Actualizado el 25 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
El agua ionizada ha ganado popularidad especialmente entre aquellos que practican actividad física, así como entre influencers en el ámbito del deporte, quienes aseguran que este tipo de agua puede potenciar el rendimiento físico. Sin embargo, es importante examinar las afirmaciones en torno a su efectividad.
Los beneficios del agua ionizada: ¿realidad o mito?
Los defensores del agua ionizada promueven sus supuestos beneficios, que incluyen un alto contenido en minerales y una contribución a la recuperación muscular posterior a la práctica deportiva. También aseguran que estas aguas, que se comercializan como alcalinas, ionizadas o alcalinas ionizadas, tienen la capacidad de beneficiar la salud del tracto digestivo, aliviando el estreñimiento, la diarrea, así como la acidez gástrica y dispepsia.
A pesar de estas proclamas, la realidad se presenta de manera diferente. El nutricionista deportivo Luis Frechoso, que ocupa roles clave en el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y en el Colegio de Dietistas-Nutricionistas del Principado de Asturias (CoDiNuPA), afirma: “Más allá de que esté de moda por parte de empresas o famosos, a día de hoy no hay evidencia científica al respecto que explique o demuestre sus características y/o supuestos beneficios”.
La importancia de una adecuada hidratación
Dentro del ámbito deportivo, el consenso es claro: la hidratación es fundamental. “Tener una buena hidratación es vital para mantener un estado de atención óptimo y evitar una caída del rendimiento y la fatiga”, destaca Frechoso. Advierte que una deshidratación superior al 2% puede provocar problemas de este tipo.
En cuanto a cómo se debe llevar a cabo esta hidratación ideal, el nutricionista aclara que no es indispensable recurrir a bebidas especiales. “Por norma general, el principal líquido de bebida ha de ser el agua y no se debe esperar a sentir sed para hidratarse”, señala. Un truco útil para determinar si se corre el riesgo de deshidratación es observar el color de la orina: si es muy amarilla, es momento de aumentar el consumo de líquidos.
La cantidad exacta de líquidos a consumir debe personalizarse “en función del deporte, momento de la temporada, y condición de la competición”, subraya. En situaciones que requieran mayor duración e intensidad, o en climas cálidos, el experto sugiere considerar la inclusión de bebidas deportivas que ayuden a reponer los electrolitos perdidos y mantener los niveles de glucosa.
Clasificación de las bebidas deportivas
En el contexto de la hidratación deportiva, es útil conocer las diferentes clasificaciones de las bebidas. Estas pueden ser hipotónicas, isotónicas e hipertónicas. Las bebidas hipotónicas contienen una menor cantidad de minerales en comparación con la sangre, mientras que las isotónicas tienen un nivel equivalente, y las hipertónicas poseen una concentración superior.
Existen recomendaciones específicas para el consumo de estas bebidas. Las hipotónicas son ideales antes del entrenamiento y, en ejercicios moderados, se pueden consumir también después. Las isotónicas son efectivas para reponer líquidos y electrolitos como sodio y cloro, proporcionando energía mediante glucosa y ayudando a retrasar la fatiga, disminuir el riesgo de calambres y mejorar el rendimiento. Por otro lado, las hipertónicas no están diseñadas para hidratarse, sino que resultan útiles tras una actividad prolongada, optimizando la recuperación energética y de electrolitos.
Perspectivas sobre el agua ionizada
Si bien el agua ionizada goza de fama entre ciertos sectores, es fundamental abordar el asunto desde un enfoque crítico y científico. Los supuestos beneficios que se le atribuyen carecen de un respaldo sólido en la comunidad científica. Esto no quiere decir que los deportistas no deban prestar atención a su hidratación, sino que deben hacerlo mediante métodos y productos que sean realmente efectivos y respaldados por la evidencia.
En resumen, mantener una adecuada hidratación es una parte esencial del rendimiento deportivo, pero recurrir a la tendencia del agua ionizada puede no ser la más efectiva. Los expertos sugieren que el uso de agua simple, acompañada de bebidas deportivas adecuadas en el momento justo, resulta ser una estrategia más cercana a la realidad y a la evidencia científica.
En conclusión, a medida que continúan las conversaciones sobre la mejor forma de abordar la hidratación en el deporte, es crucial mantenerse informado y ser crítico respecto a las últimas tendencias. La salud y el rendimiento deportivos no deben dejarse al azar, sino que deben abordarse con claridad y respaldo científico.