Adiós al deterioro cognitivo: el ejercicio moderado aumenta el volumen cerebral según un nuevo estudio

Actualizado el 26 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

En la búsqueda de estrategias para proteger el cerebro, la ciencia ha encontrado en la actividad física una de las claves más prometedoras. Un reciente estudio con más de 10.000 participantes ha revelado que quienes practican ejercicio regularmente presentan un aumento en el volumen cerebral, específicamente en áreas como el lóbulo temporal y el hipocampo, zonas cruciales para la memoria y el procesamiento de información. Este hallazgo reafirma la conexión entre un cerebro saludable y el movimiento corporal, sugiriendo que el ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino también el órgano más complejo y vulnerable del organismo.

Actividades físicas y salud cerebral

Este estudio realizado por el Centro de Medicina Funcional de California habla sobre los efectos de la actividad física en la salud cerebral y su potencial para prevenir enfermedades neurodegenerativas. Con una muestra de más de 10.000 participantes de entre los 18 y los 97 años, se utilizaron tecnologías avanzadas, como redes neuronales de aprendizaje profundo, para examinar imágenes de resonancia magnética cerebral.

Los investigadores se enfocaron en comprender cómo la actividad física puede contribuir a un aumento en el volumen de áreas específicas del cerebro cruciales para la memoria y el procesamiento cognitivo. Uno de sus objetivos principales fue explorar el papel del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y los beneficios de la actividad física en la prevención de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.

Beneficios del ejercicio regular

Los resultados del estudio, liderados por Chris Kresser, fundador del Centro de Medicina Funcional de California, indican que practicar ejercicio físico de moderado a vigoroso entre dos y tres días a la semana está asociado con un incremento del volumen cerebral total, así como en regiones específicas del cerebro. Se observaron cambios en la estructura cerebral en áreas como el hipocampo, relacionado con memoria y cognición, y el lóbulo occipital, que se encarga del procesamiento visual. Según los investigadores, estos hallazgos son significativos, ya que el aumento en la materia gris y blanca en estas áreas actúa como un factor protector frente al deterioro cognitivo y otras enfermedades neurodegenerativas.

El estudio ha demostrado que personas de diferentes edades que practican actividad física regular muestran una reducción significativa en los riesgos de sufrir estas enfermedades. Incluso el ejercicio ligero, como caminar, puede ofrecer beneficios neurológicos y actuar como un escudo contra el deterioro cognitivo.

El papel del BDNF

Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el papel fundamental que cumple el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Durante la actividad física, el BDNF se libera en el cerebro, desencadenando un conjunto de efectos que fortalecen las conexiones neuronales y reducen la inflamación, dos factores esenciales para mantener un cerebro sano y resistente frente a enfermedades neurodegenerativas.

El BDNF actúa como un protector neurológico: ayuda a preservar y regenerar las neuronas y facilita la formación de nuevas conexiones sinápticas, esenciales para la memoria y el aprendizaje. Además, su efecto antiinflamatorio combate una de las causas subyacentes en enfermedades como el Alzheimer. Así, este factor neurotrófico no solo se asocia con mejoras inmediatas en la función cognitiva, sino que puede retrasar o reducir los efectos de patologías neurodegenerativas.

Ejercicio moderado también es viable

Aunque el ejercicio vigoroso aporta beneficios, los resultados del estudio muestran que la actividad física moderada es igualmente efectiva, haciendo que la neuroprotección esté al alcance de una mayor parte de la población. Esto amplía las opciones de cuidado preventivo, ofreciendo alternativas accesibles para reducir el riesgo de enfermedades debilitantes, sin requerir esfuerzos físicos exclusivos de atletas.

Cerca del 75 % de los participantes reportaron realizar algún tipo de actividad física regularmente. Aunque algunos no alcanzaban los niveles ideales de ejercicio, igualmente se observaron efectos positivos en su salud cerebral. Esto sugiere que nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio y beneficiarse de sus efectos neuroprotectores.

Métodos de análisis avanzados

Para alcanzar conclusiones sólidas sobre los beneficios del ejercicio en la salud cerebral, este estudio utilizó métodos avanzados de análisis, incluyendo el uso de inteligencia artificial. Los investigadores emplearon una red neuronal de aprendizaje profundo para analizar rápidamente las imágenes de resonancia magnética (IRM) de los 10.000 participantes. Este sistema de IA permitió procesar grandes volúmenes de datos eficientemente, detectando patrones y diferencias en el volumen y estructura cerebral que hubieran sido difíciles de captar manualmente.

El proceso incluyó múltiples resonancias magnéticas de cada participante, que reflejaron cambios notables en el volumen de regiones específicas. La IA facilitó la identificación de correlaciones entre los niveles de actividad física y el aumento de la materia gris y blanca en estas zonas.

Conclusiones finales

Los hallazgos de este estudio subrayan que nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio. Como comentó Chris Kresser, este tipo de investigaciones muestra que no es necesario ser un superatleta para obtener beneficios significativos. La clave está en mantener un nivel de actividad regular, adaptable a las posibilidades de cada persona, para proteger el cerebro de enfermedades relacionadas con la edad.

Por lo tanto, la actividad física moderada puede tener un impacto sustancial en la salud cerebral, independientemente del nivel de intensidad o la edad de la persona. Este enfoque inclusivo abre la puerta a una mayor variedad de prácticas saludables que pueden integrarse en la vida cotidiana, favoreciendo así un bienestar integral a lo largo del tiempo.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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