Descubre cómo una dieta antiinflamatoria puede prevenir graves problemas de salud

Actualizado el 15 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López

La inflamación silenciosa es un proceso que puede acontecer de manera asintomática, es decir, sin presentar síntomas evidentes. Este tipo de inflamación puede pasar desapercibida durante años y, al igual que un iceberg, “una vez detectada solo vemos una pequeña parte y puede causar graves problemas de salud sin que nos demos cuenta”, afirma Ángela Quintas, química clínica y experta en nutrición y reparación digestiva, quien también es autora del libro «De la salud a tu boca» (Planeta).

Manifestaciones sutiles de la inflamación

A menudo, las primeras señales de inflamación son tan sutiles que terminamos normalizando su presencia en nuestra vida diaria. Algunos de estos síntomas incluyen:

  • Cansancio persistente.
  • Problemas digestivos recurrentes.
  • Hinchazón abdominal.
  • Dificultad para perder peso.
  • Dolores articulares inexplicables.
  • Cefaleas frecuentes.
  • Cambios de humor.

Es común no relacionar estos malestares con la inflamación. Al no ser síntomas específicos, tendemos a atribuirlos al estrés, al envejecimiento, o a un estilo de vida ajetreado. Sin embargo, conforme señala la experta, “detrás de estas molestias cotidianas puede estar ocurriendo un proceso inflamatorio que, si no controlamos a tiempo, terminará por pasarnos factura”.

Factores que agravan la inflamación

Numerosos elementos pueden contribuir al incremento del riesgo de sufrir inflamación silenciosa. Según Quintas, los malos hábitos y una alimentación inadecuada son factores determinantes. Algunos alimentos asociados con la inflamación incluyen:

  • Ultraprocesados.
  • Azúcares refinados.
  • Grasas trans.
  • Productos ricos en omega 6.

Además, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de inflamación, tales como:

  • Falta de actividad física regular.
  • Estrés crónico.
  • Desequilibrio de la microbiota intestinal.
  • Exposición constante a toxinas ambientales y contaminantes químicos.

Consecuencias para la salud

El impacto de la inflamación crónica o silenciosa en la salud es significativo y puede acarrear diversas enfermedades graves, entre las que se encuentran:

  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Diabetes tipo 2.
  • Obesidad.
  • Cáncer.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Infecciones persistentes.
  • Enfermedades neurodegenerativas.
  • Aumento de volumen corporal sin exceso de grasa.

Un recurso útil que los profesionales de la salud emplean para evaluar la inflamación es el índice neutrófilo-linfocitos. “Este índice, que se obtiene a partir de un análisis de sangre, se calcula dividiendo el número de neutrófilos —glóbulos blancos que responden a infecciones e inflamación— entre el número de linfocitos, que forman parte de la respuesta inmunitaria”, explica Quintas.

Test para identificar signos de inflamación

Para que las personas puedan sospechar si están sufriendo de inflamación, Quintas propone una serie de preguntas. Algunas de ellas son:

¿Tienes dolores articulares frecuentemente?

¿Sufres de fatiga constante?

¿Tienes hinchazón abdominal a menudo?

¿Sientes que tu peso no se corresponde con tu volumen corporal?

¿Tienes problemas digestivos como diarrea, estreñimiento crónico o reflujo?

¿Experimentas cambios de humor repentinos?

¿Tienes antecedentes familiares de enfermedades inflamatorias?

Responder a estas preguntas puede ayudar a identificar la posibilidad de una inflamación silenciosa.

Interpretación de los resultados

La interpretación de las respuestas puede clasificar el riesgo de inflamación crónica de la siguiente manera:

De 0 a 5 respuestas afirmativas: probabilidad baja de inflamación crónica.

De 6 a 10 respuestas afirmativas: probabilidad moderada.

De 11 a 15 respuestas afirmativas: alta probabilidad.

De 16 a 26 respuestas afirmativas: probabilidad muy alta.

Si el resultado indica una probabilidad baja, se recomienda seguir una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, grasas saludables y fibra, evitando ultraprocesados y azúcares refinados. Para quienes presenten un riesgo moderado, es aconsejable ajustar la dieta y el estilo de vida, considerando suplementos de omega 3 y técnicas de control del estrés.

Si los resultados muestran una alta probabilidad de inflamación, es crucial consultar a un profesional de la salud y seguir un plan personalizado. Las necesidades son aún más apremiantes si se obtiene una puntuación muy alta.

El papel de la dieta en la inflamación

Ángela Quintas destaca la importancia de la dieta en el control de la inflamación. “Adoptar una alimentación equilibrada y rica en nutrientes antiinflamatorios nos permite reducir y, en algunos casos, revertir los efectos dañinos de la inflamación crónica”. Por ello, es fundamental realizar elecciones alimenticias conscientes y estar atentos a los signos que nuestro cuerpo nos envía. Con un enfoque proactivo en nuestra nutrición, podemos proteger nuestra salud y bienestar a largo plazo.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

Artículos similares
Publicidadspot_img
Otros Artículos Populares