Actualizado el 30 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Recientemente, el consumo de carne de pollo ha sido objeto de debate, específicamente tras la noticia sobre las anomalías encontradas en algunos productos vendidos en supermercados. Esto ha generado confusión entre los consumidores y una reciente publicación del doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña, ha querido aclarar la situación. En su perfil de Instagram, Lurueña explicó que estas «anomalías» se refieren a las estrías blancas en la carne de pollo y que, «no suponen ningún riesgo para la salud».
Un aumento en el consumo de pollo
El pollo es la carne favorita de los españoles, tal como lo refleja el Informe de Consumo Alimentario en España del año 2023. Cada español consumió de media casi doce kilogramos de carne de pollo. Además, en comparación con el año anterior, su consumo ha crecido un notable 15,2%. Este crecimiento resalta la importancia del pollo en la dieta alimenticia, a pesar de las preocupaciones recientes sobre su calidad.
Entendiendo las anomalías del pollo
En su publicación, Lurueña subraya que dichas estrías no son un problema exclusivo de ciertos supermercados, como Lidl, ya que «no tienen que ver con la tienda, sino con el sistema de producción». La evolución de la agricultura y la ganadería ha llevado a una selección de los especímenes más productivos, lo que influye directamente en la apariencia de los alimentos que consumimos.
Los pros y los contras del sistema de producción
La mejora en la producción agrícola y ganadera ha permitido un acceso más amplio a los alimentos a precios más asequibles. Lurueña menciona que, aunque actualmente la cesta de la compra puede resultar costosa, en el pasado, el pollo era considerado un lujo que solo se consumía en ocasiones especiales, como Navidad, debido a su escasez y alto costo. Esto nos permite apreciar los avances que hemos logrado en términos de disponibilidad alimentaria.
Impacto en la salud y nutrición
Lurueña explica que estas estrías no son el resultado de ‘manipulaciones genéticas’ o ‘tratamientos hormonales’. En cambio, surgen del rápido crecimiento de las aves, lo que puede provocar miopatías, donde el tejido muscular se rompe y se reemplaza por tejido adiposo o conectivo. Sin embargo, aclara que esto no plantea un riesgo para la salud de los consumidores.
Composición nutricional del pollo
A pesar de las anomalías, es importante destacar que la carne de pollo sigue siendo una fuente valiosa de nutrientes. Lurueña menciona que su composición nutricional experimenta ligeras variaciones, como un incremento en el contenido de grasa y una leve reducción en las proteínas, pero subraya que estas diferencias no son significativas en el contexto general de nuestra dieta. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) también resalta que el pollo es rico en proteínas de alto valor biológico, hierro, fósforo y niacina.
Conclusión: Claridad ante la confusión
La polémica generada por las anomalías en la carne de pollo pone de manifiesto la necesidad de contar con información precisa y clara. Es fundamental que los consumidores comprendan que las estrías en la carne de pollo no son indicativos de un problema de seguridad alimentaria, sino una consecuencia de un sistema de producción destinado a satisfacer la creciente demanda. La carne de pollo puede seguir siendo un componente saludable y accesible de nuestra dieta siempre que se consuma con moderación y se mantenga una alimentación equilibrada.