Laura Fuster revela cómo la puntualidad refleja rasgos de personalidad clave

Actualizado el 14 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López

La necesidad de ser puntual puede llegar a ser un problema cuando la conducta está motivada por razones extremas o genera un impacto negativo en la vida de la persona, explica Laura Fuster. Aunque esta cualidad generalmente se valora positivamente, cuando se lleva al extremo o tiene raíces en factores como la ansiedad, la necesidad de control o el deseo excesivo de agradar, puede convertirse en una fuente de estrés, conflicto o autoexigencia poco saludable.

Buena gestión del tiempo

La gestión del tiempo es la capacidad de planificar, organizar y distribuir las tareas de manera efectiva para aprovechar al máximo las horas disponibles. Y las personas que gestionan bien su tiempo no solo logran ser más productivas, sino que también tienen mayores probabilidades de ser puntuales, explica Fuster, ya que dominan el arte de anticiparse a los imprevistos y mantener el control sobre su agenda.

Esta psicóloga pone un ejemplo para entender la relación entre la gestión del tiempo y la puntualidad: “Supón que tienes una reunión a las 9:00 AM y que el trayecto habitual dura 20 minutos. Una persona con buena gestión del tiempo no solo saldrá a las 8:40 h, sino que también tendrá en cuenta el tráfico, posibles imprevistos y la necesidad de aparcar. Además, revisará el material necesario para la reunión la noche anterior para evitar perder tiempo buscando documentos justo antes de salir”.

Miedo a la incertidumbre

La puntualidad también puede relacionarse con el miedo a la incertidumbre en personas que tienen una necesidad de mantener el control y evitar situaciones que puedan generar ansiedad. “El miedo a la incertidumbre, también conocido como intolerancia a la incertidumbre, se refiere a la dificultad para manejar situaciones impredecibles, cambios inesperados o cualquier tipo de ambigüedad”, explica Fuster.

En el contexto de la puntualidad, muchas personas que valoran ser estrictamente puntuales lo hacen como una estrategia para reducir la ansiedad que les provoca lo desconocido o aquello que no pueden controlar. “Podríamos decir que las personas que temen la incertidumbre tienden a planificar meticulosamente sus actividades. Ser puntuales les permite sentir que tienen el control de su agenda y que están evitando posibles situaciones imprevistas, como llegar tarde a una reunión y enfrentar con ello consecuencias incómodas”.

Eficientes y confiables

Cuando una persona combina organización y responsabilidad, se vuelve altamente eficiente y confiable, señala Laura Fuster. “No solo planifica bien su tiempo, sino que también asume con seriedad la importancia de cumplir con sus compromisos, lo cual se traduce en una reputación positiva y en relaciones saludables, tanto personales como profesionales”.

Por ello, personas con estos rasgos tienden a ser puntuales y a no faltar a los compromisos con los demás.

Características de las personas puntuales

Llegar a los sitios o a las citas siempre puntual e incluso antes de la hora refleja ciertos rasgos de personalidad, según explica la psicóloga clínica Laura Fuster. Entre estos rasgos destacan:

  • Responsabilidad: personas que tienen muy claro las consecuencias de sus actos y cómo lo que hacen puede influir en los demás.
  • Empatía: son capaces de ponerse en el lugar del otro y pensar que, si su tiempo es importante, el de los demás también.
  • Control: personas que les gusta tener controladas las situaciones.
  • Organización: suelen planificar con anticipación y gestionar bien su tiempo. Mantienen calendarios o listas de tareas para evitar imprevistos.
  • Autodisciplina: son capaces de priorizar actividades y evitar distracciones para llegar a tiempo.
  • Conciencia del tiempo: tienen una percepción clara del tiempo que toman las actividades y desplazamientos, lo que les permite hacer estimaciones realistas.
  • Fiabilidad: tienden a ser personas en quienes se puede confiar para cumplir con sus palabras y compromisos.
  • Perfeccionismo (en algunos casos): desean evitar errores, incluidas situaciones que generen críticas por llegar tarde.

Necesidad de agradar

La puntualidad también puede relacionarse con la necesidad de agradar a los demás por el deseo de obtener aceptación, aprobación y evitar conflictos o rechazos sociales. “Las personas que tienen una fuerte necesidad de agradar suelen ser puntuales como una forma de demostrar respeto, consideración y responsabilidad hacia quienes los esperan. Esto les ayuda a construir una imagen positiva ante los demás”, señala Fuster.

Las personas con una necesidad elevada de aprobación temen ser juzgadas negativamente si llegan tarde. “Prefieren ser puntuales para evitar comentarios que puedan poner en duda su responsabilidad o compromiso”, añade. Además, ser puntual refuerza la percepción de alguien como confiable, eficiente y profesional, “cualidades valoradas tanto en entornos laborales como sociales. Quienes buscan agradar suelen cuidar estos aspectos para ser bien considerados”.

Este enfoque integral sobre la puntualidad revela que ser una persona puntal no es simplemente un carácter, sino una combinación de habilidades y rasgos que se pueden cultivar y desarrollar a lo largo del tiempo. Implementar buenas prácticas de gestión del tiempo y trabajar en la autonomía emocional son pasos importantes para aquellos que buscan mejorar en este aspecto.

Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

Artículos similares
Salir de la versión móvil