Actualizado el 19 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La Prevención de la Enfermedad Renal Crónica
La prevención de la enfermedad renal crónica es un aspecto fundamental para mantener la salud de los riñones. Según los expertos, “es posible y muy simple”. Basta con seguir unos hábitos de vida saludables que incluyan:
Alimentación sana y equilibrada
Evitar la obesidad
Hacer ejercicio físico de forma constante
Tener unos niveles de colesterol normales
Tener el azúcar controlado
Tener la hipertensión controlada
No abusar de los medicamentos que dañan el riñón
La Importancia de la Detección Precoz
Uno de los grandes problemas de la enfermedad renal crónica es que se desarrolla de manera silenciosa. De hecho, cuando los síntomas son evidentes, es muy probable que ya se haya producido un daño significativo en el riñón. Como mencionan los expertos, “cuando aparecen signos evidentes, es porque hay fallo renal y es tarde”. La detección precoz a través de análisis que midan los niveles de creatinina y albúmina en orina es esencial para abordar la enfermedad en sus etapas iniciales.
Tratamiento de la Enfermedad Renal
La clave para afrontar la enfermedad renal crónica radica en su detección y tratamiento a tiempo. El tratamiento se debe enfocar en la causa que origina el daño renal. Si está relacionada con la diabetes, por ejemplo, “el primer paso es controlar la enfermedad”, enfatiza la especialista en Nefrología Patricia de Sequera.
Asimismo, si la causa se asocia a la hipertensión, el tratamiento se centrará en controlar la presión arterial. Para aquellos con problemas de obesidad, lograr una reducción de peso puede contribuir significativamente a mejorar la función renal. En todos los casos, el uso de medicamentos específicos resultará beneficioso.
Datos Preocupantes sobre la Enfermedad Renal Crónica
La enfermedad renal crónica es una patología que va en aumento. A nivel mundial, se estima que afecta a más del 10% de la población, y su prevalencia es aún más alta entre aquellos que presentan factores de riesgo como hipertensión, diabetes mellitus y obesidad. “Aumenta en pacientes con estas condiciones y también en personas de edad avanzada”, destaca De Sequera.
Uno de los puntos críticos es que la diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica, siendo responsable del 90% de los casos que requieren tratamiento renal sustitutivo. En este sentido, es fundamental que los pacientes con diabetes sean monitoreados de cerca en las consultas médicas, ya que “la diabetes supone la principal causa de necesidades de tratamiento renal”, agrega la experta.
Conociendo la Enfermedad Renal Crónica
La enfermedad renal crónica se caracteriza por una lesión en los riñones que, aunque inicialmente puede no presentar síntomas, resulta en una disminución del filtrado glomerular y puede ocasionar albuminuria. A pesar de su impacto significativo en la salud, no es tan conocida como otras condiciones como la insuficiencia cardiaca o la diabetes.
La falta de conciencia sobre esta enfermedad resulta preocupante debido a sus consecuencias en el riesgo cardiovascular, mortalidad y los costes sanitarios generados. La detección y prevención son claves para frenar esta tendencia alarmante.
Medicamentos y Estilo de Vida
Un factor adicional a considerar son ciertos medicamentos que, aunque utilizados comúnmente, pueden causar daño renal. “Algunos antiinflamatorios son ejemplos de fármacos que pueden perjudicar la función renal”, explica la especialista. La concienciación sobre el uso responsable de medicamentos es crucial para proteger la salud renal.
Finalmente, la adopción de un estilo de vida saludable es esencial no solo para prevenir la enfermedad renal crónica, sino también para mantener un buen estado general de salud. Este enfoque permite reducir el riesgo no solo de enfermedades renales, sino también de otros problemas de salud que podrían complicar la vida del paciente.
Conclusiones
La enfermedad renal crónica es una condición subestimada, pero con consecuencias graves. Es vital la concienciación sobre los factores de riesgo, la importancia de los controles médicos y el impulso hacia un estilo de vida más saludable. Así, se puede prevenir no solo el deterioro de la salud renal, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes.