Actualizado el 29 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López
A medida que avanza la investigación sobre la relación entre el tiempo de las comidas y la salud, la crononutrición se presenta como un campo fundamental para entender cómo los horarios de alimentación afectan nuestra salud. España, en particular, ha emergido como un centro de estudios en este ámbito, dado sus peculiaridades en los horarios de las comidas en comparación con otros países europeos, como señala el nutricionista Luis Alberto Zamora.
Horarios de Comida en España y Sus Implicaciones
Es una verdad universalmente reconocida que, en comparación con el resto de los europeos, nuestros horarios para hacer las comidas son muy diferentes. Lo habitual en otros países es acercar lo más posible el desayuno a la hora del amanecer, y, de igual manera, se cena cuando se va el sol. En España no solo se tiende a hacerlo más tarde, sino que se toman desayunos más ligeros y cenas más contundentes. Y eso tiene implicaciones dentro de la crononutrición.
La Hora Ideal para el Desayuno
«Debemos desayunar cuando ya nos haya dado una hora de luz solar«, sostiene el nutricionista, apuntando a que el cuerpo contiene unas «células-reloj» que reconocen y activan ciertos procesos al recibir la luz exterior. «Una hora después de que haya salido el sol, sobre las ocho de mañana, es una de las mejores horas para desayunar. El cuerpo ya se ha despertado, las hormonas están preparadas y el cortisol está en su punto álgido», apunta Zamora.
Impactos de la Crononutrición en la Salud
Exponerse a la luz solar durante el día es importante para que se inicien los procesos de nuestro reloj interno y que, además, son cruciales para conciliar el sueño por la noche. Otras hormonas, como la famosa melatonina, también están muy relacionadas con estos procesos. Ahora bien, no sólo el desayuno tiene su hora ideal, según Zamora, es importante que también comamos antes de lo que solemos hacerlo. Pero, ¿cuándo? Lo ideal sería que tuviera lugar antes de las dos de la tarde.
Recomendaciones para el Almuerzo
«La comida la deberíamos hacer más temprano. A la una y media de la tarde es perfecto, o antes de las dos. El cuerpo a esta hora está más preparado y habría menos resistencia a la insulina, menos picos de azúcar. El cuerpo tiene todas las hormonas preparadas, la insulina sería más efectiva», enumera este experto. Además, menciona que los estudios en crononutrición han apuntado a que las comidas más tempranas se han asociado a un mayor control de la glucemia en nuestra sangre y también de nuestro peso corporal.
La Hora de la Cena y su Relación con el Riesgo Cardiovascular
Tanto la diabetes como la obesidad son factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y, por tanto, reducir las posibilidades de que aparezcan repercute en una mejor salud del corazón. De hecho, Zamora también recomienda adelantar la cena porque «cenar más allá de las nueve de la noche se asocia con un 28% más de riesgo cardiovascular. Es decir, más riesgo de que tengamos un infarto o un ictus». En general, el experto explica que no deberíamos irnos a la cama con la digestión sin hacer. «Las personas que desayunan antes de las 8 y cenan antes de las 20 horas tienen un seguro de vida», resume.
Conclusiones sobre la Crononutrición
En resumen, la crononutrición plantea que el momento en que consumimos nuestros alimentos es tan importante como lo que comemos. Ajustar el horario de nuestras comidas podría no solo ayudarnos a mantener un peso corporal saludable, sino también a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Así que, ¿por qué no considerar hacer algunos cambios en nuestros horarios de alimentación? La salud del corazón y el bienestar general podrían depender de ello.