Actualizado el 2 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López
El ejercicio físico aporta beneficios indudables a la salud y se asocia a multitud de beneficios como la disminución del riesgo cardiovascular, cáncer e incluso de mortalidad por múltiples causas, como también señala la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Sin embargo, se habla menos de la interacción de la actividad física en términos de intensidad y volumen con el riesgo de problemas cardiovasculares. Este es un escenario que también existe y sobre el que recientemente ha hablado a través de Instagram, el cardiólogo y experto, José Abellán.
Consecuencias de un exceso de ejercicio
En determinados casos en los que exista una actividad física demasiado intensa y prolongada, se puede llegar a hablar de un volumen de ejercicio físico que puede ser contraproducente para nuestra salud. «El ejercicio a veces puede ser contraproducente cuando hacemos mucho y en consulta de cardiología pues tenemos pacientes que a veces nos vienen con repercusiones del ejercicio. Una de ellas es un tipo de arritmia que se llama fibrilación auricular», explica Abellán, presentando el caso de uno de sus pacientes.
Un caso revelador
Un paciente que, como detalla el propio Abellán, «le ha dado una arritmia por hacer mucho ejercicio a lo largo de toda su vida». Este paciente explica que con 60 años salía a correr tres veces a la semana y que, cuando era más joven, casi todos los días hacía corriendo unos 20 km diarios. Este exceso de ejercicio sobre el que Abellán comenta: «Aunque las ventajas del ejercicio físico son enormes y es fundamental para mantenerse sano, puede que realizar una determinada carga o volumen de entrenamiento aumente el riesgo de sufrir cardiopatía».
Fibrilación auricular: un tipo de arritmia preocupante
En estos casos, la fibrilación auricular es uno de los tipos de arritmia más comunes y, a pesar de que se le considera una entidad benigna, requiere valoración y tratamiento, muchas veces de por vida. Sin embargo, uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es precisamente definir cuánto es demasiado ejercicio. Abellán señala que «algunos estudios parecen sugerir que si haces ejercicio de moderada intensidad, realizar más de 110-120 minutos al día ya no aporta beneficio significativo, siendo este umbral de unos 55-60 minutos para el ejercicio de alta intensidad».
Detalles sobre la fibrilación auricular
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente tanto en España como a nivel global. Esta alteración del ritmo cardíaco provoca que los latidos del corazón dejen de ser regulares y constantes, generando un ritmo desigual e irregular. Esta falta de sincronía provoca que el corazón fibrile, dificultando su capacidad para bombear la sangre de manera eficiente. Este fenómeno puede dar lugar a complicaciones graves, como la formación de coágulos sanguíneos en las aurículas del corazón.
Cuando estos coágulos se desprenden, pueden causar obstrucciones en arterias importantes, derivando en ictus cerebral o embolias en otras partes del cuerpo. Además, la fibrilación auricular se asocia frecuentemente con enfermedades como la insuficiencia cardíaca o cardiopatías previas, lo que puede empeorar significativamente su evolución.
Clasificación de la fibrilación auricular
La duración y recurrencia de la fibrilación auricular permite clasificarla en tres tipos: cuando los episodios son breves y desaparecen espontáneamente es paroxística; cuando se prolongan más de siete días y requieren intervención médica es persistente; y cuando no puede revertirse a un ritmo normal ni con tratamiento, se trata de una arritmia crónica.
Entre otras de las principales causas que pueden desencadenar esta arritmia destacan factores como la predisposición genética, hipertensión arterial, antecedentes de infarto, enfermedades valvulares, obesidad, abuso de alcohol, estrés físico o emocional, y también el sedentarismo. Aunque en muchos casos la fibrilación auricular no provoca síntomas, los más habituales incluyen palpitaciones rápidas e irregulares, cansancio extremo, dolor o presión en el pecho, mareos e incluso desmayos. En casos más graves, puede complicar enfermedades cardíacas subyacentes.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la fibrilación auricular suele realizarse mediante un electrocardiograma, aunque en ocasiones son necesarias pruebas más prolongadas, como un Holter o exploraciones detalladas con ecocardiogramas para evaluar el funcionamiento del corazón en mayor profundidad. En cuanto al tratamiento, este se enfoca en restaurar el ritmo normal del corazón y prevenir complicaciones graves, como los trombos que pueden desencadenar ictus.
Entre las opciones terapéuticas más comunes se encuentran la cardioversión, que puede ser farmacológica o mediante descargas eléctricas controladas; la ablación por catéter, que aísla eléctricamente las zonas del corazón donde se origina la arritmia; y el uso de fármacos antiarrítmicos y anticoagulantes. Estos últimos son fundamentales para reducir el riesgo de formación de coágulos y sus consecuencias. El abordaje específico depende siempre de la gravedad de la arritmia, la frecuencia de los episodios y la existencia de enfermedades cardiovasculares asociadas.
En conclusión, si bien el ejercicio es esencial para mantener un estilo de vida saludable, es importante encontrar el equilibrio adecuado. Consultar a un especialista si se tiene una carga de entrenamiento significativa puede ser clave para prevenir complicaciones y así disfrutar de los beneficios de una actividad física saludable sin riesgos.