Actualizado el 14 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La retina, discutida a menudo por su relación con la vista, es un órgano que también revela mucho sobre nuestra salud cerebral. Este tejido, que se encuentra en la parte posterior del ojo, convierte la luz en señales nerviosas que el cerebro interpreta como imágenes. Es un componente vital del Sistema Nervioso Central, y estudios recientes sugieren que su estado puede proporcionar información crítica sobre el riesgo de padecer enfermedades como el ictus.
Explorando el Vínculo entre Retina e Ictus
Las investigaciones han comenzado a comprobar que la retina puede servir como un termómetro para medir la salud cardiovascular y cerebral. Esto se debe a que la complicada red de vasos sanguíneos en la retina comparte características tanto anatómicas como funcionales con los vasos que irrigan el cerebro. De esta manera, los daños en la retina pueden ser un indicativo de problemas sistémicos en el cuerpo, incluyendo el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
La Investigación: Un Método Innovador
Para llevar a cabo su análisis, un equipo de investigadores desarrolló una «huella dactilar» de la retina, que se compone de 29 indicadores de salud vascular organizados en cinco categorías: calibre, densidad, torsión, ángulo de ramificación y complejidad de venas y arterias. Usando esta herramienta, pudieron evaluar los vasos sanguíneos en imágenes de fondo de ojo de 45.000 personas, considerando también factores de riesgo como antecedentes demográficos, estilo de vida, presión arterial y niveles de glucosa.
Hallazgos Relevantes sobre el Ictus
El estudio, publicado en la revista Heart, encontró que los 749 participantes que sufrieron un ictus durante un seguimiento promedio de 12 años presentaban comúnmente varios factores de riesgo. Estos incluían ser significativamente mayores, hombres, fumadores y personas con diabetes, además de tener un mayor peso, presión arterial más alta y niveles reducidos de colesterol HDL, conocido como el «colesterol bueno.»
Más específicamente, las alteraciones en la densidad vascular de la retina se asociaron con un aumento del riesgo de accidente cerebrovascular de entre el 10-19%. Igualmente, los cambios en los calibres estaban relacionados con un incremento del 10-14% en este riesgo. Cada disminución en la complejidad y torsión de los vasos sanguíneos se relacionó con incrementos en el riesgo que variaron entre el 10,5 y el 19,5%.
Un Modelo para el Futuro
Los resultados indican que esta «huella» vascular de la retina tiene una capacidad predictiva comparable a la de los factores de riesgo tradicionales. Sin embargo, los autores del estudio aclaran que, al ser un análisis observacional, no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre relaciones causales. Además, los resultados provienen de una muestra de población de etnia blanca en el Reino Unido, lo que limita su generalizabilidad a otras etnias o regiones geográficas.
A pesar de estas limitaciones, los autores están convencidos de que este enfoque representa un avance significativo para la evaluación del riesgo de ictus. Consideran que podría ser particularmente útil en el contexto de la atención primaria y en áreas de bajos recursos, donde los métodos de diagnóstico tradicionales pueden ser difíciles de implementar.
Reflexiones Finales sobre la Importancia de la Salud Retinal
La relación entre la retina y la salud cerebral nos recuerda la importancia de cuidar de nuestra salud ocular, no solo en virtud de nuestra visión, sino también como un indicador de nuestra salud general. A medida que la ciencia avanza, probablemente continuaremos descubriendo más sobre estas conexiones, lo cual podría revolucionar cómo prevenimos y tratamos enfermedades cerebrovasculares.
Bibliografía
Yusufu M, Friedman DS, Kang M, et al. (2025) Retinal vascular fingerprints predict incident stroke: findings from the UK Biobank cohort study. Heart. DOI: 10.1136/heartjnl-2024-324705