Actualizado el 28 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
El huevo es un alimento básico en la dieta de muchas familias, tanto en España como en el resto del mundo. Además de su gran versatilidad en la cocina, es muy nutritivo. Es una fuente de proteínas de alta calidad, ya que sus aminoácidos esenciales son fácilmente absorbidos por el cuerpo, lo que ayuda en la producción de proteínas.
El consumo en cifras
Según el último informe sobre consumo, los españoles comen un promedio de 8,11 kilos de huevos al año. Con el avance de la ciencia, se ha demostrado que el huevo no aumenta los niveles de colesterol de forma peligrosa, lo que le ha permitido recuperar su lugar en una alimentación saludable.
Beneficios para la salud
Un estudio publicado en The American Journal of Medicine ha comprobado que comer un huevo al día no solo no es malo, sino que puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Esto se debe a su excelente perfil nutricional, que incluye proteínas de calidad, vitaminas y minerales esenciales.
Preocupaciones comunes
Sin embargo, algunas dudas persisten sobre la calidad de ciertos huevos cuando se presentan con pequeñas manchas marrones o rojas al cascarlos. Estas manchas generan preocupación entre los consumidores, pero ¿es realmente motivo de alarma?
Entendiendo las manchas
Miguel Ángel Lurueña, especialista en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y conocido divulgador, aclara a través de su blog Gominolas de petróleo que estas manchas no suponen ningún riesgo para la salud y no afectan la calidad nutricional del huevo.
Existen dos tipos principales de manchas en los huevos. Las primeras, llamadas «manchas de sangre«, provienen de pequeñas hemorragias que pueden ocurrir durante la ovulación de la gallina, y suelen encontrarse en la yema. Las segundas, conocidas como «manchas de carne«, derivan de la sangre oxidada o pequeños fragmentos de tejido del sistema reproductor de la gallina.
Frecuencia y significados
Lurueña señala que la aparición de estas manchas depende de factores como la raza de la gallina o su edad, siendo más comunes en huevos de cáscara oscura o en los producidos por aves de mayor edad.
Aproximadamente el 1% de los huevos comercializados pueden contener estas motas, según datos de Egg Farmers of Canada, aunque los controles de calidad en la producción industrial suelen minimizar su presencia. Las manchas, si bien estéticamente indeseables para algunos consumidores, no afectan la seguridad del huevo, y se pueden retirar fácilmente con un cuchillo antes de su preparación.
Desmitificando creencias erróneas
Es importante desmitificar ciertas creencias erróneas, como la idea de que las manchas indican un huevo fertilizado. De hecho, estas motas son más frecuentes en huevos caseros o de producción artesanal, que no pasan por los rigurosos controles de las granjas industriales. Además de las manchas, los huevos pueden presentar otras variaciones naturales, como la presencia de chalaza, un cordón blanquecino que indica frescura, o huevos con dos yemas, una rareza fascinante que es inofensiva para el consumo.
Variaciones naturales en la cáscara
Las cáscaras también pueden mostrar peculiaridades, como motas más oscuras debido a la alimentación de la gallina o arrugas asociadas al estrés del animal. En cualquier caso, el huevo sigue siendo un alimento altamente nutritivo y seguro para el consumo, incluso cuando presenta estas variaciones.
Conclusiones sobre el consumo de huevos
En resumen, el huevo es un alimento insustituible en nuestra dieta, y las manchas que ocasionalmente encontramos no deben generar preocupación. Al contrario, son simplemente indicios de los procesos biológicos naturales que ocurren en su formación. Con total seguridad, podemos seguir disfrutando de sus amplios beneficios nutricionales.