Adiós a las colmenas tradicionales: el revolucionario paso hacia la apicultura modernizada que transforma la producción de miel

Actualizado el 27 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López

Las abejas melíferas son fundamentales en la polinización. Su manejo permite obtener diferentes productos como la miel, la cera, el polen y el propóleo. En la actualidad, la apicultura es una actividad económica vinculada con el mundo rural muy relevante. Concretamente, en la Unión Europea hay más de 20 millones de colmenas, siendo España el Estado miembro con un mayor número.

Un patrimonio cultural en peligro

La importancia de esta actividad y su patrimonio asociado es tal que en España, el Consejo de Ministros la ha declarado recientemente como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Sin embargo, este patrimonio enfrenta riesgos debido a la transición de métodos tradicionales a modernos que, aunque eficientes, podrían diluir prácticas ancestrales.

Transformaciones en la apicultura a lo largo de la historia

Las colmenas usadas en apicultura que observamos mayoritariamente hoy en día son muy diferentes de las que predominaban a finales del siglo XIX. El manejo de las abejas por parte de los seres humanos ha experimentado importantes transformaciones que, iniciadas en torno a 1850, se fueron difundiendo paulatinamente. Estas innovaciones motivaron el progresivo paso de las colmenas tradicionales a las modernas, las que cuentan con cuadros móviles.

Colmenas tradicionales y colmenas modernas

La apicultura tradicional se vincula con el sistema fijista. Su denominación proviene del hecho de que los panales de cera están fijos en las colmenas y no se pueden mover. En este modelo, las abejas tienen que dedicar mayores esfuerzos a la producción de cera, el producto apícola más apreciado en determinados momentos históricos.

De hecho, alrededor de la apicultura fijista y de las colmenas tradicionales existía un singular patrimonio material e inmaterial, entre el que se encuentra la industria apícola cerera. Esta actividad, que fue muy relevante en determinadas áreas geográficas, contaba con infraestructuras específicas como las prensas de cera, entre las que destacaban los lagares de cera de prensa de viga.

Podemos encontrar algunos ejemplos de interés de estas infraestructuras en diferentes puntos del sur de Europa, como España o Portugal. Actualmente, las colmenas fijistas aún se pueden ver en las áreas rurales, pero son cada vez más escasas.

Estas colmenas se elaboran a partir de diversos materiales, dependiendo de los recursos locales existentes. Se utilizan corcho, esparto, paja de centeno, tablas y barro cocido, entre otros. Este sistema apícola con los panales fijos dentro de las colmenas se organiza a partir de los ciclos naturales y presenta una interacción más compleja dentro de la colmena, lo que resulta en menores producciones de miel y mayor producción de cera.

Por el contrario, en la apicultura moderna, también conocida como movilista, se colocan cuadros móviles en el interior de las colmenas, que las abejas utilizan para construir su cera. Esto permite una mayor interacción e intervención en la colmena, favoreciendo una intensificación productiva enfocada hacia la obtención de miel.

Innovaciones que cambiaron el sector

El proceso del cambio de la apicultura fijista a la movilista comenzó con innovaciones a mediados del siglo XIX. El reverendo norteamericano Lorenzo L. Langstroth descubrió la existencia de un espacio mínimo entre los componentes de la colmena que las abejas no llenarían con propóleo ni con panal adicional. Esta innovación hizo posible el diseño de colmenas con cuadros móviles que se podían introducir y retirar fácilmente.

A partir de este hallazgo, emergieron diversos cambios tecnológicos asociados, como la cera estampada, una lámina de cera que presenta los hexágonos que utilizan las abejas para almacenar miel y polen, y el extractor de miel, que utiliza la fuerza centrífuga para obtener la miel. Gracias a estas innovaciones, se estableció una apicultura con colmenas y elementos tecnológicos homogéneos y estandarizados.

Estas colmenas movilistas tienen la ventaja de poder aumentar su tamaño en función de las necesidades de producción de miel, adaptándose a las floraciones estacionales. Sin embargo, esta intensificación también plantea retos, ya que se puede forzar la producción mediante el cambio de reinas, la alimentación artificial o la división forzada de los enjambres, lo que puede incrementar la vulnerabilidad a enfermedades.

Divulgación y enseñanza en el ámbito apícola

El proceso de cambio tecnológico fue avanzando, aunque lentamente, a través de la difusión de nuevos conocimientos y la implementación de diferentes políticas públicas. En este contexto, destacaron publicaciones de finales del siglo XIX y principios del XX que promovían la apicultura moderna, como la revista apícola dedicada al desarrollo de la apicultura movilista.

Por ejemplo, se establecieron políticas públicas para fomentar la apicultura moderna mediante la enseñanza y divulgación de técnicas apícolas avanzadas. Estas se impartieron en escuelas específicas, en forma de enseñanza ambulante o a través de cotos escolares apícolas. Además, se promovieron las innovaciones en exposiciones y concursos internacionales.

Este proceso de difusión de colmenas de cuadros móviles y del entramado tecnológico asociado ha llevado a que gradualmente las colmenas modernas vayan reemplazando a las tradicionales, convirtiéndose en las predominantes en la actualidad.

En definitiva, la apicultura ha experimentado un brusco cambio tecnológico y de manejo iniciado a mediados del siglo XIX, orientado hacia la producción intensiva y la obtención de miel. Este proceso ha transformado las colmenas en las que viven las abejas, pasando de las tradicionales fijistas a las modernas con cuadros móviles.

* Damián Copena Rodríguez es profesor del Área de Historia e Instituciones Económicas, Universidade de Santiago de Compostela.

* María A. Ferreira Golpe es Técnica Superior de Investigación en el área de Economía Aplicada, Universidade de Santiago de Compostela.

** Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.

German Fuertes Oterohttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11p5t5jsss
CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

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