Actualizado el 2 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La gimnasia abdominal hipopresiva (GAH) ha cobrado popularidad en las últimas décadas como una técnica destinada a fortalecer el tono muscular del abdomen y el suelo pélvico. Creada por Marcel Caufriez, un experto en kinesiterapia y readaptación, esta metodología fue concebida a finales de los años 80, enfocándose inicialmente en mujeres que se encontraban en el posparto o que enfrentaban dificultades relacionadas con el suelo pélvico.
Ejercicios hipopresivos, ¿quién no los debe hacer?
A pesar de sus beneficios, existen ciertos grupos y situaciones en los que la práctica de la gimnasia hipopresiva está contraindicada. Del Valle señala las siguientes recomendaciones:
- Mujeres embarazadas. Durante el embarazo, este tipo de ejercicios podría provocar contracciones uterinas, lo que podría conllevar a un parto prematuro o, en el peor de los casos, a un aborto.
- Tras el postparto inmediato. Se sugiere esperar entre seis y ocho semanas después del parto antes de comenzar con este entrenamiento.
- Personas que padecen de hipertensión arterial (especialmente si no está tratada o normalizada), cardiopatías y enfermedades respiratorias que no están compensadas. Esto se debe al mecanismo de ejecución de estos ejercicios, que se realizan en apnea respiratoria, lo que puede aumentar los niveles de CO2 en el cuerpo.
- Pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente en la región abdominal, como aquellos que han tenido cesáreas.
- Las personas con lesiones musculares o vertebrales deben tener cuidado al realizar la gimnasia hipopresiva.
- Pacientes con artrosis de rodilla o cadera, ya que las posiciones que incluye esta técnica pueden causar molestias físicas.
Beneficios de los ejercicios hipopresivos
Es esencial entender que la gimnasia hipopresiva ofrece beneficios sustanciales, sobre todo en relación a la disfunción del suelo pélvico. Miguel del Valle, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, aclara que estos ejercicios han surgido como una opción de tratamiento conservador para la disfunción del suelo pélvico (DSP), que se relaciona con diversos problemas, como incontinencia urinaria, prolapso de órganos pélvicos y disfunción sexual. Sin embargo, una de las limitaciones de los ejercicios hipopresivos es que no trabajan todos los músculos abdominales de la misma manera que los ejercicios abdominales clásicos.
Por ello, se debe establecer una comparación entre un programa de ejercicios hipopresivos y uno de entrenamiento específico para los músculos del suelo pélvico. Ambos enfoques son eficaces y algunos estudios sugieren que los mejores resultados se logran al combinar ambas modalidades. Si una persona no presenta problemas en el suelo pélvico y desea fortalecer su abdomen, es más recomendable optar por un entrenamiento abdominal clásico, que permita trabajar todos los músculos de esta área del cuerpo.
Algunos de los beneficios que la práctica de los ejercicios hipopresivos puede ofrecer a quienes los necesitan son:
- Mejora de la función respiratoria, especialmente del diafragma.
- Fortalecimiento del suelo pélvico, contribuyendo a la prevención y tratamiento de problemas como la incontinencia urinaria y el prolapso.
- Recuperación de la postura, un aspecto relevante para las mujeres que, tras el parto, tienden a mantener la postura de una embarazada.
- Mejora de la movilidad y de la función de las vísceras, así como de la circulación venosa y linfática.
- Recuperación posparto de la faja abdominal, abordando la debilitación de la pared abdominal.
La evolución de la gimnasia abdominal hipopresiva
Con el paso de los años, la gimnasia abdominal hipopresiva ha ido ganando adeptos en la población general, provocando, en algunos casos, un rechazo hacia los ejercicios abdominales tradicionales. Esto se debe, en parte, a ciertos estudios de escasa validez científica que han sostenido que los ejercicios clásicos podrían incrementar el riesgo de incontinencia urinaria. Sin embargo, es fundamental aclarar que ambas modalidades tienen su lugar y utilidad en el ámbito del entrenamiento físico.
A medida que se van realizando más investigaciones en este campo, se hace evidente la necesidad de un enfoque equilibrado que considere las particularidades de cada persona y sus necesidades específicas. La combinación de ambos tipos de ejercicios, hipopresivos y abdominales tradicionales, podría ser la clave para mejorar la salud y el bienestar del suelo pélvico y del abdomen. Así, las mujeres, especialmente aquellas en las etapas de posparto, pueden beneficiarse de un programa de ejercicios bien diseñado y adaptado a sus circunstancias.