Adiós a los ultraprocesados: la revolución del clean eating que transformará tu salud y tu bienestar

Actualizado el 2 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La creciente preocupación por la alimentación saludable en las sociedades occidentales impulsada por el consumo masivo de alimentos procesados, ha llevado a muchos a cuestionar sus hábitos alimenticios. Este fenómeno tiene consecuencias tangibles para la salud, ya que se asocia con problemas como la obesidad, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. En medio de este clima, surge la corriente del clean eating o “comer limpio”, que busca reencontrar el camino hacia una alimentación más natural y menos manipulada.

Cómo llevar a cabo el ‘clean eating’

Implementar el clean eating en el día a día no requiere seguir reglas rígidas, sino que implica hacer elecciones más informadas. La esencia de esta práctica está en priorizar alimentos frescos como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas de calidad, tales como pescados, huevos o carnes magras. Este enfoque nos invita a volver a una dieta más sencilla, similar a la que mantenían las generaciones anteriores, antes de la proliferación de productos ultraprocesados.

Un aspecto clave es evitar los alimentos con largas listas de ingredientes que son difíciles de reconocer. Los panes industriales, los snacks ultraprocesados o los refrescos son ejemplos que conviene reducir. En cambio, se recomienda optar por comidas cocinadas en casa con ingredientes básicos y naturales. Además, el clean eating promueve el consumo de productos de temporada y de proximidad, lo que implica que son más frescos y sostenibles.

Qué es realmente el ‘clean eating’ o ‘comer limpio’

El clean eating, por su parte, se define como el consumo de alimentos lo más puros y naturales posible. Aunque no existe una definición única, la idea central es minimizar el consumo de productos procesados y optar por ingredientes frescos, integrales y sin aditivos artificiales. Se trata más de un modo de vida que de una estricta dieta; se enfoca en alimentar el cuerpo de forma consciente, priorizando la calidad sobre la cantidad.

Síes y noes dentro del ‘clean eating’

A pesar de su enfoque en reducir los productos procesados, el clean eating permite algunas excepciones que pueden ser parte de una alimentación saludable. Por ejemplo, se incluyen alimentos como quesos artesanales, conservas de pescado natural o legumbres enlatadas, siempre que su procesamiento sea mínimo y sin aditivos innecesarios. Estos productos no solo facilitan la preparación de platos deliciosos, sino que también aportan nutrientes beneficiosos.

Por otro lado, en esta filosofía hay alimentos que deben evitarse. Entre ellos se encuentran los ultraprocesados altos en azúcares añadidos, grasas hidrogenadas y potenciadores de sabor, como las galletas industriales, embutidos de baja calidad y snacks salados. Además, es fundamental revisar las etiquetas, ya que muchos productos que parecen naturales pueden contener conservantes o edulcorantes que contradicen los principios del clean eating.

Impacto del clean eating en la salud y el medio ambiente

Este movimiento no solo aborda la salud individual, sino que también lleva a una reflexión sobre la sostenibilidad y el origen de lo que comemos. Comer limpio implica considerar cómo nuestras elecciones diarias afectan el entorno. La conexión entre la alimentación y la salud se ve respaldada por numerosos estudios, como investigaciones publicadas en The American Journal of Clinical Nutrition, que resaltan los peligros del consumo excesivo de ultraprocesados.

Diversos estudios han señalado la relación directa entre el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y la aparición de enfermedades crónicas. Un informe en la revista BMJ concluyó que una dieta rica en estos productos aumenta los riesgos de desarrollar patologías como la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Los ultraprocesados suelen contener altas cantidades de azúcares, grasas trans y aditivos químicos que pueden alterar el metabolismo y favorecer estados inflamatorios a largo plazo.

Finalmente, es crucial entender que comer limpio no significa eliminar todos los alimentos procesados de forma tajante. Más bien, se trata de buscar un equilibrio entre lo que se consume y las repercusiones que eso tiene en la salud y el medio ambiente. Por lo tanto, este enfoque fomenta hábitos más saludables y una conexión consciente con la alimentación, sin caer en extremos o restricciones innecesarias.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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