Actualizado el 27 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La importancia del estudio estriba en que el horario de las comidas por sí solo puede afectar negativamente al metabolismo de la glucosa, al margen de la cantidad de calorías consumidas a lo largo del día y del peso y la grasa corporal del individuo. Por tanto, tomar un desayuno energético y concentrar las principales calorías del día hasta la hora de la comida puede mejorar la glucemia y combatir la inflamación.
Estudio sobre los hábitos alimenticios
El estudio incluyó 26 participantes de entre 50 y 70 años, quienes tenían sobrepeso u obesidad y prediabetes o diabetes tipo 2. Se comparó la tolerancia a la glucosa de los participantes, divididos en dos grupos: los comedores tempranos, que hacían la mayor ingesta de calorías antes de la tarde-noche, y los comedores tardíos, que consumían el 45 % o más de sus calorías a partir de las cinco de la tarde.
Ambos grupos consumían las mismas calorías y alimentos durante el día, solo que lo hacían en diferentes horarios. Los participantes utilizaron una aplicación móvil para registrar sus comidas en tiempo real. El hallazgo principal fue que los comedores tardíos toleraban peor la glucosa, independientemente de su peso o la composición de la dieta. También se observó que tendían a consumir mayores cantidades de carbohidratos y grasas durante la tarde-noche.
Efectos de la glucosa elevada
«Unas cifras elevadas de glucosa mantenidas en el tiempo pueden tener implicaciones como un mayor riesgo de progresar hacia diabetes tipo 2, un incremento del riesgo cardiovascular debido al daño en los vasos sanguíneos que provoca la glucosa alta, y una mayor inflamación crónica, que agrava el daño cardiovascular y metabólico», afirma Díaz Rizzolo.
El ritmo circadiano y la metabolización de la glucosa
«Por la noche, la capacidad del cuerpo de metabolizar la glucosa se reduce, dado que la secreción de insulina y la sensibilidad de las células a esta hormona disminuyen por el ritmo circadiano, que está determinado por un reloj central en el cerebro que se ajusta a las horas de luz y oscuridad», explica Díaz Rizzolo.
Un estudio publicado en Nutrition & Diabetes por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Columbia University ha demostrado que ingerir más del 45 % de las calorías del día a partir de las cinco de la tarde está asociado a una elevación de los niveles de glucosa. Este estudio se realizó en el Irving Medical Center de la Columbia University en Nueva York y fue liderado por la doctora Diana Díaz Rizzolo, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
Nuevas recomendaciones sobre hábitos alimenticios
A partir del estudio, y dentro de la prudencia, la investigadora aconseja que el aporte de alimentos se realice principalmente durante las horas de sol del día. «El mayor aporte de calorías en el día se debería hacer en el desayuno y la comida, en lugar de en la merienda y la cena», señala.
Díaz Rizzolo también recomienda evitar el consumo de productos ultraprocesados, comida rápida y alimentos muy ricos en carbohidratos, especialmente durante la noche.
Un nuevo enfoque en la nutrición
«Hasta el momento», afirma la investigadora, «las personalizaciones en nutrición se han basado en dos cuestiones principales: cuánto comer y qué alimentos escoger. Con este estudio, una nueva cuestión comienza a cobrar gran importancia en la prevención cardiometabólica: cuándo comer.» Esta perspectiva resalta la relevancia del tiempo en el cual se realizan las ingestas, lo que podría tener un impacto significativo en la salud de la población.
Los hallazgos de esta investigación subrayan la importancia de revaluar no solo qué y cuánto comemos, sino también cuándo lo hacemos. Este tipo de estudios podrían llevar a una revisión de las recomendaciones dietéticas actuales, fomentando cambios en los hábitos alimenticios que, a largo plazo, podrían resultar beneficiosos para la salud general de la población.