Adiós al calor extremo: la ciencia revela que el ejercicio a baja temperatura también mejora tu salud vascular

Actualizado el 14 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López

Para muchas personas, el ejercicio en condiciones de calor no solo se trata de actividad física, sino que puede convertirse en una experiencia casi espiritual. Otros, en cambio, encuentran en las clases a altas temperaturas un alivio del frío invierno. Sin importar la motivación, el entrenamiento en calor ha ganado popularidad en diversas modalidades, pero es fundamental entender sus efectos y cómo adaptarse a ellos.

Entrenamientos a altas temperaturas

Las actividades físicas que se practican en ambientes cálidos varían considerablemente. Por ejemplo, el Bikram yoga mantiene una temperatura de 40 grados Celsius con un 40 por ciento de humedad, mientras que otros tipos de yoga o clases de pilates pueden alcanzar temperaturas entre 26 y 51 grados Celsius. Aunque el yoga caliente es quizás el más conocido, también son populares las clases de entrenamiento en intervalos de alta intensidad realizadas en calor.

Efectos en la flexibilidad y salud cardiaca

Quienes promueven los entrenamientos a altas temperaturas sostienen que estas condiciones pueden mejorar la flexibilidad, favorecer la salud cardiaca e incrementar la sudoración, lo que se asocia con la eliminación de «toxinas». Sin embargo, es crucial cuestionar estas creencias y evaluar la evidencia científica que respalda estas afirmaciones.

Algunos estudios pequeños sugieren que aplicar calor a los músculos, como es el caso del uso de almohadillas térmicas, puede aumentar la flexibilidad y la amplitud de movimiento. Estirarse en un entorno cálido podría tener efectos similares, aunque es necesario mencionar que la investigación sobre este tema es escasa.

Cómo el calor impacta el cuerpo

El calor provoca la dilatación de los vasos sanguíneos, facilitando un mayor flujo de oxígeno y sangre hacia los músculos y tendones. Kelsey Bourbeau, fisióloga del ejercicio de la Universidad del Norte de Iowa, explica que este fenómeno ayuda a aflojar los músculos y mejorar la flexibilidad.

A pesar de los beneficios mencionados, un estudio financiado por una organización sin ánimo de lucro reveló que no existían diferencias significativas en la salud vascular de los adultos que practicaban yoga caliente o frío, sugiriendo que ambos tienen beneficios comparables.

La percepción del esfuerzo y la adaptación del cuerpo

El entrenamiento en calor puede llevar a que el ejercicio sea percibido como más intenso, dado que el cuerpo tiene que esforzarse para regular su temperatura. Mientras que la frecuencia cardiaca puede estar más alta, esto no implica necesariamente un mayor gasto energético, como señala Stacy Hunter, fisióloga del ejercicio de la Universidad Estatal de Texas.

Además, los atletas de resistencia que entrenan regularmente en calor pueden desarrollar adaptaciones efectivas, como una mayor producción de hemoglobina, que transporta oxígeno a los músculos. Esto puede beneficiar su rendimiento no solo en condiciones cálidas, sino en cualquier ambiente.

Desmitificando el sudor y las toxinas

Una creencia común entre los entusiastas del ejercicio en calor es que el sudor es un medio eficaz para eliminar toxinas del cuerpo. Sin embargo, Bourbeau aclara que esta es una «creencia popular pero engañosa». El hígado y los riñones son los órganos responsables de procesar sustancias tóxicas, y aunque el ejercicio pueda incrementar el flujo sanguíneo, la cantidad de toxinas eliminadas a través del sudor es mínima.

Medidas de seguridad durante el entrenamiento caluroso

Antes de asistir a una clase en un ambiente cálido, resulta esencial informarse sobre las condiciones. Erin McNeely, médico de atención primaria, subraya que las temperaturas superiores a 37 grados Celsius requieren especial atención. Durante estas circunstancias, la pérdida de líquidos y electrolitos aumenta, lo que puede poner en riesgo la salud.

Es esencial mantenerse bien hidratado antes y durante la actividad física. Si experimentas mareos, náuseas o una piel inusualmente caliente, lo más prudente es buscar un lugar más fresco. Estas son señales de que podrías estar sufriendo malestar por calor.

Preparación y adaptación al ejercicio caliente

Para aquellos que son nuevos en los entrenamientos a altas temperaturas, es importante tener paciencia. McNeely sugiere no esperar rendir al máximo desde el principio, sino concederse tiempo para adaptarse y disfrutar del proceso.

Recuerda que sentirte más flexible en una clase de yoga caliente no significa que debas forzar tus límites. Un ligero estiramiento es normal, pero si sientes dolor, es hora de retroceder.

Conclusión

Entrenar en calor puede ofrecer beneficios, pero es vital estar consciente de los riesgos y adaptar la práctica a las necesidades individuales. El ejercicio en condiciones cálidas puede ser una experiencia gratificante si se toman las precauciones adecuadas. Así que, disfruta del sudor, pero siempre cuida tu salud.

© The New York Times 2025

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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