Combatir la hiporexia en mayores: claves para una dieta rica en proteínas y sabor

Actualizado el 30 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

La hiporexia es un fenómeno que se presenta como una disminución parcial o completa del apetito, afectando a personas de diversas edades, pero con especial frecuencia en individuos mayores. Este trastorno se manifiesta a través de un delicado equilibrio que involucra el hambre, la saciación y la saciedad. Pero, ¿qué implica realmente esta condición y cómo se puede abordar?

1. ¿A partir de qué edades se empieza a dar?

Desde la década de 1980, la hiporexia ha sido objeto de estudio por investigadores como John Morley, quien destaca la anorexia del envejecimiento. Se estima que entre el 15 y el 30% de las personas mayores pueden experimentar pérdida del apetito, siendo más frecuentes las tasas en mujeres y en residentes de hogares geriátricos. Con el paso del tiempo, esta pérdida de apetito puede acarrear serias consecuencias, como un aumento del riesgo de caídas, fragilidad, fracturas de cadera y otros problemas de salud.

2. ¿Qué es la hiporexia?

La hiporexia se define como la disminución del apetito, que puede variar desde una ligera falta de ganas de comer hasta la ausencia total de apetito. Este fenómeno es regulado por el hipotálamo, una parte fundamental del cerebro que envía y recibe señales sobre la alimentación y el equilibrio interno del cuerpo, así como sobre la búsqueda de placer. La interacción entre el hambre, la saciación y la saciedad es crucial para entender cómo alimentarse adecuadamente.

3. ¿Cómo afecta la hiporexia a las personas mayores?

Cuando una persona mayor sufre hiporexia, es esencial identificar las causas subyacentes. Factores como la depresión, deterioro cognitivo, problemas de deglución o cáncer suelen estar relacionados. Además, ciertos medicamentos pueden provocar hiporexia como efecto secundario. Por ende, es fundamental evaluar el tamaño de las porciones, la frecuencia y los horarios en que se come para cuantificar la gravedad de los síntomas.

4. ¿Qué tipo de dieta se debe seguir?

El diseño de una dieta adaptada para personas con hiporexia debe centrarse en hacer de la comida un evento placentero. Para ello, es primordial ofrecer alimentos agradables y fáciles de consumir, especialmente si la persona presenta dificultades para tragar. Adaptar la densidad de los alimentos y primar el buen sabor son estrategias eficaces. Por ejemplo, el uso de purés puede facilitar la deglución en pacientes con disfagia.

5. ¿El aspecto de la dieta es importante?

Desde un punto de vista nutricional, es fundamental proporcionar a las personas mayores los nutrientes necesarios para su bienestar y para evitar el deterioro físico. Esto se traduce en el fortalecimiento del cuerpo frente a situaciones estresantes, previniendo la vulnerabilidad que conduce a la dependencia.

6. ¿Qué alimentos serían fundamentales en esta dieta?

Siguiendo las recomendaciones de la OMS, es crucial que las dietas sean ricas en frutas y verduras, y que sean bajas en alimentos ultraprocesados que contienen altos niveles de azúcar, sal y grasas saturadas. Incorporar una dieta mediterránea puede ser beneficioso, pero es esencial priorizar la ingesta de proteínas para evitar la pérdida de masa muscular, una condición conocida como sarcopenia.

7. ¿Tendríamos que descartar otros tipos de alimentos?

Es vital restringir la cantidad de productos procesados y azucarados en la dieta. Este tipo de alimentos, como los de bollería industrial y las chucherías, debe ser evitado, dado que contribuyen a un deterioro en la salud general.

8. Cantidades y frecuencia de las comidas

En términos de cantidades, es recomendable asegurar que los hidratos de carbono constituyan un 50-60% de la ingesta calórica, mientras que los lípidos representen un 30%. Además, es crucial garantizar la ingesta de proteínas, con un promedio de un gramo por kilogramo de peso. En lugar de las tradicionales tres comidas diarias, se puede optar por ofrecer cinco o seis comidas más pequeñas, lo que facilita el cumplimiento de los requerimientos nutricionales sin causar saciedad inmediata.

9. Conclusión

La hiporexia es un desafío significativo, especialmente en la población mayor. Identificar y abordar esta condición es fundamental para asegurar un adecuado estado nutricional y mejorar la calidad de vida. La creación de un entorno agradable en la hora de comer, junto con una dieta bien planificada que priorice los nutrientes esenciales, puede marcar una gran diferencia en la salud de quienes la padecen. Al final del día, la comida no solo debe ser una necesidad, sino también un momento de disfrute.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

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