Actualizado el 26 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
En el refranero español existe un dicho popular que dice que debemos "desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo". Esta recomendación ha sido transmitida de generación en generación por nuestros abuelos, padres, médicos y nutricionistas, sugiriendo que concentremos la mayor parte de las calorías en el desayuno o el almuerzo y hagamos cenas ligeras. Sin embargo, ¿realmente es tan beneficioso cenar poco?
Estudio sobre el impacto de la hora de las comidas
Un estudio reciente realizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Columbia en Nueva York ha puesto en tela de juicio esta creencia popular y revela que el antiguo consejo de "cenar como un mendigo" sí tiene un trasfondo importante para la salud, pero por razones algo diferentes a las que se pensaban.
El estudio, publicado en la revista médica Nutrition & Diabetes, constató que consumir más del 45% de nuestra ingesta calórica diaria después de las 5 de la tarde se relaciona con un aumento de los niveles de glucosa en sangre. Esto puede tener "graves consecuencias para la salud". Lo más sorprendente es que estos efectos perjudiciales se mantuvieron independientemente del peso y la grasa corporal del individuo.
Los efectos de las cenas copiosas en la salud
La investigación fue liderada por la Dra. Diana Díaz Rizzolo, investigadora postdoctoral y miembro de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, en el neoyorquino Irving Medical Center. Su trabajo reveló que la hora del día en la que comemos, ya sea desayuno, comida o cena, tiene un impacto negativo en el metabolismo de la glucosa, lo que va más allá de la simple cantidad de calorías consumidas.
Los participantes del estudio, 26 adultos de entre 50 y 70 años con sobrepeso u obesidad, así como con prediabetes o diabetes tipo 2, fueron divididos en dos grupos: comedores precoces y comedores tardíos. Los primeros consumían la mayor parte de sus calorías diarias antes del anochecer, mientras que los segundos lo hacían en mayor medida después de las 17:00 horas.
Ambos grupos ingerían la misma cantidad de calorías y los mismos tipos de alimentos, pero el resultado fue claro: los comedores tardíos toleraban peor la glucosa, lo que se relaciona con un aumento del riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Específicamente, se observó que estos individuos tendían a consumir más hidratos de carbono y grasas durante la noche.
Recomendaciones para una mejor salud metabólica
La Dra. Díaz Rizzolo explica que "mantener altos niveles de glucosa durante largos periodos de tiempo puede tener implicaciones profundas", como un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y un incremento en el riesgo cardiovascular debido al daño que la glucosa elevada puede causar en los vasos sanguíneos. Esto también puede contribuir a una inflamación crónica, agravando futuros daños cardíacos y metabólicos.
A la vista de los resultados, la investigadora sugiere que los alimentos deben ingerirse principalmente durante el día, priorizando el desayuno y el almuerzo en lugar de la cena. Este cambio podría ser clave para mantener mejores niveles de salud a largo plazo.
Además de ajustar el horario de las comidas, también recomienda evitar el consumo de productos ultraprocesados, comida rápida y alimentos ricos en azúcares y grasas por la noche. Así que, ¿se acabaron los "dulces sueños" si queremos disfrutar de buenos días? Podría ser una realidad a considerar para quienes desean mejorar su salud.
La clave está en cuándo comemos
Este estudio marca un nuevo rumbo en la nutrición, sugiriendo que, hasta ahora, las decisiones personales en la alimentación se basaban principalmente en cuánto comemos y qué alimentos elegimos. Ahora, emerge una nueva variable: ¿cuándo comemos? Este aspecto, hasta ahora menospreciado, podría jugar un papel fundamental en nuestra salud cardiometabólica.
Así que, si estás buscando mejorar tu bienestar general, considera no solo lo que comes, sino también cuándo lo haces. Implementar una dieta que favorezca las ingestas diurnas puede no solo ayudar a regular tus niveles de glucosa, sino también tener un impacto positivo en tu salud a largo plazo.
Concluyendo, a medida que continúan las investigaciones en este área, es fundamental mantener la mente abierta a nuevas recomendaciones. La alimentación no es un tema sencillo y cada persona puede reaccionar de manera diferente. Sin embargo, basarse en la ciencia y en estudios recientes puede guiarte hacia elecciones más saludables y efectivas en tu día a día.