Actualizado el 29 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Una nueva investigación revela interesantes hallazgos sobre los antiguos recipientes utilizados para la cocción de pan en el Neolítico. En particular, se han analizado los husking trays, grandes bandejas elaboradas con arcilla gruesa, que poseían una amplia base ovalada y paredes bajas. Estos recipientes han desvelado su uso para la confección de panes, que probablemente eran cocidos en hornos abovedados durante aproximadamente dos horas a una temperatura inicial de 420°C.
Características de los husking trays
Estos recipientes se diferenciaban de las bandejas comunes por su superficie interna marcada con impresiones o incisiones toscas, dispuestas de manera regular y repetitiva. Esta particularidad parece tener un propósito funcional. Los surcos presentes en su interior probablemente habrían facilitado la extracción del pan una vez cocido. Además, el considerable tamaño de los panes, que llegaron a pesar alrededor de tres kilos, sugiere que estaban destinados al consumo compartido por un grupo de personas.
Metodología de la investigación
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad La Sapienza de Roma, se basa en experimentos previos que replicaron estas bandejas y estructuras de cocción halladas en sitios arqueológicos. Estos estudios anteriores ya habían permitido formular hipótesis sobre sus posibles funciones. En la investigación actual, el equipo ha analizado fragmentos cerámicos de los husking trays, que datan entre los años 6400 y 5900 a.C., con el objetivo de identificar su uso como recipientes especializados para la cocción de masas de cereales.
Restos arqueológicos y sus implicaciones
Los restos analizados provienen de varios sitios arqueológicos, como Mezraa Teleilat, Akarçay Tepe y Tell Sabi Abyad, ubicados entre Siria y Turquía. El análisis fue llevado a cabo en las universidades de Estambul y de Koç (Turquía). Este trabajo, desarrollado con un enfoque integral, ha aportado claros indicios sobre los tipos de uso de estos artefactos y sobre la naturaleza de los alimentos que en ellos se procesaron.
Más específicamente, el análisis de fitolitos, que son restos de sílice de plantas, indica que en las bandejas se trabajaron cereales como el trigo (Triticum sp.) y la cebada (Hordeum sp.), los cuales fueron reducidos a harina. En paralelo, el examen de residuos orgánicos sugiere que algunas de las bandejas fueron utilizadas para cocinar alimentos que contenían ingredientes de origen animal, como manteca, y en un caso, condimentos vegetales.
Además, se observó que en al menos dos ocasiones los recipientes alcanzaron temperaturas coherentes con las verificadas experimentalmente para la cocción de masas en los hornos abovedados, lo que refuerza la teoría de su uso como utensilios de cocina.
Descubrimiento de trazas de pan
El análisis también reveló alteraciones en la superficie cerámica, lo que permite identificar trazas de uso relacionadas específicamente con residuos de pan y otros que corresponden a la famosa “focaccia” condimentada. La presencia de estos residuos indica una práctica culinaria que va más allá de la simple elaboración de pan.
Un punto destacado del estudio es la interpretación de Sergio Taranto, primer autor de la investigación. «Nuestro estudio ofrece una imagen vívida de comunidades que utilizaban los cereales que cultivaban para preparar panes y ‘focaccias’ enriquecidas con diversos ingredientes y para consumir en grupo”, señala Taranto, quien trabajó en esta investigación como parte de su tesis doctoral en colaboración con las universidades mencionadas.
Conclusiones sobre la tradición culinaria
Finalmente, el investigador concluye que el uso de los husking trays sugiere que esta tradición culinaria del Neolítico tardío se desarrolló a lo largo de unos seis siglos y se practicó en un área extensa del Oriente Próximo. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la dieta de estas antiguas comunidades, sino que también resalta la importancia social del consumo compartido de alimentos en la formación de sociedades complejas.
En resumen, la investigación publicada en la revista Scientific Reports no solo proporciona información valiosa sobre las técnicas culinarias del pasado, sino que también ofrece una ventana a las interacciones sociales y culturales que emergieron en torno a la dieta y el uso de los recursos disponibles en aquella época. Por lo tanto, el estudio de estos artefactos nos invita a reflexionar sobre la evolución de las prácticas alimentarias y la manera en la que estas han influido en la vida en comunidad desde tiempos remotos.