Adiós al deterioro cognitivo: La dieta MIND que podría retrasar tus problemas de memoria según expertos en neurología

Actualizado el 28 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

Según un estudio reciente publicado en la revista Neurology por expertos de la Academia Estadounidense de Neurología, se ha encontrado que seguir una dieta similar a la dieta MIND podría reducir el riesgo de deterioro cognitivo en las personas. Esta dieta es una combinación de la dieta mediterránea y la dieta DASH, siendo rica en alimentos como verduras, especialmente las de hoja verde, cereales integrales, aceite de oliva, carne de ave, pescado, legumbres y frutos secos. Entre sus recomendaciones, se priorizan las bayas sobre otras frutas y se sugiere consumir pescado al menos una vez a la semana.

Un abordaje crucial ante el envejecimiento de la población

«Dado que el número de personas con demencia aumenta con el envejecimiento de la población, es fundamental hacer cambios para retrasar o ralentizar el desarrollo de los problemas cognitivos», afirma el doctor Russell P. Sawyer, autor del estudio y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología. A través de este estudio, los investigadores estaban interesados en analizar el impacto que la dieta tiene en el riesgo de deterioro cognitivo en diversos grupos demográficos, incluidos participantes de diferentes etnias y antecedentes.

Detalles del estudio

La investigación incluyó un total de 14.145 personas, cuyo promedio de edad rondaba los 64 años. A lo largo de un seguimiento de aproximadamente 10 años, se les pidió a los participantes que completaran un cuestionario sobre su alimentación durante el año anterior, permitiendo a los investigadores determinar en qué medida sus hábitos alimenticios se alineaban con las recomendaciones de la dieta MIND.

Puntuaciones y resultados

A los participantes se les asignó un punto por cada uno de los alimentos característicos de la dieta MIND que consumieron en la semana. Posteriormente, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos en función de sus puntajes: el grupo con una dieta baja que obtuvo una puntuación media de cinco, el grupo con una dieta media que consiguió un promedio de siete, y el grupo con una dieta alta, que alcanzó una puntuación media de nueve. Las habilidades de pensamiento y memoria se evaluaron tanto al inicio como al final del estudio.

Durante el seguimiento, se identificó un deterioro cognitivo en 532 personas, equivalente al 12% de los 4.456 individuos del grupo de dieta baja. En el grupo de dieta media, 617 personas, es decir, el 11% de 5.602 participantes, mostraron deterioro, mientras que en el grupo de dieta alta, 402 personas, o el 10% de las 4.086, desarrollaron problemas cognitivos. Tras ajustar por factores como la edad, la presión arterial alta y la diabetes, los investigadores hallaron que aquellos que se alimentaban con una dieta alta tenían un riesgo un 4% menor de sufrir deterioro cognitivo en comparación con aquellos del grupo bajo.

Un deterioro más lento

Los investigadores también examinaron la rapidez con la que las habilidades cognitivas de los participantes se erosionaban conforme avanzaba la manifestación de problemas. Los resultados indicaron que aquellos que mantenían una adherencia más estricta a la dieta MIND experimentaban un deterioro cognitivo más lento. Esta observación fue aún más pronunciada en los participantes negros que en sus contrapartes blancas.

Implicaciones de los hallazgos

«Estos hallazgos justifican la necesidad de más investigaciones, especialmente para explorar los diferentes impactos de la dieta MIND entre hombres y mujeres, así como entre distintas etnias», concluye el doctor Sawyer. La posibilidad de que cambios dietéticos sencillos puedan ayudar a reducir o ralentizar el riesgo de deterioro cognitivo es un tema que continúa generando interés.

Finalmente, es esencial comprender que las elecciones dietéticas no solo afectan la salud física, sino que también tienen un papel significativo en el bienestar cognitivo. Incorporar más verduras de hoja verde, una variedad de frutas como las bayas, y fuentes de proteínas saludables como el pescado y las legumbres puede ser un excelente comienzo para cualquier persona preocupada por su salud cerebral.

En resumen, elegir adecuadamente los alimentos que consumimos no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también puede tener un impacto positivo a largo plazo en nuestra salud cognitiva, ofreciendo una herramienta potente para enfrentar el envejecimiento de la población y sus consecuencias en la salud mental.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

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