Adiós a la demencia: el hábito diario de consumir frutos secos que reduce su riesgo hasta un 12%

Actualizado el 28 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La demencia es un proceso neurodegenerativo ligado al envejecimiento que sigue sin tener una cura o tratamiento óptimo. Sin embargo, los últimos avances en la investigación médica han demostrado que un estilo de vida saludable es fundamental para mantener una buena salud cerebral. En este contexto, la dieta se presenta como uno de los pilares más significativos de un estilo de vida equilibrado.

Pequeños hábitos que marcan la diferencia

Con tan solo unos pequeños hábitos cotidianos, se puede reducir el riesgo de demencia, siempre que estos hábitos sean constantes a lo largo de la vida. Un estudio reciente ha puesto de relieve la importancia de incluir frutos secos en nuestra dieta diaria, ya que consumirlos diariamente podría reducir hasta un 12% el riesgo de desarrollar demencia.

El papel de los frutos secos

El nuevo estudio, publicado en la revista Geroscience, establece que el consumo regular de frutos secos se asocia con un menor riesgo de demencia de diversas causas en adultos. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido, eligiendo a 50.386 participantes de entre 40 y 70 años, a quienes se evaluó su ingesta de frutos secos y otros factores relacionados con el riesgo de demencia.

Después de considerar factores como la edad, el sexo, el nivel educativo y el estilo de vida general, se constató que la inclusión de frutos secos en la dieta se correlaciona con un 12% menos de probabilidades de padecer demencia. Se observó que grupos específicos, como las mujeres, los adultos mayores, los no fumadores y aquellos con un estilo de vida más saludable, eran los que más se beneficiaban de este hábito alimenticio.

Beneficios nutricionales de los frutos secos

¿Por qué los frutos secos tienen este efecto protector contra la demencia? Según el Dr. David Perlmutter, neurólogo y miembro del Colegio Americano de Nutricionistas, su secreto reside en su densidad nutricional.

El Dr. Perlmutter explica que los frutos secos son una fuente rica en grasas saludables, antioxidantes, fibra y compuestos antiinflamatorios. Estas sustancias no solo favorecen la salud cerebral, sino que también ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Adicionalmente, el consumo de frutos secos se ha vinculado a un efecto positivo en el microbioma intestinal, lo cual es beneficioso para la salud del cerebro.

Prevención de la neurodegeneración

Por todo lo anterior, se concluye que los frutos secos pueden prevenir la neurodegeneración, así como mejorar el rendimiento cognitivo y la salud cardiovascular y metabólica. La incorporación regular de alimentos antiinflamatorios en nuestra dieta está considerada como una excelente estrategia para mantener la salud cerebral a lo largo del tiempo.

Tipos de frutos secos y sus propios beneficios

El Dr. Perlmutter también diferencia cada grupo de frutos secos y sus componentes nutricionales:

  • Nueces: Ricas en ácidos grasos omega-3, ofrecen beneficios significativos para la salud cerebral, aunque no son recomendables para quienes padecen enfermedad renal. Generalmente, los neurólogos las consideran el mejor fruto seco para un consumo diario.
  • Almendras y avellanas: Son ricas en vitamina E, un poderoso antioxidante que protege las células cerebrales.
  • Pistachos, nueces pecanas y anacardos: Estos frutos son fuentes ricas en antioxidantes y nutrientes que favorecen las funciones cognitivas y metabólicas.

El experto aconseja que, en general, la variedad en el consumo de frutos secos es la mejor manera de lograr un aporte equilibrado de nutrientes. Otros estudios refuerzan esta recomendación, sugiriendo que una dieta variada es esencial para mejorar la salud cerebral.

Recomendaciones sobre el consumo de frutos secos

Finalmente, es importante tener en cuenta que lo ideal es consumir frutos secos sin sal, en una cantidad equivalente a 30 gramos diarios, para maximizar los beneficios para la salud cerebral y cardiovascular. Además de los frutos secos, hay otros alimentos neuroprotectores, como los frutos del bosque, las verduras de hoja verde (como la col rizada, las espinacas y las acelgas), el pescado graso, el aceite de oliva, el chocolate negro y los granos integrales.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

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