Actualizado el 22 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
Para gustos, colores, pero cuando las preferencias se transforman en necesidades, la diversidad se reduce notablemente. Dormir en pareja parece ser una opción romántica y atractiva; sin embargo, lo que el cuerpo realmente requiere podría ser un espacio personal. Anjana López, miembro del Grupo de Trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES), aclara que ‘‘no hay ninguna evidencia científica de que dormir solo o acompañado sea superior, ambas opciones presentan ventajas y desventajas’’.
Ventajas de dormir en pareja
López explica que compartir la cama puede ser beneficioso en algunos aspectos. Dormir abrazados, por ejemplo, estimula la liberación de oxitocina, conocida como la hormona del amor. Este proceso no solo genera una sensación de bienestar, sino que también refuerza la intimidad entre las parejas. Para quienes atraviesan momentos de ansiedad o estrés, dormir juntos puede ser un alivio que les aporte seguridad y tranquilidad, facilitando un sueño más reparador.
Inconvenientes de compartir la cama
Sin embargo, la especialista advierte sobre los inconvenientes que puede acarrear dormir en pareja. Uno de los principales problemas es la dependencia del sueño del otro. Esto se puede manifestar en diferentes horarios de sueños. Por ejemplo, si una persona se acuesta dos horas más tarde que su pareja, esto puede interrumpir el descanso de quien intenta dormir. La continuidad del sueño es crucial para una recuperación adecuada, ya que cualquier fragmentación puede derivar en un sueño poco reparador.
Otro aspecto importante son los ronquidos. López menciona que en su consulta recibe numerosas quejas de mujeres que no pueden descansar adecuadamente debido a los ruidos que produce su pareja al dormir. Además, el síndrome de piernas inquietas es una condición que puede afectar a uno de los miembros de la pareja, impidiendo que tanto esa persona como su acompañante puedan disfrutar de un sueño pleno.
El ‘divorcio para dormir’
Ante estas dificultades, López sugiere una práctica creciente conocida como ‘‘divorcio para dormir’’. Esto no implica una separación total, sino la opción de dormir en la misma habitación pero en camas separadas. Esta solución permite disfrutar de la compañía y el afecto de la pareja sin los inconvenientes de interferir en el sueño del otro. La experta sostiene que «es una forma de mantener la cercanía emocional mientras se prioriza la calidad del sueño”.
Consejos para mejorar el sueño
Además de esta alternativa, desde la Sociedad Española del Sueño (SEN) ofrecen otros consejos prácticos para mejorar los hábitos de sueño, entre los que se destacan:
- Seguir un horario de sueño regular; esto implica dormir las horas adecuadas según la edad.
- Llevar una vida saludable; el ejercicio regular es fundamental para un buen descanso.
- Evitar comidas copiosas y sustancias perjudiciales; el alcohol y el tabaco pueden afectar negativamente la calidad del sueño.
- Desaconsejan las siestas si existen problemas para conciliar el sueño nocturno, y si se opta por ellas, no deben ser más largas de 20 o 30 minutos.
- Crear un entorno propicio para dormir; asegurar que la habitación esté oscura y silenciosa, así como evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir para minimizar el estrés y la sobreexcitacion.
Conclusión
En definitiva, la decisión de dormir en pareja o solo no debe ser una cuestión de preferencias emocionales, sino que también debe considerar el impacto que tiene en la calidad del sueño de cada uno. Así que evaluar las ventajas y desventajas, y adaptar las rutinas de descanso a las necesidades individuales puede significar la clave para un sueño reparador y una mejor salud física y mental. ¿Cuál es tu opción preferida? Mantener la cercanía amorosa mientras se prioriza un buen descanso parece ser un buen camino a seguir.