Actualizado el 24 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La temporada navideña es un periodo de festividad y alegría, pero también puede resultar estresante. Las compras de regalos, las numerosas fiestas y los viajes a casa de familiares son factores que contribuyen a estos niveles de presión. Además, la ansiedad por gastar más de lo presupuestado, el dolor de extrañar a seres queridos, y las discusiones familiares son algunas de las otras fuentes de estrés que pueden amplificarse en esta época del año.
Señales de que estás estresado
Identificar los síntomas del estrés puede ayudarte a gestionarlo mejor. Estos síntomas pueden ser tanto físicos como psicológicos.
Entre los síntomas psicológicos podemos incluir:
- La falta de motivación o concentración.
- La irritabilidad.
- La ansiedad.
- La depresión.
Por otro lado, los síntomas físicos pueden manifestarse de las siguientes maneras:
- Dolor lumbar.
- Dolor de cabeza.
- Dolor estomacal o articular.
- Pérdida de apetito.
- Rigidez en los hombros.
- Fatiga visual.
- Insomnio.
- Diarrea o estreñimiento.
Además, una señal clara de estrés es el aumento del consumo de alcohol y tabaco, lo que a su vez puede llevar a cometer más errores o sufrir accidentes laborales, así como a llevar a un patrón de alimentación desmedido.
Claves para evitar el estrés navideño
Según Ovidio Peñalver, psicólogo terapeuta, la autogestión emocional es fundamental para afrontar las celebraciones navideñas con tranquilidad. La clave está en reconocer las señales de nerviosismo y aplicar automensajes que promuevan la calma. “Recordar que esto solo es una noche o simplemente respirar y relajarse puede ser útil. En ocasiones, ir al baño y hacer un pequeño ejercicio de respiración puede ayudarte”, sugiere Peñalver.
A pesar de que cada familia y situación es distinta, hay algunos consejos prácticos que pueden ayudar:
- Elegir con quién sentarse: Si asistes a una celebración con muchas personas, es recomendable optar por quien mejor te lleves, así como evitar sentarte cerca de alguien con quien has tenido conflictos.
- Establecer límites: No es necesario participar en todas las celebraciones. Si te sientes abrumado, es perfectamente válido decir que no puedes asistir. “Prioriza tu bienestar”, apunta Peñalver.
- Gestionar horarios: Si eres consciente de que ciertas conversaciones pueden desatar discusiones, anticiparte y retirarte antes puede ser efectivo.
- Controlar el consumo de alcohol: La moderación es clave, ya que el exceso de alcohol predispone a conflictos.
- Evitar temas sensibles: No abordar cuestiones delicadas, como la política o la crianza de los hijos, puede ser un enfoque acertado para mantener la paz.
- Tratar temas personales con respeto: En caso de que alguien esté pasando por una situación delicada, lo mejor es hablar en privado en lugar de hacerlo delante de otros.
- Gestión de expectativas: A menudo, las expectativas que tenemos sobre un evento influyen en cómo nos sentimos. Si sabes que hay tensiones familiares, puede que tu expectativa de pasar un momento agradable y relajado sea poco realista.
- Ser asertivo: Si hay un tema del que no deseas hablar, es importante expresar tus deseos de forma firme pero respetuosa. La asertividad implica comunicar claramente tus sentimientos sin ser agresivo.
La influencia del entorno en los niveles de estrés
“Llegamos a las Navidades con el cansancio acumulado desde el verano”, explica Peñalver. “El ambiente navideño, que incluye más luces, ruido y tráfico, añade una carga adicional. Si cocinarás en casa, deberás prepararte para dedicar más tiempo a la cocina, y si tienes hijos, tendrás que adaptarte a sus vacaciones.” Estos factores pueden acumularse y elevar los índices de estrés, fundamento en estudios que confirman el aumento de estos niveles en la época festiva.
Cómo enfrentar el estrés navideño
Es esencial implementar estrategias que permitan disfrutar de las fiestas sin la carga del estrés. La autogestión emocional, junto con la identificación de señales de estrés y el uso de técnicas específicas para manejar situaciones complicadas, son herramientas que no solo disminuirán la presión, sino que también favorecerán un entorno más ameno en estas celebraciones.
Con el enfoque correcto y un poco de planificación, es posible transformar la temporada navideña en un momento de alegría y conexión, minimizando el impacto del estrés en la celebración. Así que recuerda: la Navidad es tiempo de compartir y, sobre todo, de cuidar de uno mismo y de los demás.