Detectar a tiempo el cáncer de garganta mejora el pronóstico según especialista

Actualizado el 16 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

El cáncer de garganta abarca una variedad de enfermedades que afectan diferentes partes de esta zona, desde la boca y los labios hasta la laringe y la nasofaringe. Según Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten, este término engloba un espectro amplio de tumores, todos con características propias y síntomas que pueden ser engañosos. “El cuello es la parte que más se menciona coloquialmente, pero en realidad es un área pequeña con una complejidad significativa en términos de enfermedades”, aclara la especialista.

Factores de riesgo asociados al cáncer de garganta

Los factores de riesgo para desarrollar cáncer de garganta son bien conocidos y se relacionan predominantemente con hábitos nocivos. El “uso y abuso de tabaco y alcohol” está muy vinculado a varios tipos de cáncer en esta región, especialmente en la laringe y la boca. La combinación de estos dos factores suele aumentar significativamente el riesgo de desarrollar estas enfermedades.

Además, diferentes tipos de cáncer en esta zona pueden estar relacionados con virus específicos. Por ejemplo, los cánceres de nasofaringe están asociados al virus de Epstein-Barr. En años recientes, la oncóloga señala que “también ha surgido un nuevo factor de riesgo relacionado con el virus del papiloma humano (VPH), sobre todo en el carcinoma de orofaringe, que representa un cambio importante en la epidemiología de estas enfermedades”.

Síntomas de alerta de cáncer de garganta

Detectar el cáncer de garganta a tiempo es crucial, y eso empieza por conocer los síntomas de alerta. “Los síntomas son tan variados que, incluso un signolo que parece inofensivo, como un taponamiento nasal o una pérdida de audición persistente, debería motivar una consulta médica, sobre todo si no responde a tratamientos simples”. La especialista también menciona que “una alteración en la deglución, ya sea por dolor o molestias al tragar, es otra señal que no debe ser ignorada”.

Es fundamental no subestimar cualquier síntoma persistente en esta área. “Si se presenta un bulto que no desaparece, es recomendable buscar atención médica en un plazo de 10 a 15 días, en lugar de dejar pasar meses”, enfatiza López Criado. Esta realización rápida puede ser decisiva para un diagnóstico temprano.

Diagnóstico del cáncer de garganta

La detección temprana de alteraciones en la garganta es facilitada por su fácil exploración. “El equipo de otorrinolaringología suele ser quien, mediante una evaluación, puede identificar cualquier anomalía que sugiera la presencia de un tumor”, comenta la oncóloga. Un bulto que no mejora o un síntoma persistente debe ser citado rápidamente con el otorrino, quien podría realizar una punción o biopsia en un periodo de 15 a 20 días si es necesario.

La rapidez en la atención se vuelve esencial, ya que el tiempo entre la aparición del síntoma y el diagnóstico puede afectar significativamente el pronóstico. La experta subraya que “los tumores de nasofaringe suelen detectarse en etapas más avanzadas porque la localización hace que a menudo se presenten de manera más severa, mientras que síntomas visibles como úlceras en la boca permiten diagnósticos más tempranos”.

La importancia de la detección precoz

El diagnóstico precoz es un factor clave en el tratamiento del cáncer de garganta. Según López Criado, “cuanto más temprano se detecte, menos agresivos serán los tratamientos requeridos, lo que facilita una recuperación más rápida y una mayor tasa de curación”. Es preocupante en esta área el hecho de que a menudo se requieran tratamientos invasivos, como cirugías y radioterapia, que pueden alterar funciones vitales, como la deglución y la respiración.

“Por ello, un diagnóstico temprano se traduce en menos complicaciones y un regreso más fácil a una vida normal”, indica. En resumidas cuentas, “cuanto antes se diagnostique un tumor, muy probablemente el pronóstico será mucho mejor”. En estadios iniciales, “el pronóstico es excelente, y es raro que un paciente no logre recuperarse”, añade la especialista. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, el escenario cambia, especialmente al llegar a estadios avanzados donde los ganglios pueden estar comprometidos.

A la hora de abordar el cáncer de cabeza y cuello, López Criado menciona que “es posible llegar a un estadio IV sin que se haya diseminado a otros órganos, lo que es común en estos tipos de tumores”. La afectación en el cuello o en las amígdalas puede complicar aún más la situación. A pesar de estos desafíos, es importante recalcar que “los avances en tratamiento han mejorado significativamente la supervivencia y el manejo de esta afección si se aborda de forma rápida y adecuada”.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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