Actualizado el 27 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La salud y el rendimiento físico de los atletas se han convertido en un tema de gran interés, especialmente cuando se produce una lesión. Este es el caso de Dani Ceballos, jugador del Real Madrid, quien ha sufrido una lesión en el músculo semimembranoso que afecta al tendón de su pierna izquierda, lo que le mantendrá fuera de juego durante un período estimado de dos meses. Ante esta adversidad, el centrocampista ha optado por utilizar la terapia de oxigenación hiperbárica, compartiendo una foto en su cuenta de Instagram en la que aparece utilizando una máscara y dentro de una cámara hiperbárica, que no está relacionada directamente con su lesión.
Terapia de oxigenación hiperbárica: un recurso valioso
Para quienes no están familiarizados, la terapia hiperbárica consiste en administrar oxígeno al 100% de concentración dentro de una cámara especial. Este tratamiento se realiza con el paciente usando un casco o una mascarilla, lo que permite incrementar el aporte de oxígeno a los tejidos. La forma en que funciona es sencilla: al aumentar la cantidad de oxígeno en el cuerpo, se genera mayor presión en los alvéolos, lo que lleva a que la hemoglobina se sature. Esto no solo disminuye el esfuerzo respiratorio y cardíaco, sino que también mantiene un nivel constante de presión de oxígeno.
La efectividad de las cámaras hiperbáricas no solo se ha demostrado en la recuperación de lesiones deportivas. Originalmente, fueron diseñadas para ayudar a los submarinistas a despresurizar después de sus inmersiones. Con el tiempo, se ha descubierto que son útiles para una variedad de problemas médicos, como la regeneración de tejidos en heridas que no cicatrizan y la erradicación de bacterias específicas. Los deportistas, en particular, han comenzado a utilizar este tratamiento no solo para curar lesiones, sino también para acelerar la recuperación y mejorar su rendimiento general.
Según Ana De Dios, directora de la Unidad de Medicina Hiperbárica de Sanitas, la terapia implica un proceso que comienza con un incremento paulatino de la presión dentro de la cámara. En los primeros diez minutos, se debe compensar el cambio de presión para evitar molestias en los oídos, algo que muchos han experimentado al bucear o durante el descenso en un avión. Este proceso puede realizarse moviendo la mandíbula, tragando saliva o mediante la maniobra de Valsalva. Tras esta fase inicial, la sesión dura entre 60 y 90 minutos, dependiendo de las indicaciones médicas. Finalmente, se requiere un periodo de descompresión de otros diez minutos.
Beneficios de la oxigenación hiperbárica
- Mejora la hipoxia tisular: Este tratamiento es eficaz para los tejidos que presentan isquemia o falta de oxígeno, restaurándolos rápidamente.
- Aumenta la producción de colágeno: Se activa tanto la producción como la regulación de colágeno, esencial para la salud de los tejidos.
- Disminuye la inflamación y los edemas, lo que puede ser crítico para la rápida recuperación de lesiones.
- Elimina las bacterias anaerobias, aquellas que no pueden sobrevivir en presencia de oxígeno, contribuyendo a la desinfección de heridas.
- Acelera la acción de medicamentos cuando se combinan con tratamientos convencionales, maximizando su efectividad.
- Favorece la neoangiogénesis: Es decir, la generación de nuevos vasos sanguíneos y huesos, esencial para la correcta cicatrización tras lesiones.
- Activa las células madre en un 800%, lo que potencia la regeneración celular y puede mejorar los resultados de trasplantes de células madre.
- Alarga los telómeros: Este proceso se ha relacionado con un menor envejecimiento celular, ofreciendo mejoras biológicas significativas.
Una vez que se inicia el tratamiento, es fundamental que el paciente asista a sesiones diarias para maximizar los beneficios de la acumulación de oxígeno en los tejidos. En ocasiones extremas, se pueden requerir hasta dos sesiones diarias, y el número total de sesiones recomendadas varía según la gravedad del problema, oscilando entre 10 a 30 sesiones o más, dependiendo del criterio del médico.
Finalmente, es preciso entender que cada sesión de tratamiento, tanto en cámaras monoplaza como en multiplaza, puede durar entre 60 y 90 minutos. En situaciones excepcionales, como un accidente de buceo, la duración puede extenderse incluso hasta 24 horas para proporcionar la atención requerida.
Ceballos ahora se enfrenta a un periodo de recuperación, pero la terapia hiperbárica podría ser una opción valiosa para acortar su tiempo fuera de los terrenos de juego y asegurar que regrese en su mejor forma. Una vez más, demuestra la importancia de la innovación en tratamientos médicos para apoyar a los atletas en la preservación de su salud y rendimiento.