Actualizado el 26 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Las enfermedades neurológicas tienen un impacto significativo en la salud pública en España. Actualmente, se estima que entre 21 y 23 millones de personas padecen algún tipo de trastorno neurológico, que no solo afecta a los ancianos, sino también a jóvenes con condiciones variadas que influyen en su calidad de vida, situaciones económicas y laborales. Algunas de estas patologías, tales como la migraña, la esclerosis múltiple o la ELA, pueden ser tanto incapacitantes como mortales.
Datos sobre la mortalidad y la asistencia
Las enfermedades neurológicas son responsables del 19% de la mortalidad en España. Este porcentaje se eleva al 23,5% en mujeres y disminuye al 14,5% en hombres. Aunque cada año aumenta el número de fallecimientos por estas patologías, vale la pena destacar que el ictus no se incluye en esta tendencia ascendente. Esto se debe a los avances en investigación, el acceso a tratamientos eficaces y programas de prevención, que son motores de cambio, aunque se deben aplicar a todas las afecciones neurológicas, incluidas las menos evidentes.
Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), indicó que “la distribución por España de Unidades de Ictus y las opciones terapéuticas de los pacientes son la principal causa de la reducción de la mortalidad asociada a esta enfermedad”. A pesar de estas mejoras, el ictus sigue siendo la causa más frecuente de hospitalización neurológica y la tercera enfermedad por número de ingresos hospitalarios, una tendencia que probablemente se mantendrá en los próximos años.
La visión positiva de la salud cerebral
Durante la 76ª Reunión Anual de la SEN, se presentó el informe “Relación entre las enfermedades neurológicas y la salud cerebral”. Jesús Porta-Etessam, presidente de la SEN, resaltó que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otras instituciones están promoviendo la salud del cerebro, enfocándose en la prevención y el mantenimiento de una capacidad cognitiva adecuada. La salud cerebral abarca no solo la salud física, sino también la mental y cerebrovascular.
Para fomentar una salud cerebral óptima, Mar Mendibe, vicepresidenta de la SEN, enfatizó la importancia de prevenir desde la infancia y promover hábitos de vida saludables. Ella presentó un decálogo de recomendaciones para mantener un cerebro saludable:
- Realizar actividades que estimulen la actividad cerebral, como leer, escribir, jugar, realizar actividades manuales, o aprender un nuevo idioma.
- Evitar el sobrepeso y establecer una rutina de ejercicio físico regular, como paseos diarios de al menos 30 minutos.
- Eliminar tóxicos como el alcohol, tabaco, contaminación y drogas.
- Controlar factores de riesgo vascular, como presión arterial y diabetes, siendo la hipertensión un factor clave.
- Fomentar relaciones sociales y afectivas para reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
- Seguir una dieta equilibrada, prefiriendo alimentos naturales como frutas y verduras, y evitando grasas saturadas, azúcares y alimentos ultraprocesados.
- Dormir al menos ocho horas diarias para asegurar un sueño de calidad.
- Moderarse en el uso de pantallas digitales para evitar problemas de concentración y sueño.
- Proteger el cerebro de agresiones físicas utilizando cinturones de seguridad y cascos en actividades adecuadas.
- Eliminar el estrés manteniendo una actitud positiva y fomentando el buen humor.
Desafíos futuros en el tratamiento
En cuanto a la atención hospitalaria, el informe subraya que la demencia es la enfermedad con mayor estancia media por paciente, dado que estos pacientes suelen ser frágiles y presentan múltiples afecciones. A pesar de que la mortalidad por ictus ha disminuido, Camiña señala un reto significativo: mejorar el acceso a los cuidados adecuados para todos los pacientes neurológicos. “A menudo, solo las patologías que presentan una discapacidad física evidente reciben la atención necesaria, pero muchas veces estas enfermedades afectan la calidad de vida durante años”, lamentó.
Finalmente, Porta-Etessam hizo hincapié en la necesidad de impulsar la investigación en este campo. “Es crucial garantizar exploraciones adecuadas en lugares con acceso limitado a terapias avanzadas y acortar los tiempos de aprobación de fármacos para asegurar que los pacientes accedan a tratamientos eficaces de manera oportuna”, concluyó.
Así, la comunidad médica continúa trabajando para abordar los desafíos planteados por las enfermedades neurológicas, promoviendo la salud cerebral y buscando estrategias para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.