Adiós a la mañana: el ejercicio en la tarde quema más grasa, según un estudio de la Universidad de Murcia

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Actualizado el 11 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López

El momento del día en el que se realiza la actividad física influye en la acumulación de grasa y el metabolismo energético, según un estudio liderado por el investigador del grupo de Neurobiología de la Actividad Física de la Universidad de Murcia (UMU), José Luis Ferrán.

Detalles del Estudio

La investigación, publicada en la revista ‘Molecular Metabolism’, se ha llevado a cabo con roedores adolescentes para evaluar cómo el ejercicio en diferentes momentos del día afecta a la acumulación de grasa y la expresión de genes relacionados con el metabolismo. Este esfuerzo se enmarca dentro de un trabajo interdisciplinario, en el cual participaron otros grupos de la UMU, así como el Instituto de Investigación Biomédica de Murcia (IMIB-Virgen de la Arrixaca), el Interlab UMU, y diversas facultades y centros de investigación tanto nacionales como internacionales.

Metodología Utilizada

El equipo de investigación dividió los roedores en dos grupos: uno que realizó ejercicio durante la fase temprana de su ciclo activo, que equivale a la mañana en los humanos, y otro que lo hizo en la fase tardía, correspondiente a la tarde. Los resultados mostraron que los animales que entrenaron en la tarde presentaron menos grasa corporal en comparación con aquellos que lo hicieron por la mañana.

Hormonas y Metabolismo

Además, el grupo que se ejercitó en la fase tardía mostró niveles elevados de FGF21, una hormona clave en la quema de grasas y en la regulación de la sensibilidad a la insulina. Esto sugiere que el ejercicio no solo afecta la cantidad de grasa acumulada, sino también la forma en que el cuerpo utiliza y almacena la energía. Las diferencias en las respuestas metabólicas y hormonales observadas en los dos grupos de roedores pueden tener implicaciones importantes sobre cómo se aborda el ejercicio físico en humanos.

Implicaciones de los Resultados

José Luis Ferrán sostiene que «la carga de actividad física que hemos utilizado ha sido relativamente baja. Sospechamos que, aumentando la intensidad o duración del ejercicio, también se verían efectos en el grupo que corre por la mañana». Esto plantea una cuestión interesante: ¿cuál es el momento óptimo para hacer ejercicio si el objetivo es mejorar la composición corporal y el metabolismo?

Sin embargo, Yevheniy Kutsenko, primer autor del estudio, ha advertido que «a pesar de la evidente reducción de grasa corporal, es temprano para saber si este efecto tendría consecuencias positivas o no para la salud». Por lo tanto, aunque los resultados son prometedores, es fundamental considerar otros factores.

La Importancia de la Personalización

A pesar de estos hallazgos, el grupo de investigación enfatiza que no debemos cambiar radicalmente nuestros hábitos de ejercicio en base a estos resultados. “Lo más importante es intentar adherirse a nuestros ritmos naturales y hacer ejercicio en el momento del día en que nos sintamos mejor”, concluye el profesor Ferrán. Esto enfatiza la importancia de la individualización en las rutinas de ejercicio.

Reflexiones Finales

Teniendo en cuenta lo anterior, surge la inquietud sobre cómo estos nuevos hallazgos pueden cambiar nuestra percepción sobre el ejercicio. Por un lado, puede ser tentador programar las sesiones de entrenamiento según esta nueva información, pero, por otro lado, es vital escuchar a nuestro propio cuerpo y adaptar las rutinas según lo que funcione mejor para cada uno.

En conclusión, este estudio nos ofrece una nueva perspectiva sobre la dieta y el ejercicio, destacando que el momento en que se realiza la actividad física puede ser tan crucial como la actividad misma. No obstante, siempre es compañero del sentido común y la personalización a la hora de ajustar nuestros hábitos de vida.