Actualizado el 30 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
El viaje del cacao: De Mesoamérica a Europa
El chocolate ha ido evolucionando desde su aparición en Mesoamérica, donde civilizaciones como los mayas y los aztecas usaban el cacao hace más de 3.000 años. Este alimento adquirió un gran valor cultural y económico, utilizándose como moneda y un alimento sagrado, además de ser una fuente de energía. Con la llegada de los españoles a América en el siglo XVI, el cacao se introdujo por primera vez en Europa, transformándose gradualmente en una delicia muy codiciada. No fue solo un alimento, sino también un símbolo de estatus a medida que la demanda aumentaba.
Cuándo llegó el chocolate a España: el Monasterio de Piedra
La llegada del cacao a España se atribuye a un monje llamado Fray Jerónimo Aguilar. Nacido en Écija, llegó a América con Juan de Valdivia, pero fue capturado por los mayas y soltado durante la conquista de México en 1519 gracias a Hernán Cortés. Aguilar no solo fue un intérprete invaluable durante este periodo, sino que también regresó a España con las primeras vainas de cacao y recetas de cómo preparar el chocolate.
El cacao, una planta desconocida en Europa hasta ese momento, entró en el continente tras los viajes de exploración de los españoles y portugueses a América, en especial como resultado del viaje de Aguilar a México. Sus aportaciones transformaron el chocolate de una bebida amarga a una mezcla más dulce, facilitando su aceptación en la sociedad europea.
Los monjes del Monasterio de Piedra, que fueron los encargados de las primeras elaboraciones, se enfrentaron a un dilema ético sobre su uso: ¿era correcto consumir algo tan amargo? Aunque en los inicios se utilizó principalmente como tonificante para enfermos, finalmente decidieron que su consumo no estaba prohibido por la Biblia. Esto permitió su aceptación y difusión por el resto del continente europeo.
El primer chocolate de Europa: el contexto histórico
Así, el cacao se dio a conocer en toda España desde las cocinas de este monasterio, situado en el municipio zaragozano de Nuévalos en la comarca de Calatayud, en Aragón. Este lugar tiene el honor de ser conocido como el primer sitio de Europa donde se elaboró el chocolate, teniendo esto lugar en el año 1534, así como el primer lugar del mundo donde se tomó una taza de chocolate caliente.
El Monasterio de Piedra, fundado en 1194 por monjes cistercienses provenientes del Monasterio de Poblet, desempeñó un papel significativo en la vida religiosa y cultural de la región. Su relevancia perduró hasta 1835, cuando los monjes dejaron el lugar oficialmente por la Desamortización de Mendizábal. Posteriormente, se transformó en un establecimiento turístico y fue declarado Monumento Nacional en 1983, reconociendo su valor histórico y arquitectónico.
El chocolate y sus beneficios para la salud
El chocolate es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo, y su consumo moderado puede tener altos beneficios para la salud, especialmente el chocolate negro. Estos beneficios se deben a sus propiedades nutritivas, que incluyen antioxidantes, mejora de la función cognitiva, estimulación del sistema nervioso y salud cardiovascular. Aunque es cierto que los chocolates con alto contenido de azúcar y grasa pueden contribuir al aumento de peso y problemas de salud, si se consume de manera equilibrada, el chocolate puede tener amplios efectos positivos sobre las personas.
Es importante resaltar que no todos los chocolates son iguales; los chocolates elaborados con una mayor cantidad de cacao y menos Azúcar son los que pueden ofrecer más beneficios. Por esta razón, es esencial que los consumidores lean las etiquetas y opten por productos que contengan un contenido de cacao superior al 70% para maximizar sus beneficios. Además, la moderación es clave: disfrutar de un par de onzas de chocolate negro al día puede ser una buena práctica.
El chocolate ha sido parte de la cultura y la historia de muchos países, y su evolución desde un alimento sagrado en Mesoamérica hasta una delicia global refleja el impacto que los alimentos pueden tener en nuestras vidas. Así, la historia del chocolate no solo es un relato sobre su origen, sino sobre cómo un alimento puede trascender culturas y hábitos, convirtiéndose en un símbolo de placer y bienestar en todo el mundo.