Vacunarse contra la gripe: clave para reducir el riesgo cardiovascular según expertos

Actualizado el 9 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La buena noticia es que, igual que para los factores de riesgo cardiovascular tradicionales existen herramientas de tratamiento (modificación de estilos de vida, antihipertensivos, antidiabéticos, fármacos para reducir el colesterol, etc.), también existen medidas que permiten reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular asociado al virus de la gripe.

Conexión entre la gripe y la salud cardiovascular

Nos referimos, en concreto, a la infección por el virus de la gripe. Se ha visto una relación directa y estadísticamente significativa entre la enfermedad de la gripe y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares de todo tipo:

  • Cardiopatía isquémica, es decir, angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita.

Importancia de la vacunación

Un reciente análisis refleja que la vacunación antigripal reduce el riesgo relativo de infarto entre un 15 y un 45%, según explica Amelia Carro, especialista en Cardiología y directora del Instituto Corvilud, de Asturias.

De hecho, varias sociedades científicas han elaborado un documento de consenso para difundir los efectos beneficiosos de la vacuna de la gripe, en particular en lo que a prevención de eventos cardiovasculares se refiere.

Este efecto protector es comparable con la eliminación de otros factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como el tabaquismo, cuyo cese se estima que se asocia con una reducción del riesgo de entre un 32 y un 43%, según explica Amelia Carro.

Propuesta de estrategias para reducir el riesgo

Como recoge el documento, también es comparable al uso de fármacos antihipertensivos, que inducen una reducción del riesgo cardiovascular del 17-25%, o los fármacos para el control del colesterol, que lo disminuyen un 19 y un 30%.

El documento de consenso revisa los mecanismos fisiopatológicos que relacionan los eventos cardiovasculares y la gripe. Así, ante el proceso infeccioso originado en el pulmón, se producen diversas alteraciones con consecuencias sobre el sistema cardiovascular, tanto por sus implicaciones locales, como hipoxemia e hipoxia tisular, como por las derivadas de la inflamación sistémica.

Efectos del virus en el sistema cardiovascular

Por un lado, la hipoxemia puede provocar daño miocárdico de origen no isquémico y es también un potencial desencadenante de arritmias. Por otro, la inflamación puede afectar directamente a las placas de ateroma, generar un estado procoagulante y producir una disfunción endotelial, que conduce a la vasoconstricción coronaria y a la isquemia miocárdica, todo ello capaz de desencadenar un infarto”, detalla la cardióloga Amelia Carro.

Además, el documento indica que algunos estudios han descrito un mecanismo indirecto, por el cual la infección gripal provocaría la ruptura de las placas ateroscleróticas que desencadenan eventos clínicos, tanto infartos como accidentes cerebrovasculares. En concreto, “la infección actuaría como un estímulo inflamatorio que activaría el sistema inmunitario”, explica la cardióloga.

La respuesta del sistema inmunitario aceleraría el crecimiento de las placas ateroscleróticas, además de su progresión e inestabilidad. Y también se especula con un posible efecto directo de la infección vírica. “Se ha aislado componente genético del virus en las propias placas de ateroma, lo que indica una replicación viral in situ”, añade la doctora Carro.

Riesgo persistente tras la infección

La acción del virus a nivel cardiovascular tiene un efecto agudo, durante el tiempo de infección activa, es decir, aproximadamente de 7 a 14 días, pero también más allá de este periodo. De hecho, se ha visto que el riesgo persiste hasta un año después de haber padecido la gripe. «Esto se ha demostrado en amplias series de pacientes, ajustando por otros factores de riesgo cardiovascular que pudieran actuar como confusores», matiza Amelia Carro.

Para esta cardióloga, “la evidencia existente sobre los beneficios de la vacunación antigripal tiene una gran importancia clínica y sanitaria”. No obstante, las tasas de vacunación continúan estando muy por debajo de los objetivos marcados por las principales organizaciones de salud. La cardióloga comenta que «hay una tendencia general a infraestimar el riesgo cardiovascular y esta puede ser una de las razones por las que la población no se conciencia sobre la importancia de la vacunación».

Conclusiones sobre la infección gripal y la salud cardiovascular

Los factores de riesgo cardiovascular tradicionales son la hipertensión arterial, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la obesidad y la diabetes, entre otros. Actuar sobre cada uno de ellos reduce el riesgo cardiovascular. Sin embargo, existen otros factores no tradicionales que también implican un riesgo cardiovascular importante y a los que no se les concede la importancia que merecen.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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