Adiós a la mala fama de la patata: la nutricionista Sandra Moñino revela su poder para perder peso y mejorar la salud intestinal

Actualizado el 23 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López

Durante años, la patata ha sido injustamente expulsada de las dietas por la creencia errónea de que engorda. Asociada a frituras, salsas hipercalóricas y menús poco saludables, su reputación no ha reflejado su verdadero valor nutricional. Sin embargo, en una reciente entrevista, la nutricionista Sandra Moñino ha aclarado que esta visión es profundamente equivocada. «Tiene muy mala fama, la gente la quita de las dietas porque piensa que engorda, pero os puedo decir que realmente la patata y el boniato son alimentos antiinflamatorios que incluso pueden ayudar a perder peso», afirmó.

Evidencia Científica del Almidón Resistente

Su afirmación descansa en una sólida base científica. La clave radica en un componente denominado almidón resistente, un tipo de carbohidrato que no se descompone en el intestino delgado como los azúcares simples. «Cuando se calienta una patata y luego se deja enfriar durante al menos 12 horas, ese almidón se convierte en almidón resistente, que es el alimento perfecto para las bacterias en nuestro intestino», explicó Moñino. Así, las patatas y boniatos cocidos y refrigerados se convierten en auténticos prebióticos.

Este tipo de almidón actúa como fibra fermentable, llegando al colon sin ser degradado. Allí, alimenta a ciertas bacterias beneficiosas que lo metabolizan y generan compuestos bioactivos, como el ácido butírico. Esta sustancia ha sido objeto de numerosos estudios debido a sus potentes efectos antiinflamatorios y su capacidad para reforzar la barrera intestinal. «Cuando este almidón llega intacto al colon, las bacterias lo metabolizan y producen ácido butírico, que es un antiinflamatorio natural», resumió Moñino.

Beneficios del Ácido Butírico

La ciencia ha demostrado que el ácido butírico no solo protege el epitelio intestinal, sino que también modula el sistema inmunitario, reduce la inflamación crónica de bajo grado y puede contribuir al control del apetito y la sensibilidad a la insulina. Esto significa que no solo es beneficioso para tener un intestino saludable, sino que sus efectos impactan en el metabolismo y pueden disminuir el riesgo de enfermedades crónicas, como la obesidad y la diabetes tipo 2.

La Importancia de la Preparación

La forma de preparar la patata y el boniato es crucial para maximizar sus beneficios. No basta con hervir una patata y consumirla de inmediato; lo que realmente importa es dejarla enfriar por un mínimo de 12 horas. «Ese tiempo de reposo en frío permite la retrogradación del almidón», subrayó la especialista. Este proceso reorganiza las cadenas de glucosa en estructuras más compactas y resistentes a la digestión.

Para potenciar aún más las propiedades antiinflamatorias de estos tubérculos, Moñino recomienda un toque culinario saludable y sabroso: “Puedes cortar las patatas y boniatos en rebanadas, añadirles aceite de oliva virgen extra, cúrcuma y pimienta. Este sencillo truco aumenta su efecto antiinflamatorio”. El aceite de oliva virgen extra contiene polifenoles que imitan la acción del ibuprofeno, y la cúrcuma, en combinación con la piperina de la pimienta, mejora la biodisponibilidad de su componente activo, la curcumina.

Un Alimento Saciante y Funcional

Esta preparación transforma lo que antes se consideraba un alimento «prohibido» en un auténtico cóctel funcional, capaz de mejorar la salud intestinal, modular el sistema inmune y contribuir a una dieta equilibrada. Estudios recientes han demostrado que una dieta rica en almidón resistente aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta, reduce la inflamación y mejora la sensibilidad a la insulina.

Además de sus beneficios fisiológicos, la forma de consumir patatas y boniatos también promueve la saciedad. Al liberar energía de manera progresiva, evitan picos de glucosa en sangre, lo que ayuda a prevenir el círculo vicioso del hambre rápida y el consumo compulsivo, uno de los mayores obstáculos para quienes intentan perder peso. Por tanto, Moñino reafirma su idea: «Pueden ayudarte a perder peso», desafiando la noción extendida de que todos los carbohidratos son enemigos del control del peso.

Erradicando el Mito de los Hidratos de Carbono

De hecho, la demonización de los hidratos de carbono ha sido uno de los grandes errores de la nutrición contemporánea. Las dietas bajas en carbohidratos han proliferado sin considerar la calidad del alimento. No es lo mismo consumir una galleta ultraprocesada que una patata cocida y enfriada. En un contexto donde la salud intestinal ha tomado protagonismo en la medicina preventiva y la microbiota es considerada un órgano, es fundamental reintroducir alimentos en su forma más natural y funcional. No solo importa lo que comemos, sino también lo que consumen nuestras bacterias. Y, como recuerda Moñino, «ellas se alimentan de almidón resistente» para generar compuestos que nos benefician de manera directa.

En conclusión, la patata y el boniato, lejos de ser enemigos de una dieta saludable, pueden ser aliados en la búsqueda de una buena salud y bienestar general. Una preparación adecuada y una comprensión de su valor nutricional pueden cambiar la percepción y el uso de estos tubérculos en nuestras dietas diarias.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

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