Actualizado el 23 de octubre de 2022 por Carlos José Belmonte López
Gracias a la rodilla, se pueden realizar una infinidad de movimientos con las piernas. Esta parte del cuerpo cuenta con varios elementos, en los que resaltan los cartílagos, necesarios para una articulación tan compleja como esta. Claro que también puede sufrir lesiones, siendo la rotura de menisco una de las más comunes.
En este artículo vamos a destacar cómo es una rotura de menisco y qué hacer para solucionar esta situación.
¿Qué es rotura de menisco?
En la rodilla hay piezas de cartílago que cubren tanto el hueso del muslo, como el que baja hacia el pie. Estas piezas se conocen como cartílagos. Pero, debido a lo exigidos que se ven cada vez que se usa la pierna, y sobre todo cuando se hacen movimientos bruscos con la pierna apoyada firmemente en el piso, se pueden romper.
Estos cartílagos ayudan a evitar el roce entre un hueso y otro, lo que causaría dolor si ocurriera. Además, permiten que el movimiento de la rodilla sea natural, al darle flexibilidad.
Síntomas de rotura de menisco
Destacamos cuáles son los síntomas principales que se pueden padecer si se ha roto el menisco.
- Ruptura. Por el tipo de afección, es el síntoma principal. La persona siente que en la rodilla algo se ha roto.
- Dolor. Puede ser que si la pierna se inmoviliza, no se sienta dolor. Sin embargo, en el caso de algunas personas, el dolor es constante.
- Inflamación. Cuando hay presencia de hinchazón, es necesario buscar ayuda médica.
- Limitación del movimiento. Ocurre en la mayoría de los casos. Se puede intentar mover la pierna sin éxito, o el rango es mucho menor de lo normal.
Algunas personas que han padecido esta afección, señalan que también se siente la rodilla floja o trabada. Sea cual sea el caso, es mejor tomar las medidas correctivas cuanto antes.
¿Qué puedo hacer si me he roto el menisco?
Si se ha roto el menisco, es importante que se sigan una serie de pasos. Estos se tomarán en cuenta desde el mismo momento en el que ocurra la lesión. Veamos los primeros, las cuales son avaladas por el doctor Fernando Corbí, quien tiene muchos años de experiencia como traumatólogo.
Tratamiento inicial
Apenas se sufra la lesión, es necesario inmovilizar la pierna. Así se evitará que la situación se agrave. Se puede hacer uso de cualquier instrumento, siempre y cuando cumpla bien la función de dejar la pierna y la rodilla sin ningún movimiento.
En caso de que la persona necesite caminar, quizás para actividades del día a día, se recomienda el uso de muletas. De esa forma se puede evitar afectar aún más la rodilla dañada y, al mismo tiempo, cuidar de no recargar demasiado peso en la otra.
Otra medida es usar hielo, aplicado directamente en la rodilla afectada. Esto favorece la desinflamación de la zona y su curación. Y, para completar el tratamiento inicial, se pueden obtener algunos medicamentos analgésicos aprobados por los médicos. Gracias a estos el dolor puede desaparecer.
Terapia
David Gómez, traumatólogo, también apoya el uso de fisioterapia en la recuperación de la persona. Cuando la condición de la persona es leve o moderada, se puede hacer uso de ejercicios específicos para ayudar a aumentar la resistencia de la rodilla, así como de los músculos cercanos a ella.
Es necesario destacar que solo se deben usar estos tratamientos después de que un especialista, preferiblemente un traumatólogo, haga una evaluación completa de la condición del paciente. Lo más importante al sufrir una rotura de menisco es valorar la gravedad del padecimiento. Solo así se podrá saber cuáles actividades están permitidas y cuáles no.
Intervención quirúrgica
En caso de que la rodilla no presente signos de mejoría, y después de usar los métodos antes mencionados así como cualquier otro aprobado por el médico, es momento de evaluar la posibilidad de una cirugía. Esta es siempre la última opción a tener en cuenta.
Antes de la realización de cualquier intervención quirúrgica, se deben hacer los exámenes correspondientes, incluso los que se hayan hecho al principio. Según el estudio sobre el uso de la resonancia magnética y artroscópica en la rodilla, se pueden usar estos medios para diagnosticar el daño.
Artroscopia
La intervención quirúrgica se conoce como artroscopia de rodilla, es invasiva pero solo un poco. Gracias a esta, se puede hacer la reparación del menisco sin la necesidad de abrir por completo la zona. Así, es posible que la recuperación sea más rápida de lo que se podía esperar. Se lleva a cabo haciendo uso de un instrumento conocido como artroscopio.
Durante la operación, se introduce en la rodilla por una abertura pequeña. Al hacerlo, el cirujano podrá ver la condición de la rodilla en una pantalla. Así será más fácil que pueda realizar la reparación.
Mientras tanto se realiza otra incisión en la rodilla, la cual servirá para realizar la cirugía. Esto se debe a que puede hacer falta retirar parte del cartílago o ingresar a la rodilla algún elemento.
Aunque también es posible hacer este procedimiento con una abertura completa de rodilla, haciendo más fácil el trabajo para el médico, gracias a los avances de la ciencia, resulta mucho más beneficioso el método de la artroscopia.
Recuperación
Aunque no es tan invasiva, también se deben respetar los tiempos de rehabilitación. Durante un periodo determinado por el médico, no se deben realizar movimientos bruscos con la pierna. Aun así, es necesario que tampoco se mantenga inmóvil la rodilla, porque eso podría afectar la musculatura en toda la pierna.
El éxito en la recuperación está en encontrar el equilibrio. Para asegurarse de hacerlo de la manera correcta, se sugiere contar con la asesoría de un médico o fisioterapeuta. Este podrá ayudar a conocer y seguir la técnica en los movimientos postoperatorios.
Es cierto que si se ha roto el menisco, hay razón para preocuparse, pero es un problema que tiene solución. Y si es en manos expertas, será una muy segura.