Actualizado el 28 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
Durante años, se creyó que la actividad física era peligrosa o innecesaria para los adultos mayores, especialmente para aquellos que enfrentaban enfermedades crónicas o fragilidad. Sin embargo, la realidad ha cambiado drásticamente gracias a nuevas investigaciones que demuestran lo contrario y subrayan la importancia del ejercicio en la vida de las personas mayores.
Beneficios del ejercicio para adultos mayores
Una reciente revisión de estudios publicada en la revista Canadian Medical Association Journal resalta que la actividad física semanal puede ofrecer al menos 15 beneficios significativos para la salud de las personas mayores de 65 años, incluida la posibilidad de prolongar sus vidas. La doctora Jane Thornton, investigadora principal del trabajo y directora de Salud, Medicina y Ciencia del Comité Olímpico Internacional, enfatizó: “La edad, la fragilidad o las limitaciones físicas no deben ser vistas como razones para evitar la actividad física, sino como motivos clave para prescribirla”.
Además, es importante destacar que 150 minutos semanales de actividad moderada pueden reducir la mortalidad por todas las causas en un 31%. Incluso volúmenes de ejercicio más bajos, entre 83 y 166 minutos semanales, disminuyen los riesgos de mortalidad en un 22%. Esto indica que cualquier esfuerzo es valioso y contribuye a una vida más larga y saludable.
La importancia de la adaptación de ejercicios
Con adaptaciones adecuadas, el ejercicio puede mejorar notablemente la calidad de vida de los adultos mayores y prevenir enfermedades de manera significativa. Esto significa que los programas de ejercicio no solo deben ser seguros, sino también personalizados. Los investigadores sugieren que los médicos colaboren con fisioterapeutas o especialistas en ejercicio y utilicen cuestionarios para evaluar riesgos y preferencias, facilitando así la personalización de los programas.
La práctica del tai chi y actividades como pilates y caminatas nórdicas pueden ser particularmente efectivas. Estas actividades ayudan a fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas, que es una de las principales causas de hospitalización en este grupo etario.
Retos y recomendaciones para la prescripción de actividad física
A pesar de los beneficios comprobados, muchos médicos aún no aconsejan a sus pacientes sobre la actividad física. Thornton añadió: “Demasiados médicos aún no aconsejan a sus pacientes sobre actividad física, y esperamos que este trabajo pueda servir como un llamado para actuar”.
La especialista recomendó que los adultos mayores comiencen con actividades de bajo impacto, como caminar o nadar, y progresen con el tiempo hacia 150–300 minutos de actividad moderada semanal. Asimismo, se sugiere la incorporación de ejercicios de resistencia y equilibrio al menos dos veces por semana, adaptados a las necesidades individuales.
El doctor Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo, alabó la revisión al señalar que destaca la importancia de los ejercicios semanales para una longevidad saludable. Mencionó que “se debe prescribir según la situación de salud de cada adulto mayor”.
Una visión integral de salud
El ejercicio regular tiene un impacto positivo en el riesgo de desarrollar más de 30 enfermedades crónicas, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, depresión y demencia. Además, ayuda a mejorar la independencia funcional, un aspecto fundamental para la calidad de vida de las personas mayores.
La investigación señala que la actividad física no solo previene enfermedades, sino que también contribuye a la salud mental y social. Los programas grupales no solo mejoran la adherencia a la actividad física, sino que también reducen el aislamiento social, lo que puede ser particularmente beneficioso para el bienestar emocional.
Los 15 beneficios de la actividad física para adultos mayores
Aquí están los 15 beneficios que estudios recientes han establecido sobre la actividad física para adultos mayores:
- Reduce el riesgo de desarrollar más de 30 enfermedades crónicas.
- Disminuye la mortalidad general hasta en un 31% con 150 minutos de actividad moderada semanal.
- Mejora la independencia funcional al fortalecer músculos y movilidad.
- Previene caídas, reduciendo el riesgo en un 21%.
- Alivia los síntomas de depresión y ansiedad.
- Facilita la calidad de vida al aumentar la socialización.
- Preserva la capacidad cognitiva y ayuda a prevenir su deterioro.
- Mejora la densidad ósea y la salud articular, reduciendo el riesgo de fracturas.
- Aumenta la fuerza muscular y la movilidad.
- Disminuye el riesgo de consumo excesivo de medicamentos.
- Incrementa la capacidad cardiorrespiratoria.
- Mejora la estabilidad postural.
- Facilita las actividades diarias.
- Reduce costos de atención médica al prevenir enfermedades crónicas.
- Aumenta la estabilidad postural en pacientes con enfermedad de Alzheimer.
El doctor Roberto Peidró, director del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Favaloro, también sostiene que cualquier edad es buena para realizar actividad física regular. La clave, según él, es encontrar actividades que sean placenteras y cómodas para mantener la constancia a largo plazo.
Por lo tanto, es imperativo que tanto los médicos como los pacientes reconozcan la actividad física como una parte esencial de un estilo de vida saludable en la tercera edad, no solo para prevenir enfermedades, sino también para fomentar una existencia activa y plena.