Actualizado el 28 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
Llevar un estilo de vida saludable implica combinar una alimentación equilibrada con la práctica regular de deporte. Sin embargo, todavía existen muchas dudas sobre cuál es la mejor rutina para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente entre las personas mayores de 60 años. Esta preocupación ha llevado a una investigación realizada en el hospital Brigham and Women de Boston (Estados Unidos), cuyos resultados se publicaron en la revista científica Jama Internal Medicine.
Impacto del ejercicio en la salud cardiovascular
La investigación determinó que la práctica regular de actividad física en personas mayores puede reducir significativamente el riesgo de muerte o enfermedad cardiovascular. En este estudio, se analizó la salud de más de 14.000 mujeres mayores de 62 años a lo largo de cerca de 10 años. Para llevar a cabo la investigación, cada participante recibió una pulsera de seguimiento de actividad física, cuyo objetivo era obtener datos precisos sobre la cantidad y la intensidad del ejercicio que realizaban.
El estudio reveló que las mujeres que practicaban actividad física tenían entre un 30 y un 40% menos de riesgo de morir o desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además, los datos mostraron una relación proporcional: cuanto mayor era la cantidad de actividad física realizada, mayor era la reducción del riesgo, tanto en función del número de pasos diarios como por la intensidad del ejercicio.
Frecuencia y horas dedicadas al ejercicio
A lo largo del seguimiento, las participantes realizaron una media semanal de 62 minutos de ejercicio moderado o intenso, acumulando un promedio diario de 5.183 pasos. A los nueve años, el estudio reportó que cerca del 9% de las mujeres habían fallecido y un 4% había desarrollado enfermedades cardiovasculares, lo que destaca la importancia de mantener una rutina regular de actividad física para prevenir estas patologías.
La investigación también subraya que la cantidad y la intensidad del ejercicio están estrechamente relacionadas con una mejor salud cardiovascular y una mayor esperanza de vida en adultos mayores. Además, los científicos apuntaron que la actividad física regular ayuda a disminuir el riesgo de padecer otras enfermedades crónicas e infecciones.
Recomendaciones para una vida activa
Con base en los hallazgos de la investigación, los expertos aconsejan dedicar al menos 150 minutos semanales a actividades físicas de intensidad moderada o alta, tales como caminar a paso rápido o trotar. Este estudio enfatiza la relevancia de mantenerse activo en cualquier etapa de la vida, resaltando los beneficios para la salud general y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
En el contexto de la salud pública, el informe «Las cifras del cáncer en España 2024», publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), también destaca que la actividad física regular puede reducir hasta un 30% el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer, incluyendo mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago. Asimismo, se ha observado una disminución de casi un 20% en la mortalidad específica relacionada con esta enfermedad gracias a la práctica deportiva.
Un componente esencial para la salud
El deporte se presenta, por tanto, como un pilar fundamental para mantener una vida saludable y para la prevención del cáncer. Sin embargo, el informe también señala que el tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad siguen siendo los principales factores de riesgo evitables asociados al cáncer. Durante la presentación de este informe, César A. Rodríguez, presidente de la SEOM, subrayó que «el ejercicio físico es un pilar fundamental en un estilo de vida saludable, con evidencia consistente sobre su impacto en la reducción de la incidencia y mortalidad por cáncer».
A pesar de estos resultados alentadores, se enfrenta el desafío de la falta de información para los pacientes, lo que dificulta que muchos mantengan una rutina de actividad física. Por lo tanto, es crucial trabajar en la concienciación sobre la importancia del ejercicio y facilitar recursos que permitan a la población adoptar un estilo de vida más activo.
En resumen, la evidencia muestra que mantener un estilo de vida activo y realizar ejercicio regularmente no solo contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares, sino que también actúa como un escudo protector contra ciertos tipos de cáncer. Así, cada paso cuenta hacia una mejor salud.