Termina tu ducha con 30 segundos de agua fría y activa tu metabolismo

Actualizado el 5 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

¿Alguna vez has considerado terminar tu ducha matutina con agua fría? Si es así, ¡estás de suerte! Según especialistas en salud, esta práctica ofrece varios beneficios que podrían mejorar tu bienestar general.

Beneficios de las duchas frías

Como apuntan los expertos, las duchas con agua fría tienen un impacto positivo en la circulación sanguínea gracias a su efecto vasoconstrictor y relajante. María Sanz Almazan, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), menciona que estas duchas pueden generar una sensación de bienestar, reducir el estrés y mejorar la atención debido a la liberación de neurotransmisores y la activación nerviosa provocada por el frío.

Además, Luis Gallego, especialista en Traumatología y Medicina Deportiva, explica que la exposición al frío no solo activa una respuesta de termogénesis adaptativa en nuestro cuerpo, sino que también ayuda a conservar la temperatura adecuada. “La vasoconstricción de la piel en extremidades aísla los órganos internos del frío exterior”, señala. Por otro lado, “al pasar frío activamos la grasa marrón, la cual puede ayudarnos a quemar grasa”, explica Gallego.

La cantidad de grasa marrón, que es más común en las mujeres, aumenta con la exposición al frío y tiene la capacidad de producir calor mediante una proteína denominada UCP-1. Esta proteína permite que las mitocondrias disipen energía en forma de calor en lugar de almacenarla, lo que es beneficioso para el metabolismo.

El incremento de actividad de la grasa marrón está asociado con la mejora en la captación de glucosa por parte de los músculos, como lo indica Gallego. “Se ha demostrado que cuanto mayor es la cantidad de grasa marrón, menor es la variabilidad de la glucosa en sangre”, lo que puede proporcionar protección contra la diabetes y promover la longevidad.

Beneficios adicionales de la terapia de frío

En un análisis más amplio, se puede decir que las terapias con frío aportan una serie de beneficios significativos, tales como:

  • Estimulan el sistema nervioso

  • Aumentan la quema de grasa debido a la activación de la grasa marrón

  • Fortalecen el sistema inmunológico

  • Regulan la sensibilidad a la insulina y los niveles de glucosa en sangre

  • Combaten la inflamación

  • Contribuyen a la longevidad

  • Mejoran la calidad del sueño y liberan endorfinas, lo que mejora el estado de ánimo.

Implementando el frío en tu rutina

Antes de incorporar estos cambios, es importante entender que “los beneficios de la terapia con frío se intensifican conforme aumentamos nuestra capacidad de adaptación a esta”, advierte Gallego. Para comenzar, sugiere finalizar la ducha con 30 segundos de agua fría, un tiempo suficiente para que el cuerpo empiece a acostumbrarse. “Sí, 30 segundos”, enfatiza, mientras recuerda que “a medida que el tiempo pasa, el cuerpo se adapta al frío”.

También recomienda prácticas como “apagar la calefacción de forma ocasional, bajar el termostato o dar paseos cortos vestía ligera durante el invierno”. A medida que uno se habitúa al frío, puede considerar métodos más efectivos, como sumergirse en agua fría o baños con hielo.

Para maximizar los beneficios de estas terapias, Gallego enfatiza la importancia de combinarlas con técnicas de respiración. Este enfoque puede incrementar el metabolismo hasta un 300%, manteniendo la temperatura corporal alrededor de los 37ºC. Esto se conoce como el método Wim Hof, que integra el agua fría, la meditación y técnicas respiratorias.

¿Quiénes pueden beneficiarse de la terapia con frío?

En su perspectiva, Gallego concluye que “todas las personas sanas pueden incorporar las terapias de frío en su vida diaria como un hábito positivo”. Esto es especialmente beneficioso para los deportistas, ya que el frío tiene un efecto antiinflamatorio, así como para personas obesas que buscan quemar grasa y para aquellos con diabetes debido a su influencia en el control de la glucosa.

Sin embargo, no todo el mundo debería practicar la terapia con frío. “No se recomienda en general para embarazadas o pacientes con epilepsia, y quienes padecen problemas cardiovasculares deben consultar a su cardiólogo antes de empezar”, advierte. Así, con una comprensión clara de los beneficios y limitaciones de esta práctica, se puede decidir si es adecuado implementarlo en la vida cotidiana.

El límite del frío: ¿cuánto es demasiado?

En cuanto al límite de tolerancia al frío, Gallego señala que el objetivo es aumentar el metabolismo y mantener la temperatura corporal en 37ºC. Si la temperatura corporal cae por debajo de 35ºC, “el cuerpo comienza a temblar y aparecen descoordinación y torpeza en los movimientos”. Este sería un límite crítico. A 32ºC, por ejemplo, “la sangre se redistribuye hacia los órganos internos, causando que los miembros se tornen azulados”, asegura.

A temperaturas cercanas a 30ºC, se produce un riesgo grave para la salud, como el fallo multiorgánico. Por lo tanto, es esencial conocer estos límites y actuar con precaución al adoptar esta terapia.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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