Actualizado el 23 de octubre de 2022 por Carlos José Belmonte López
El cuerpo humano consta de varios sistemas, cada uno debe cumplir bien su función para que la salud no se vea comprometida. Por tal razón podemos decir que todos son vitales. Hablando solo del sistema circulatorio, encontramos un factor muy importante, la frecuencia cardiaca.
En este artículo veremos qué es la frecuencia cardiaca, cuáles son los valores ante diferentes situaciones y algunas afecciones comunes.
¿Qué es la frecuencia cardiaca?
La frecuencia cardiaca es la cantidad de pulsaciones del corazón, tanto en un periodo de tiempo determinado, por lo general un minuto, como en condiciones de actividad específicas. Por ejemplo, esta puede variar dependiendo de si se está realizando alguna actividad o se está en reposo.
La frecuencia cardiaca se suele medir en la muñeca o el cuello, por ser los lugares donde la medición es más segura o confiable. De todas maneras, son muchas las partes del cuerpo donde se puede detectar el pulso, o la frecuencia cardiaca.
Si tomamos en cuenta la definición dada por la física, cuando hablamos de frecuencia, nos referimos a un suceso que se repite constantemente. Se aplica a las pulsaciones del corazón debido a que sucede una y otra vez, y por tanto se puede medir dentro de un periodo. Por eso, la frecuencia cardiaca se determina al dividir la cantidad de pulsaciones entre el tiempo de duración.
Frecuencia cardiaca en reposo
El número de pulsaciones en un minuto puede variar dependiendo la actividad. Por ejemplo, si la persona está en reposo, el pulso es mucho más lento que si realiza alguna actividad física exigente. Cuando el cuerpo se encuentra en reposo, el rango normal de pulsaciones debe estar entre 60 y 100 por minuto.
Como es poco probable que las pulsaciones en estado de reposo cambien su ritmo, se puede medir la cantidad durante un periodo de 6 segundos y luego multiplicar el resultado por 10. Por ejemplo, si dentro de los 6 segundos el número de pulsaciones fue de 8, eso quiere decir que en 60 segundos, la cantidad será de 80. Esa es la frecuencia cardiaca.
Con relación al reposo, hay que señalar que cuando una persona duerme, el cuerpo obtiene un nivel de relajación muy alto, llegando a bajar su frecuencia cardiaca hasta las 60 pulsaciones por minuto. Esto no representa ningún riesgo para la salud de la persona, porque es un procedimiento normal del organismo.
Frecuencia cardiaca en actividad física
Como señala la Fundación Española del Corazón, la cantidad de pulsaciones por minuto se puede duplicar al realizar actividades físicas. El rango de pulsaciones normales está entre 150 y 200 por minuto.
A lo largo del tiempo se han publicado diferentes fórmulas para calcular la frecuencia cardiaca máxima, esa que se consigue cuando se exige al cuerpo al máximo físicamente. Sin embargo, las fórmulas no siempre fueron exactas. Ahora se toma en cuenta el sexo, la edad y el peso de la persona para saber cuál es su frecuencia cardiaca máxima.
Gracias a los resultados obtenidos, se puede evaluar si hay riesgo de salud para quien realiza una actividad física exigente. Lo cierto es que la frecuencia cardiaca máxima no se puede sostener por mucho tiempo porque así el cuerpo se agota más rápido. También porque el sistema cardiovascular no resistiría periodos demasiado largos en ese estado.
Afecciones de la frecuencia cardiaca
La esperanza de vida guarda relación directa con la frecuencia cardiaca. Por ejemplo, la expectativa de vida de los ratones es de apenas 2 años, como máximo, y su frecuencia cardiaca es de 600 pulsaciones por minuto, pero el corazón de la ballena late apenas 30 veces por minuto y puede vivir 60 años o más, un periodo muy largo en el caso de los animales.
Es por esta razón que se debe mantener bajo control las pulsaciones, estando atentos a las afecciones que pueden aparecer a lo largo del tiempo. El doctor Alfonzo Valle, jefe de servicio de un hospital en Alicante, señala cuales son los problemas comunes relacionados con la frecuencia cardiaca.
Taquicardia
La taquicardia hace alusión a una frecuencia cardiaca mayor a las 100 pulsaciones por minuto, cuando la persona no está realizando una actividad física exigente. Aunque algunas personas pueden sufrir episodios muy aislados, e incluso episodios que no se repiten, en el caso de otras personas esto puede ser muy recurrente, haciendo necesaria la intervención de un médico.
Bradicardia
La bradicardia es lo opuesto a la taquicardia, es decir, cuando las pulsaciones son demasiado lentas, muy por debajo de los niveles normales. A este respecto, Mayo Clinic, señala algunos puntos interesantes.
En primer lugar, la bradicardia se detecta al tener una frecuencia cardiaca menor a 60 pulsaciones por minuto. Con todo, es necesario recordar que cuando una persona duerme, los latidos pueden ser muy lentos, sin que eso represente algún peligro. Algo similar ocurre con los atletas en estado de reposo, por lo que siempre es buena una evaluación médica antes de tomar otras medidas.
Cuando se confirma la presencia de bradicardia, es necesario que se haga uso de métodos clínicos para corregir el problema. Uno de los más comunes es el marcapasos. Gracias a este, se regula la frecuencia cardiaca.
El riesgo de esta afección tiene que ver con la circulación deficiente de la sangre, debido a que el corazón no tiene la fuerza suficiente para realizar el proceso por sí solo. Por eso, se pueden presentar uno o más de los siguientes síntomas.
- Dolor. Sobre todo en la zona cercana al corazón.
- Afecciones mentales. Como el cerebro no recibe la cantidad de sangre necesaria, se sufre de mala memoria e incluso confusión.
- Agotamiento físico. Se pueden realizar muy pocas actividades físicas exigentes, porque las fuerzas son limitadas.
- Falta de aire. Los pulmones también necesitan la buena circulación de la sangre para funcionar bien, por lo que la bradicardia limita su trabajo.
La frecuencia cardiaca es muy importante. Por eso, en caso de notar alguno de los síntomas antes mencionados, se debe acudir al médico.