Navidad punk: ser auténtico y reconocer cómo te sientes es clave según Amat

Actualizado el 18 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La Navidad, una época que tradicionalmente se asocia con la alegría y la celebración, puede convertirse en un desafío emocional para muchas personas. La soledad y la presión de ser feliz a menudo se intensifican en esta temporada, lo que puede tener un impacto negativo en la salud mental de los individuos. El psicólogo Víctor Amat, autor de libros como *Psicología punk* y *Autoestima punk*, reflexiona sobre la importancia de adoptar una perspectiva crítica y empática durante estas festividades.

La crítica de la psicología positiva en Navidad

Uno de los aspectos más problemáticos de la psicología positiva durante la Navidad es la promoción de la felicidad como un deber inquebrantable. El mensaje de que debemos ser felices a toda costa es una presión adicional que, lejos de ayudar, puede resultar abrumadora. “La felicidad, que de tanto mencionarla y ensalzarla se convierte, de hecho, en una obligación”, explica Amat. Este enfoque erróneo se manifiesta en mensajes como “sé tu mejor versión” o “libérate del estrés”, que a menudo carecen de un verdadero apoyo emocional.

Felicidad obligatoria

Amat considera que el verdadero problema surge cuando las personas se ven obligadas a forzar emociones que deberían ser espontáneas. “El día de Navidad es uno de los mejores del año, pero resulta injusto proponer que todos lo vivan de la misma manera”, argumenta. La empatía radica en reconocer que no todos se encuentran en el mismo estado emocional, ni tienen por qué disfrutar de las festividades de la misma forma.

La banalidad de la ‘mejor versión’

Además, la presión por ser la “mejor versión” de uno mismo puede resultar agotadora. “De tanto usarse, frases como ‘sé tu mejor versión’ se vuelven perversas”, señala Amat. Este tipo de consigna puede hacer que las personas se sientan aún más insatisfechas con ellas mismas, al no cumplir con una expectativa poco realista.

Dejar atrás el estrés

Otro de los mensajes que se repiten en esta temporada es el de dejar atrás el estrés. Sin embargo, el mismo Amat advierte que esta idea puede resultar contraproducente. “Es poco realista pensar que se puede escapar del estrés solo porque es Navidad”, afirma. La presión por comprar regalos, hacer planes y asistir a reuniones familiares puede aumentar la ansiedad en lugar de disminuirla.

Soledad en Navidad

La soledad de muchas personas se vuelve más evidente en Navidad. Algunos individuos enfrentan este momento sin compañía, lo que puede ser doloroso. Amat subraya la importancia de ser empáticos con aquellos que pasan estas festividades solos, ya sean jóvenes, personas en su madurez o adultos mayores. “Muchas personas sufren la falta de empatía que se muestra hacia aquellos que no tienen con quién compartir estas fechas”, reflexiona.

Además, hay quienes, a pesar de tener familia, experimentan soledad emocional. “Para algunas personas, la Navidad puede ser un sacrificio, ya que deben reunirse con alguien con quien no desean estar”, indica Amat, refiriéndose a situaciones complejas como el abuso o las relaciones tóxicas.

Un enfoque más empático

Frente a estos desafíos emocionales, Amat propone un enfoque más solidario y comprensivo. “Es esencial que las personas sean capaces de reconocer cómo se sienten”, dice. Si alguien asiste a una celebración y no se siente bien, como podría ser el caso de alguien que acaba de pasar por una separación o que ha perdido a una mascota, debería sentir que puede expresar su estado. “No estoy bien, pero aquí estoy y intentaré disfrutar”, debería ser el mensaje que una persona pueda dar.

Sus acompañantes, por su parte, también deberían cambiar su enfoque. En lugar de bombardear con preguntas sobre cómo se siente, proponen un acercamiento más sutil: “Si necesitas algo, aquí estamos”, lo que transmitiría más apoyo y respeto hacia el estado emocional de la persona.

La Navidad punk

Finalmente, Amat define lo que él llama la “Navidad punk”, que consiste en adoptar una postura escéptica frente a las demandas sociales en torno a las festividades. “La Navidad es como un jardín lleno de semillas de consejos que nadie ha solicitado”, dice. Lo esencial, según Amat, es reconocer nuestras emociones y las de los demás, abordando la Navidad con una perspectiva crítica y empática que permita un espacio para el dolor y la alegría por igual. Cada persona puede vivir estas festividades de la manera que le haga sentir mejor, libre de presiones externas.

En resumen, la Navidad puede ser un momento de contrastes emocionales, donde la soledad y la obligación de ser feliz se entrelazan. La clave está en la empatía y en permitirnos sentir auténticamente, sin presiones externas que nos lleven a sentir que debemos encajar en un molde determinado.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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