Adiós a la inactividad: cualquier actividad física es mejor que ninguna según expertos en salud

Actualizado el 17 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López

Mantenerse activo es fundamental para la salud. Esta premisa es respaldada por la Asociación Americana del Corazón, que señala que realizar actividad física de forma regular reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, disminuye la presión arterial y ayuda a prevenir la diabetes tipo 2. Además, la médica cardióloga Danielle Belardo destaca que el ejercicio tiene un impacto positivo en la prevención del cáncer y la demencia.

La clave: disfrutar del ejercicio

A pesar de estos beneficios, muchas personas perciben el ejercicio como una carga más que como una actividad placentera. La clave para mantener una rutina activa radica en encontrar ejercicios que sean realmente disfrutables. La psicología evolutiva sugiere que el cuerpo humano está diseñado para conservar energía, lo que puede dificultar el compromiso con el ejercicio. La psicóloga deportiva Keri Johns explica que el cerebro prioriza el ahorro de energía, lo que nos lleva a postergar el ejercicio en favor de opciones más cómodas.

Para contrarrestar esta resistencia natural, la entrenadora personal Nancy Chen sugiere que la solución está en elegir actividades que resulten entretenidas. “Si el ejercicio se siente como una obligación, es más difícil mantenerlo a largo plazo”, afirma. Incorporar diversión y variedad puede convertir el ejercicio en un hábito sostenible.

La importancia de diversificar

No se trata solo de realizar ejercicios cardiovasculares; el entrenamiento de resistencia también es fundamental para mantener la masa muscular y fortalecer los huesos. «El entrenamiento de fuerza puede reducir el riesgo de osteoporosis y caídas a medida que envejecemos», resalta Belardo. Esta idea se refleja en la recomendación de combinar ejercicios aeróbicos con entrenamiento de fuerza, logrando así maximizar los beneficios para la salud.

La recomendación general es de 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de ejercicio vigoroso por semana. Sin embargo, más importante que cumplir con un número específico es mantenerse en movimiento. Como apunta Belardo, “cualquier actividad es mejor que ninguna”, sugiriendo que lo esencial es evitar la inactividad, que puede ser más perjudicial.

Cómo el horario de ejercicio afecta los resultados

Además de la intensidad y la variedad del ejercicio, el momento del día en que se realiza también puede influir en los resultados. Un estudio del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, España, demostró que el horario no tiene un impacto significativo en la reducción de la presión arterial, aunque ciertos cambios sí se observaron en personas con diabetes. Por otro lado, un estudio publicado en Frontiers in Physiology analizó la respuesta al ejercicio según el género.

Las mujeres que realizaron ejercicio por la mañana quemaron un 7% más de grasa abdominal y redujeron su presión arterial en la misma proporción, además de ganar más fuerza en las piernas. En cambio, las que entrenaron por la tarde lograron mejoras más significativas en la fuerza del torso, estado de ánimo y reducción de antojos.

El ejercicio como hábito sostenible

Más allá de qué tipo de ejercicio realizar o cuándo hacerlo, la clave es la constancia. El mensaje final es claro: el mejor ejercicio es aquel que se disfruta y puede mantenerse a lo largo del tiempo. No importa si se trata de nadar, escalar o patinar; lo esencial es moverse. Encontrar una actividad que nos motive y nos divierta es la clave para convertir el ejercicio en un hábito duradero y beneficioso para la salud.

Opciones para quienes odian la rutina

Para los que detestan las rutinas tradicionales, existen alternativas que combinan movimiento con entretenimiento. Algunas opciones incluyen:

  1. Natación: ideal para un ejercicio de bajo impacto, fortalece todo el cuerpo y es especialmente recomendable para personas con problemas articulares.
  2. Patinaje: trabaja piernas y torso mientras se mejora el equilibrio.
  3. Escalada en roca: desarrolla fuerza en brazos, espalda, torso y piernas, manteniendo el ritmo cardíaco elevado.
  4. Deportes en grupo: jugar fútbol, básquet o vóley combina ejercicio con un componente social que ayuda a la adherencia.
  5. Danza para adultos: mejora la coordinación y es una actividad de bajo impacto.
  6. Esquí o snowboard: combinan cardio y resistencia en entornos naturales.
  7. Entrenamientos variados: alternar distintas actividades es clave para evitar el aburrimiento.

Al final del día, el ejercicio es una inversión en nuestra salud y bienestar. La clave está en encontrar lo que nos gusta y disfrutarlo, convirtiendo la actividad no solo en una tarea, sino en una parte integral de nuestra vida diaria.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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