Actualizado el 6 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La moderna vida sedentaria está tomando un peaje considerable en la salud de la población, afectando incluso a los adultos jóvenes. Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de California-Riverside y la Universidad de Colorado-Boulder ha arrojado luz sobre este alarmante fenómeno. Publicada en la revista científica PLOS One, la investigación destaca que el tiempo prolongado de estar sentado puede provocar un aumento en los niveles de colesterol y en el índice de masa corporal (IMC).
La importancia del ejercicio regular
Con solo 150 minutos de ejercicio semanal, es posible desafiar al sedentarismo y mejorar la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza que la actividad física es crucial para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, la falta de actividad física se ha intensificado en los tiempos modernos, poniendo en riesgo estos beneficios.
Resultados preocupantes del estudio
La investigación revela que estar sentado durante ocho horas o más al día tiene efectos perjudiciales en la salud. Este comportamiento puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y obesidad, incluso en personas que suelen ser activas. Al analizar a más de 1000 hombres y mujeres con una edad promedio de 33 años, los investigadores concluyen que las pautas de ejercicio actuales, establecidas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., no son suficientes para contrarrestar estos efectos negativos.
El estudio señala que las actuales recomendaciones de ejercicio, de al menos 2,5 horas de actividad moderada o 1 hora y 15 minutos de entrenamiento vigoroso por semana, no son suficientes. Se evidenció que aumentar la cantidad y, especialmente, la intensidad de la actividad física es clave para mitigar los riesgos asociados al estilo de vida sedentario.
Estrategias para contrarrestar el sedentarismo
Los investigadores sugieren que incorporar "al menos 10 minutos de ejercicio vigoroso por cada hora adicional de estar sentado" puede ser efectivo para reducir los efectos negativos del sedentarismo. Esto es especialmente importante para quienes tienen trabajos o estilos de vida predominantemente sedentarios.
Se recomienda que las personas realicen pausas activas durante el día laboral, caminen más y participen en actividades que eleven su frecuencia cardíaca. Estas simples modificaciones pueden tener un impacto significativo en la salud cardiovascular y metabólica.
Impacto del tiempo sentado en el colesterol y el IMC
El estudio refuerza que el tiempo prolongado sentado impacta negativamente en la salud, elevando el IMC y los niveles de colesterol en adultos de entre 30 y 35 años. Se ha observado que quienes pasan más de ocho horas al día sentados tienen un riesgo cardíaco superior al de aquellos que mantienen hábitos más activos. Esto es alarmante, ya que las consecuencias son independientes de otros factores de riesgo, como la dieta.
El investigador principal, Ryan Bruellman, destacó que lo que se ha observado se conecta directamente con el tiempo que las personas pasan sentadas, reforzando la idea de que este comportamiento es un factor crítico que contribuye al deterioro de la salud.
La urgencia de establecer hábitos saludables
La investigación subraya la importancia de comenzar con cambios en el estilo de vida desde la juventud. Los investigadores hacen hincapié en que "la adultez temprana es un momento crucial para establecer hábitos saludables". Si no se prioriza el movimiento en esta etapa, las complicaciones de salud tienden a aumentar a medida que surgen más responsabilidades en la vida.
Además, los expertos señalan que parece ser que las diferencias en salud suelen ser atribuibles a elecciones de comportamiento más que a factores genéticos. Esto resalta la importancia de tomar decisiones informadas sobre actividad física y salud.
Nuevas directrices para un estilo de vida activo
Se propone que las directrices futuras incluyan recomendaciones para incrementar tanto la cantidad como la intensidad del ejercicio físico, especialmente en individuos con rutinas sedentarias. Los investigadores expresan su deseo de influir en futuras recomendaciones de actividad física para crear una conciencia más integral sobre el papel del ejercicio regular en la salud.
Según Bruellman, "es vital que todos los adultos, incluso los más jóvenes, hagan más ejercicio para contrarrestar el impacto de estar sentado". Con una presión creciente sobre la salud pública debido a los estilos de vida sedentarios, se requieren cambios de políticas y una difusión del conocimiento acerca de la necesidad de un enfoque más holístico para abordar el sedentarismo.
Conclusión: Actuar para preservar la salud
La investigación pone de manifiesto que reducir el tiempo sentado y aumentar la actividad física vigorosa son pasos necesarios para mejorar la salud de la población. Se debe fomentar un estilo de vida activo desde una edad temprana, enfatizando que "si no le das prioridad al movimiento ahora, todo se complicará". Emprender acciones hoy puede ser la clave para prevenir complicaciones de salud en el futuro, asegurando un mejor bienestar general.