Actualizado el 17 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Con la llegada del frío, muchas personas comienzan a preocuparse por las infecciones respiratorias tales como las gripes o los resfriados. Sin embargo, también surgen otros problemas más serios, como las neumonías y enfermedades como la bronquitis y bronquiolitis. Estas patologías pueden ser graves para algunos pacientes si no se detectan y se tratan a tiempo. Aunque muchas de estas enfermedades comparten síntomas comunes, es vital saber cuándo hay que acudir a urgencias para descartar problemas mayores.
Síntomas de una bronquitis
Las infecciones que causan bronquitis aguda a menudo comienzan con síntomas típicos de un resfriado, como el goteo nasal, dolor de garganta y cansancio. Después de varios días, es posible que aparezca la tos, que puede comenzar como seca y luego evolucionar a una tos con flemas que pueden ser blancas e incluso cambiar a un color verde o amarillo. En algunos casos, la tos seca puede persistir hasta 3 o 4 semanas.
Otros síntomas que se pueden presentar son:
- Molestias en el pecho
- Ahogo
- Ruidos respiratorios anormales
- Sibilancias
No suele provocar fiebre elevada a menos que la bronquitis haya sido causada por un virus como el de la gripe o si se desarrolla una neumonía. Además, debido a sus síntomas, puede confundirse con un resfriado común, infecciones de vías respiratorias altas como la sinusitis, exacerbaciones asmáticas o incluso con neumonías.
Cuándo acudir a urgencias
Es fundamental comprender cuándo es necesario acudir al médico. Según la neumóloga Sheila Rincón López, “entre un 5% y un 10% de las personas que padecen bronquitis aguda vírica sufrirán una complicación con una infección bacteriana secundaria”. Así que es recomendable visitar a nuestro médico de cabecera si se presentan las siguientes condiciones:
- Fiebre alta o escalofríos con temblores
- Fiebre baja que persiste durante más de 3 días
- Mucosidad espesa de color verdoso oscuro (especialmente si tiene un mal olor)
- Tos con sangre
- Dificultad para respirar o dolor en el pecho
- Si se padece alguna enfermedad crónica que afecte al sistema respiratorio o cardiovascular.
Causas y tipos de bronquitis
En el contexto de la bronquitis, es importante comprender qué es y cómo se clasifica. Según la doctora Rincón López, “la bronquitis es una inflamación de los bronquios, que son las vías respiratorias que llevan el aire a los pulmones”. Esta condición se puede presentar de dos formas: aguda o crónica.
La bronquitis aguda normalmente dura unas semanas y suele ser causada por una infección respiratoria. La bronquitis crónica, sin embargo, implica una irritación o inflamación continua del revestimiento de los bronquios, siendo el tabaquismo la causa más frecuente en su desarrollo. Por lo general, la bronquitis aguda es causada principalmente por virus, “generalmente los mismos que causan los resfriados y la gripe”. Es habitual que la gente crea que la bronquitis aguda es consecuencia de un resfriado mal curado, aunque esto no significa necesariamente que haya sido mal tratado.
La incidencia de la bronquitis aguda tiene un patrón estacional, aumentando significativamente el número de casos durante los meses de invierno. Los grupos con alto riesgo incluyen a los fumadores, aquellos expuestos a irritantes o sustancias químicas, personas con enfermedades crónicas que afectan al sistema inmunitario, ancianos, niños pequeños y personas que sufren de reflujo gástrico.
Tratamiento para la bronquitis
En términos de tratamiento, los antibióticos generalmente no son efectivos para las personas con bronquitis aguda, ya que se estima que el 80% de los casos son causados por virus. Para aliviar los síntomas, la inhalación de broncodilatadores puede ser útil, especialmente para personas con asma o aquellos que son fumadores. También se pueden utilizar fármacos antitérmicos y analgésicos para mejorar el bienestar del paciente. Beber abundante líquido puede ayudar a fluidificar la mucosidad, además de considerar el uso de medicamentos mucolíticos. Sin embargo, los antitusígenos y expectorantes no suelen recomendarse en niños pequeños.
En resumen, ante la llegada de la temporada invernal es crucial estar atento a los síntomas de infecciones respiratorias y, en caso de duda, no dudar en consultar a los profesionales médicos. La detección temprana y el tratamiento adecuado son claves para evitar complicaciones graves.