sienes.
-
Dolores en la nuca y espalda dificultan la conducción, provocando cambios de postura peligrosos.
-
Hormigueos, picores y calambres en brazos y piernas también son frecuentes.
Más signos de fatiga
-
Los movimientos se vuelven más lentos y menos precisos, aumentando el riesgo en la carretera.
-
La frecuencia de maniobras disminuye, lo que puede llevar a una menor corrección de la dirección.
Se pueden observar cambios en el comportamiento, como:
-
Frecuentes cambios de postura.
-
Estiramientos y bostezos.
-
Movimientos repetitivos, como juguetear con los dedos sobre el volante.
Qué hacer en caso de fatiga
El primer paso al sentir fatiga es detener el vehículo y descansar. Sin embargo, existen medidas para prevenir la fatiga durante la conducción. Los expertos de Mapfre Salus sugieren:
-
Descansar 20 minutos cada dos horas, o cada 150-200 kilómetros.
-
Los mayores deben descansar más frecuentemente, así como aquellos que viajan con niños.
-
Durante los descansos, es recomendable caminar durante 10 o 15 minutos o tomar una breve siesta si es necesario.
-
Hidratarse con agua y refrescarse lavándose la cara.
-
Ventilar el vehículo y usar el aire acondicionado si hace calor.
-
Evitar comidas pesadas, alcohol y medicamentos somnolientos.
-
Mantener una charla relajada con los pasajeros y evitar música muy suave.
-
Si el sueño aparece, es mejor detenerse y dormir.
Consejos para evitar la fatiga al dormir
Para lograr un descanso reparador antes del viaje, sigue las recomendaciones de la Sociedad Española del Sueño:
- Ejercicio diario al aire libre, evitando actividades intensas antes de acostarse.
- Una dieta mediterránea con cenas ligeras favorece un mejor sueño.
- Reducir el alcohol y no fumar en las horas previas al sueño.
- Limitar el consumo de cafeína al menos seis horas antes de dormir.
- Mantener bajo control los niveles de ansiedad durante el día.
- Establecer un horario regular de sueño, acostándose y levantándose a la misma hora.
- Evitar comer, ver televisión o trabajar en la cama, reservándola solo para dormir.
- Minimizar el uso de pantallas iluminadas antes de dormir.
- No permanecer en la cama si no se puede conciliar el sueño de inmediato.
- En caso de insomnio, levantarse y practicar una actividad relajante, como leer o meditar.