Alerta por TCA: dietista revela signos de vigorexia y ortorexia en adolescentes

Actualizado el 10 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La preocupación por la imagen corporal ha ido evolucionando y, además de la tradicional obsesión por la delgadez, ha emergido un espectro más amplio de trastornos relacionados con la alimentación. En los últimos años, junto con la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón, se han identificado nuevas problemáticas: la vigorexia y la ortorexia. Estos trastornos muestran cómo los hábitos alimenticios pueden volverse peligrosos cuando se llevan al extremo.

La vigorexia y sus efectos

La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, se define como una necesidad obsesiva de aumentar la masa muscular. Luis Cabañas, presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), explica que esto puede llevar a las personas a utilizar cualquier medio para lograr su objetivo, incluyendo el consumo de esteroides.

Los signos de alerta que pueden indicarnos que alguien padece vigorexia incluyen:

  • Realizar ejercicio de manera compulsiva y adictiva sin consideración por las consecuencias para la salud.
  • Presentar una imagen distorsionada de sí mismos, sintiéndose débiles o poco atractivos a pesar de tener una buena forma física.
  • Mirarse constantemente en el espejo y compararse con los demás.
  • Sentimientos de culpa e irritabilidad cuando no pueden realizar ejercicio o reciben críticas.
  • Aislarse socialmente, abandonando actividades recreativas y descuidando responsabilidades laborales o académicas.
  • Generar problemas de autoestima y desarrollar sentimientos de soledad.
  • Sufrir lesiones físicas o problemas de salud debido a un régimen de ejercicio extremo.
  • Seguir dietas muy estrictas, consumiendo altos niveles de proteínas mientras evitan grasas, lo que puede resultar en desbalances metabólicos.
  • Uso de esteroides anabolizantes que, aunque pueden incrementar la masa muscular, implican graves riesgos para la salud.

La ortorexia y su impacto en la vida cotidiana

Por otro lado, la ortorexia se manifiesta como una obsesión desmedida por consumir solo alimentos saludables. Luis Cabañas describe esta condición como un miedo irracional a los productos considerados poco saludables, lo que puede llevar a conductas contraproducentes hacia la alimentación.

Los signos que indican la presencia de ortorexia pueden incluir:

  • Dedicar más de tres horas al día a pensar en cómo comer de forma saludable.
  • Severidad en las elecciones alimentarias y falta de flexibilidad al comer.
  • Sentir descontrol al enfrentarse a alimentos no saludables.
  • Someterse a dietas con rigidez excesiva, evitando alimentos que contengan azúcares, grasas, conservantes y productos de origen animal.
  • Vigilar exhaustivamente el etiquetado de los productos para asegurar la pureza de los alimentos.
  • Preocuparse más por la calidad de los alimentos que por el placer de comer.
  • Descender en la calidad de vida a medida que se incrementa la obsesión por la alimentación saludable.
  • Sentirse culpable cuando no cumplen con sus propias normas dietéticas.
  • Planificar meticulosamente las comidas del día siguiente.
  • Aislarse socialmente debido a sus restricciones dietéticas.

Una tendencia preocupante entre adolescentes

La búsqueda de una imagen corporal ideal ha llevado a muchas personas, especialmente adolescentes, a adoptar dietas extremas. La dietista-nutricionista Bárbara Tena, cofundadora del Proyecto Comer Libremente, ha elaborado un informe en colaboración con CODiNuCoVa, donde se revela que el 35,7% de los adolescentes ha estado a dieta en el último año. Curiosamente, muchos de ellos no especifican por qué comenzaron la dieta. Este estudio se basa en encuestas a 300 adolescentes de 12 a 16 años en Valencia.

Cuando se pregunta a estos jóvenes sobre su relación con la comida, el 20% ha admitido haber mentido sobre lo que han comido o ha fingido no sentirse bien para evitar comer. Esto revela un problema con la imagen corporal y la ingesta, puesto que ocultar la alimentación es un indicativo de conflictos emocionales profundos.

Una llamada a la acción

Es crucial que tanto los adolescentes como sus familias sean conscientes de los signos de estos trastornos. La educación sobre una alimentación equilibrada y la realidad de las imágenes corporales idealizadas puede prevenir la evolución de estos comportamientos. Es fundamental fomentar una visión saludable de la alimentación, que priorice el bienestar físico y emocional por encima de la apariencia. Al ser conscientes de estos retos, los jóvenes pueden tomar decisiones más informadas acerca de su salud y su relación con la comida.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

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