Actualizado el 3 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Con el invierno llamando a la puerta y la Navidad proclamando que queda poco para su llegada, el ambiente está más que preparado. El clima más fresco, la niebla por la mañana, las aceras mojadas, pero también, las luces en las calles y los mercadillos navideños. Sin duda, uno de los elementos más notables de esta temporada son las castañas asadas.
Un recuerdo nostálgico y saludable
A pesar de que ya no sean tan populares como hace unas décadas, las castañas son el olor más característico de los últimos meses del año. Son ese bocado que nos transporta a nuestra infancia o a esos momentos de cariño compartidos en familia. Además de ser reconfortantes y deliciosas, lo cierto es que estos frutos también son especialmente saludables.
Características únicas de las castañas
La castaña es un fruto seco; sin embargo, es el más peculiar de todos ellos. En muchas ocasiones, se las compara con los cereales debido a sus valores nutricionales, que tienen mucho más en común con estos últimos. En España, las castañas se erigen como un verdadero tesoro para la salud.
Los beneficios de las castañas
Las castañas son un alimento único entre los frutos secos, destacándose por su valor nutricional y los múltiples beneficios que aportan a la salud. Originarias de regiones templadas, han sido consumidas durante siglos no solo como una fuente de energía, sino también por sus propiedades beneficiosas para el organismo.
Mientras que los frutos secos suelen ser altamente calóricos debido a su alto contenido de proteínas y grasas saludables, las castañas tienen una proporción muy baja de estos nutrientes. Se caracterizan por un alto contenido de carbohidratos acompañado de una buena proporción de fibra. En este sentido, al tener un bajo porcentaje de grasas, ofrecen un valor energético mucho más bajo que el de otros frutos secos. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), 100 gramos de castañas contienen 209 kilocalorías.
Salud digestiva y control de peso
El bajo contenido graso de las castañas las hace menos calóricas. Esto las posiciona como una opción ideal para personas que buscan mantener un peso saludable. Además, su alto contenido en fibra dietética es esencial para una buena salud digestiva.
La fibra contribuye a regular el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo la salud del microbioma intestinal. Al consumir castañas, se obtiene un alimento que mejora la saciedad, lo que resulta útil para controlar el apetito y reducir los antojos entre horas.
Carbohidratos y energía sostenida
La composición de las castañas se basa principalmente en carbohidratos complejos, que se absorben lentamente en el organismo, proporcionando energía de forma sostenida y ayudando a estabilizar los niveles de glucosa. Este efecto es beneficioso tanto para quienes buscan controlar su peso como para aquellas personas con problemas metabólicos, como la diabetes, ya que evita los picos y caídas rápidas de azúcar.
Asimismo, las castañas son ricas en vitaminas, particularmente del grupo B, como la B1 (tiamina), la B2 (riboflavina) y la B6 (piridoxina), que son fundamentales para el metabolismo energético y para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Minerales esenciales y salud cardiovascular
En cuanto a minerales, las castañas son una excelente fuente de potasio, magnesio, fósforo y hierro. El potasio es crucial para la salud cardiovascular, ayudando a mantener un equilibrio adecuado de los líquidos en el organismo y regulando la presión arterial.
El magnesio contribuye al correcto funcionamiento muscular y nervioso, mientras que el fósforo es esencial para la formación de huesos y dientes. El hierro en las castañas ayuda a prevenir la anemia, especialmente cuando se combina con otros alimentos ricos en vitamina C que facilitan su absorción.
Antioxidantes y envejecimiento saludable
El bajo contenido en grasas de las castañas, junto con su perfil rico en antioxidantes, ayuda a proteger al cuerpo contra enfermedades inflamatorias y mejora la salud del corazón, promoviendo un envejecimiento más saludable.
Cómo consumir castañas
Al ser frutos secos, muchas personas pueden pensar que son adecuados para consumir al natural. Sin embargo, según explica la tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles, las castañas son más seguras y agradables de consumir cuando han sido cocinadas. No solo pueden asarse, sino que también es posible tostarlas e, incluso, cocerlas.
Esto se debe a que las castañas contienen muchos taninos, «compuestos fenólicos que se encuentran en la parte comestible y en la cáscara, produciendo una sensación de aspereza en la boca que se conoce como astringencia», indica la experta.
Por lo tanto, la mejor opción para consumir castañas es cocinarlas previamente. Los expertos recomiendan no consumir más de un puñado de castañas al día, lo que equivale a unos 50 gramos o alrededor de tres o cuatro castañas.