Actualizado el 1 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
El aumento del consumo de pescado es una recomendación común en las guías nutricionales, sin embargo, no todas las especies son iguales. Es importante prestar atención a las alternativas que elegimos, porque algunas opciones populares, como la tilapia y el panga, pueden no ser la mejor opción para nuestra salud.
La tilapia: un pez de bajo valor nutricional
La tilapia, originaria de África, se ha vuelto popular debido a su carne blanca, firme y sabrosa. A pesar de su bajo costo y su fácil cultivo, es considerada uno de los peces de agua dulce con menor valor nutricional. Esto significa que contiene menos nutrientes esenciales comparado con otras variedades de pescado. Además, presenta una baja concentración de ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud del corazón. Por lo tanto, incluir tilapia en nuestra dieta podría no ser la mejor elección si buscamos una alimentación saludable.
Panga: un pez polémico
El pangasianodon hypophthalmus, conocido comúnmente como panga, es un pez de agua dulce originario de los ríos de Asia. Su rápido crecimiento en granjas de acuicultura lo convierte en una opción comercialmente atractiva. Con su cuerpo alargado y cabeza redondeada, se encuentra principalmente en los ríos Mekong, Chao Phraya y Maeklong en países como Camboya, Laos, Tailandia e India, donde se alimenta de insectos, crustáceos y algas.
Impacto ambiental de la acuicultura
No obstante, la crianza de panga presenta un grave coste ecológico. En 2017, Carrefour decidió dejar de venderlo debido a la grave contaminación en el río Mekong. El aumento en la demanda de este pescado ha impactado negativamente el entorno, afectando el uso del suelo y provocando deforestación y contaminación relacionada con piensos y fármacos usados en las piscifactorías.
Una elección nutricionalmente inferior
Nutricionalmente, la panga es inferior a otros pescados. Según José Manuel López Nicolás, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, «comparado con otro pescado blanco como la merluza, la panga tiene casi un 50% menos de proteína y entre un 60% y un 80% menos de ácidos grasos poliinsaturados.» Si lo comparamos con pescados azules, la panga resulta aún menos favorable.
La cuestión del mercurio y otros contaminantes
Un estudio publicado en la revista Chemosphere alertó sobre la presencia de mercurio en algunas muestras de panga y tilapia. Los resultados mostraron ejemplares que superaban las concentraciones máximas permitidas en la Unión Europea, que son de 0,5 mg/kg. En particular, las presentaciones en adobo exhibieron hasta 0,69 mg/kg de mercurio.
Se realizó un análisis mediante espectrofotometría, encontrando un amplio rango de concentraciones de mercurio que oscilan entre 0,10 y 0,69 mg/kg, con una media de 0,22 mg/kg. Este hallazgo es preocupante, ya que el riesgo para la salud puede incrementarse con el consumo continuo de estos pescados en altas concentraciones, en especial en niños, quienes son más vulnerables a los efectos del metal pesado.
La preocupación por los pesticidas
Además, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advirtió sobre la detección de pesticidas en muestras de panga. En un análisis de 23 muestras, se encontró la presencia de un herbicida prohibido en Europa, la trifluoralina, y mercurio en 9 de las 29 muestras analizadas. Aunque los niveles no exceden el límite legal, las cantidades pueden ser preocupantes.
Seguridad alimentaria garantizada
A pesar de estos problemas, la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aesan) asegura que todo el pescado que se vende en los supermercados es seguro. Los pescados importados a España son sometidos a rigurosos controles que incluyen análisis de laboratorio. Estos protocolos garantizan que la calidad sanitaria esté asegurada tanto en fronteras como en las Comunidades Autónomas.
Alternativas más saludables
Dada la baja calidad nutricional y el elevado coste ambiental de la crianza de estos peces, es importante considerar alternativas como el lenguado o la merluza. No sólo ofrecen un mejor perfil nutricional, sino que también son opciones más sostenibles y menos contaminantes.
Reflexionando sobre nuestra dieta
La elección de los alimentos que incluimos en nuestras dietas diarias debe ser reflexiva. Aunque panga y tilapia son opciones económicas y populares, sus repercusiones nutricionales y ambientales invitan a reconsiderarlas. Al final, priorizar alternativas más nutritivas y sostenibles puede resultar en un beneficio tanto para nuestra salud como para el planeta.