Actualizado el 7 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La neurodivergencia está tomando un papel destacado en el ámbito laboral, ya que las empresas comienzan a apreciar el talento único que estas personas pueden ofrecer. Entre el 15% y el 20% de la población mundial es neurodivergente, como indica un estudio de Lindenwood University. Las organizaciones están reconociendo que esta diversidad puede convertirse en una fuerte ventaja competitiva, especialmente en un contexto donde hay escasez de talento.
¿Qué es la neurodivergencia?
El término neurodivergencia fue acuñado por la socióloga australiana Judy Singer en 1999, para describir la biodiversidad neurológica. María Marcos, psicóloga del Prado Psicólogos, explica que la neurodivergencia se incluye en los trastornos del neurodesarrollo según la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5). Así, se refiere a un procesamiento cognitivo que se aparta de lo neurotípico, lo cual no implica que exista un daño o enfermedad, sino que se trata de un enfoque diferente de aprendizaje y procesamiento de la información.
¿Cómo son las personas neurodivergentes?
Marcos señala que dentro de la neurodivergencia existen varias tipologías, como el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), y dificultades de aprendizaje como la dislexia o discalculia. Cada una presenta características singulares que marcan sus comportamientos y capacidades.
Algunas de estas características pueden incluir:
- Alta sensibilidad sensorial, como a sonidos o luces.
- Aptitud para reconocer patrones, detalles sutiles y vínculos.
- Creatividad excepcional y enfoques innovadores para resolver problemas.
- Dificultades en las interacciones sociales.
- Intereses profundos en temas específicos.
- Dificultades para organizar o gestionar el tiempo.
- Reacciones emocionales intensas o complicaciones en la gestión de emociones.
- Pensamiento analítico y detallado.
Las características pueden variar según el tipo de neurodivergencia, lo que hace que la identificación de las mismas sea un proceso complejo. “El proceso de evaluación no es sencillo, ya que las personas pueden reconocerse en algunas características, pero se necesita una evaluación exhaustiva que incluya pruebas neuropsicológicas y un análisis del entorno,” indica la especialista.
Dificultades y fortalezas según el tipo de neurodiversidad
Un estudio realizado por la Universidad Birkbeck de Londres revela que, dentro de las neurominorías, las personas con TDAH destacan por sus fortalezas en pensamiento creativo, razonamiento visoespacial y habilidades para hiperconcentrarse, aunque enfrentan retos en la gestión del tiempo y en la autorregulación. Estas dificultades pueden incluir insomnio y problemas emocionales, lo que les hace complicado mantener un empleo estable y trabajar en equipo.
Las personas autistas, por su parte, pueden contar con habilidades excepcionales en memoria, así como en áreas especializadas como la lectura o la música. Sin embargo, enfrentan desafíos en la gestión de tareas múltiples, concentración y habilidades de comunicación, además de necesitar rutinas establecidas para su bienestar.
Las personas con dispraxia o trastorno del desarrollo de la coordinación presentan dificultades en actividades como la conducción o el autocuidado. A pesar de estas complicaciones, muestran una alta capacidad de comprensión verbal. Además, el estudio señala que quienes padecen dislexia pueden destacar en emprendimiento y creatividad, aunque a menudo se enfrentan a dificultades en la alfabetización y gestión del tiempo.
El valor de la neurodiversidad en el ámbito empresarial
La neurodiversidad no solo puede influir positivamente en el rendimiento individual, sino que también puede transformar la cultura empresarial. Las organizaciones que fomentan un entorno diverso y inclusivo pueden beneficiarse de una gama más amplia de perspectivas y soluciones creativas, que pueden ser clave en la resolución de problemas complejos.
Desde un enfoque sociológico, la integración de personas neurodivergentes puede ser un fuerte activo para las empresas. Al formar equipos que valoren esta diversidad de pensamiento y habilidades, pueden abordar desafíos desde múltiples ángulos y encontrar soluciones innovadoras que de otro modo podrían pasar desapercibidas.
Por último, es fundamental que las empresas se eduquen sobre la neurodiversidad y implementen políticas inclusivas que no solo reconozcan las diferencias, sino que también valoren los talentos únicos que estas personas pueden aportar. Al hacerlo, no solo beneficiarán a empleadores neurodivergentes, sino que, en última instancia, estarán construyendo un lugar de trabajo más flexible, creativo y productivo.