Descubre cómo la aceptación puede liberar tu Navidad del estrés y la perfección

Actualizado el 14 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La Navidad, cargada de ilusión y magia, puede también convertirse en un periodo de estrés y presión para algunos. La búsqueda de la perfección en estas fechas puede arruinar las celebraciones de quienes sienten que deben cumplir con expectativas difíciles de alcanzar. En este contexto, es esencial reflexionar sobre cómo podemos abordar la Navidad de manera más libre y realista, aceptando su imperfección como un componente natural de la vida.

Respeto a todas las formas de afrontar la Navidad

Hay personas que no disfrutaron de la Navidad en el pasado o que simplemente no desean celebrarla por razones personales. Para estas personas, la presión adicional que a menudo ejercen familiares y amigos puede ser muy difícil de soportar. Tal como indica la psicóloga Silvia dal Ben, estas festividades están culturalmente ligadas a la felicidad, lo que provoca una ruptura de las expectativas sociales cuando alguien opta por no participar o no disfrutar. Las intenciones de quienes les rodean suelen ser buenas, pero intentar «arreglar la situación» puede generar malestar.

Dal Ben subraya que la clave está en la empatía y el respeto. Es importante comprender que cada persona vive las fiestas de manera diferente, y obligar a alguien a participar solo incrementa el malestar. Una actitud de apoyo y comprensión puede ser más útil, ofreciendo alternativas sin imponer nada.

Cómo decir adiós a la presión por la perfección en Navidad

La psicóloga destaca que, para aquellos que se sienten abrumados por la presión de tener unas fiestas perfectas, es esencial validar sus emociones. La aceptación de que no siempre estarán felices es un primer paso importante. Normalizar la mezcla de emociones que a menudo surgen durante la Navidad puede aliviar la culpa y la autoexigencia, permitiendo disfrutar de la época con mayor liviandad.

Además, es útil priorizar actividades y momentos que realmente aporten bienestar. Decir “no” a eventos o tareas que causan estrés es fundamental, al igual que reemplazar tradiciones que generen malestar por actividades que reflejen los propios deseos y valores, como un paseo tranquilo, una comida sencilla o incluso un tiempo de calidad para uno mismo.

Identificar situaciones que puedan ser difíciles de manejar, como las reuniones familiares tensas, y planificar la forma de abordarlas, también contribuye a minimizar el estrés emocional. Establecer límites saludables es vital para mantener el bienestar mental durante las festividades.

Consejos para unas Navidades sin estrés ni tensiones

Para quienes buscan disfrutar de unas Navidades más tranquilas y resignificar la presión por la perfección, aquí hay algunas recomendaciones prácticas:

  • Practicar la aceptación. Aceptar que la imperfección es parte de la vida ayuda a reducir la presión. Entender que no todo será perfecto ni siempre habrá buenos momentos permite disfrutar de la Navidad de forma más relajada.
  • Centrarse en lo emocional, no en lo material. Recordar que el fin último de la Navidad es disfrutarla y vivirla puede cambiar la perspectiva. Agradecer lo que sí está bien puede mejorar el bienestar emocional, como acentúa dal Ben.
  • Tomarse un respiro de las redes sociales. Estas plataformas tienden a presentar una visión idealizada de la vida. Limitar su uso y tener en mente que estas imágenes son solo una parte de la realidad pueden ayudar a reducir la comparación y, por ende, la autoexigencia.
  • Fijar límites y prioridades. No todas las tradiciones deben cumplirse a rajatabla. Seleccionar aquellas que realmente aportan alegría y descanso es crucial para disfrutar de las fiestas.

Actitud ante la tristeza

Es natural que aquellos que han experimentado pérdidas significativas o situaciones traumáticas no sientan ganas de celebrar la Navidad. En estos casos, aquellos que les rodean deberían mostrar una actitud comprensiva y disponible. Evitar minimizar su dolor con frases como “tienes que ser fuerte” puede ser clave para ofrecer un apoyo sincero.

Es preferible brindar compañía silenciosa, validar sus emociones y preguntar cómo se les puede ayudar, en lugar de suponer lo que necesitan, algo que ocurre frecuentemente sin que la gente se de cuenta.

En definitiva, la Navidad puede ser un momento para disfrutar, pero también un periodo lleno de retos emocionales. Abordarla con una actitud empática y comprensiva, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, puede contribuir a que todos encuentren un espacio de paz y felicidad, sin la carga de la perfección.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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