Actualizado el 23 de octubre de 2022 por Carlos José Belmonte López
El bruxismo es una enfermedad subestimada, porque se considera solo un mal hábito. Sin embargo, esta hiperactividad de la musculatura masticatoria que generalmente sucede de manera inconsciente, puede causar dolores de cabeza y de los músculos de la mandíbula, cuello y oídos.
Por otra parte, el bruxismo causa deformaciones dentales y problemas musculares. Por tal razón, no se debe tomar a la ligera, más bien es necesario conocer cómo se produce, sus consecuencias y las estrategias médicas que se usan para tratarla.
¿Qué es el bruxismo?
Por bruxismo se entiende el hábito de apretar o rechinar los dientes, con movimientos y contactos sin propósitos funcionales, como masticar alimentos.
Esta parafunción mandibular persistente sucede durante el día o por la noche, siendo este último el horario más frecuente y donde es más difícil de controlar.
El roce constante ocasionado por esta enfermedad produce el conocido rechinamiento y puede desgastar los dientes y aumentar su sensibilidad.
Se estima que el bruxismo afecta entre un 10 y un 20% de la población.
¿Cuáles signos y síntomas debo evaluar?
El doctor Eduardo Sánchez-Jáuregui, médico adjunto del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, comenta que: «No todas las personas bruxistas rechinan -se deslizan los dientes de la arcada superior sobre los de la inferior- los dientes sino que muchos solo aprietan».
No obstante, muchas veces la persona no es consciente de que aprieta los dientes. Pero en cuanto a los que rechinan los dientes, este ruido puede ser detectado por las personas que duermen cerca de ella.
Aunque el bruxismo causa síntomas generales, hay personas que rechinan y aprietan los dientes y no presentan otros signos. En esto inciden factores como el estrés que tenga la persona, la duración de la acción de apretar, sus hábitos de sueño, si los dientes no están alineados y su capacidad para relajarse.
Algunos de los síntomas de bruxismo son:
- Dolor de cabeza
- Insomnio
- Actividad de la musculatura masticatoria aún sin ingerir alimentos
- Sonido de rechinido de los dientes
- Sensación de tensión o dolor en el área de las mandíbulas
- Desgaste de las piezas dentales
- Fracturas de dientes o muelas
- Hipersensibilidad en los dientes a bebidas frías o calientes
- Fatiga muscular
- Disfunción del aparato auditivo, como sensación de pitido o tinnitus
¿Cuáles son las causas y efectos?
En realidad no se sabe con precisión cuáles son las causas del bruxismo. El doctor Eduardo Sánchez-Jáuregui propone que se trata de un hábito que se realiza de forma inconsciente para liberar el estrés durante la noche.
Por otro lado, el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España, explicó que el estrés provoca que haya puntos de fuga o de válvulas de escape, lo que provoca que al dormir se aprieten o rechinen los dientes.
Ahora bien, aunque se considera que el estrés y la ansiedad pueden ser los causantes en muchos pacientes, no existe una causa fija del bruxismo. Todavía se estudian posibles factores genéticos y su relación con otras patologías.
Se considera que, además del estrés, otros aspectos que pueden causar el bruxismo son:
- El tipo de alimentación.
- Los hábitos del sueño.
- La postura.
- La alineación de los dientes, especialmente si esta es inadecuada.
- La incapacidad para relajarse.
¿Cuáles son las consecuencias del bruxismo?
El llamado comportamiento bruxista supone una hiperactividad de algunos músculos maseteros y temporales, lo que puede conducir a que se generen distintas molestias, tales como:
- Hipertensión de los músculos de la nuca y el cuello. Esto causa de forma inmediata dolor en la cara y problemas en las cervicales y en la espalda, y en algunos casos puede estar acompañada de vértigos o mareos.
- Hiperestesia dental. El bruxismo puede causar sensibilidad excesiva de los dientes cuando la dentina queda al descubierto debido al desgaste.
- Desgaste dental. El acto de apretar los dientes o de rechinarlos puede generar desgaste, además ocasiona desequilibrios importantes en la articulación temporomandibular, pues es sometida al estrés de una oclusión forzada y de un apretar continuado.
¿Cómo se diagnostica el bruxismo?
El doctor Óscar Castro explica que “se deben realizar diversas pruebas, como modelos articulados de la cavidad oral, radiografías y resonancias magnéticas para valorar el problema y aplicar un tratamiento correcto y personalizado para que no se complique la enfermedad.
Es de vital importancia saber cómo tratar el bruxismo con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente y evitar problemas mayores”.
Con la finalidad de diagnosticar este trastorno se realiza una exploración clínica y un estudio radiográfico.
Por una parte, un electromiograma sirve para determinar la intensidad y frecuencia de bruxismo durante el día y la noche, porque evalúa la musculatura masticadora.
Otra opción es la realización de una prueba con la polisomnografía, que registra la actividad del cerebro y músculos durante el sueño.
¿Cómo tratar el bruxismo?
Las terapias aplicadas para el bruxismo están orientadas a la reducción del dolor, la prevención del desgaste de las piezas dentales y los daños permanentes en la mandíbula y la disminución del rechinamiento de los dientes.
De acuerdo a la gravedad del caso y la fuerza ejercida sobre los dientes, un odontólogo aconsejará distintas vías de tratamiento, como por ejemplo:
- Férula oclusal o de descarga. Se trata de una protección dental de resina o de plástico que se recomienda en casos graves.
- Fisioterapia. La contractura producida por el bruxismo en los músculos maseteros, temporales y pterigoides puede ser tratada por un fisioterapeuta.
- Técnicas de relajación. Aprender técnicas de relajación y modificación de comportamientos diurnos pueden ser muy útiles. Puede acompañarse con ejercicios de relajación de la musculatura corporal, con el objetivo de reducir el estrés y la ansiedad.
- Infiltración en el músculo de toxina botulínica. Esta medida se aplica en caso de que las anteriores no funcionen. Con esto se logra restar fuerza al músculo, pues consigue inhibir la liberación de la acetilcolina, un neurotransmisor que manda el nervio al músculo para que se contraiga de la placa motora.
Conclusión
En síntesis, el bruxismo no se cura, pero con un tratamiento conductual, para modificar el modo de reacción psicosocial ante el problema y el tratamiento ortopédico para relajar la neuromusculatura, prevenir o limitar el daño dental, se puede reducir la manifestación del bruxismo.