Actualizado el 27 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Llevar una vida saludable es la clave de, entre otras cosas, evitar enfermedades y prevenir la muerte prematura. Además, el cuerpo humano nos transmite señales que nos ayudan a identificar los riesgos de padecer diversas afecciones. A medida que avanza la ciencia, los estudios se multiplican, proporcionando información sobre cómo prevenir enfermedades y qué aspectos deben preocuparnos. Recientemente, un estudio ha revelado que un músculo específico podría estar vinculado a la pérdida de masa muscular acelerada y, en consecuencia, al riesgo de muerte anticipada.
El papel del músculo masetero en la salud
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Juntendo en Japón, el músculo masetero es el que ha sido objeto de análisis en su relación con la sarcopenia en adultos mayores de 65 años. Este músculo, situado en la región lateral de la mandíbula, es uno de los principales músculos de la cara y tiene un papel esencial en la masticación. Es uno de los músculos más fuertes del cuerpo humano, pero también puede estar relacionado con problemas como el bruxismo, que se produce por una tensión excesiva, o dolor miofascial.
La sarcopenia y sus implicaciones
La sarcopenia se caracteriza por la pérdida progresiva y generalizada de masa muscular, fuerza y función física. Este síndrome, que generalmente se presenta en personas mayores, puede comenzar a manifestarse a partir de los 30-40 años, cuando el cuerpo inicia la pérdida de masa muscular. Junto a esta disminución muscular, se observa una reducción de la fuerza y el impacto funcional, atribuibles a la inactividad física, deficiencias nutricionales y enfermedades crónicas.
Por ello, es importante reconocer que la sarcopenia no solo afecta la calidad de vida, sino que también está asociada a un mayor riesgo de mortalidad. De hecho, la Universidad de Harvard informa que las personas con sarcopenia tienen 2,3 veces más riesgo de sufrir fracturas por traumatismos leves, como caídas que pueden resultar en fracturas de cadera, clavícula, pierna y otros huesos. Esta pérdida de masa muscular puede llevar a discapacidad e incluso a la muerte, lo que la convierte en una problemática de salud de gran relevancia.
Resultados del estudio sobre el músculo masetero
El estudio realizado por la Universidad Juntendo también examina diversos factores que pueden influir en la salud muscular, tales como el Índice de Masa Corporal (IMC), el estilo de vida, los niveles de actividad y la ingesta nutricional. Los resultados sugieren que los determinantes del volumen del músculo masetero y la masa muscular esquelética no son uniformes.
En el informe, la doctora Saori Kakehi destacó que “los hombres con el volumen del músculo masetero más bajo** exhibieron un riesgo 6,6 veces mayor de sarcopenia, mientras que las mujeres enfrentaron un riesgo 2,2 veces mayor en comparación con aquellas que tenían un volumen más alto”. Esto es un indicativo de la importancia del músculo masetero en la salud general y su posible papel en el diagnóstico temprano de la sarcopenia.
Prevención de la sarcopenia a través del estilo de vida
Prevenir la sarcopenia es crucial para prolongar la esperanza de vida saludable y reducir gastos médicos. Para ello, los expertos recomiendan una combinación de entrenamiento de fuerza y ejercicios aeróbicos, que son fundamentales para mantener la salud general. Un estilo de vida activo es vital, así como una nutrición adecuada que incluya un consumo alto de proteínas y alimentos ricos en vitamina D y omega-3.
Dentro de este enfoque, la actividad física regular no solo fortalece los músculos, sino que puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y prevenir otras enfermedades crónicas. Además, llevar una dieta equilibrada contribuye a mantener la masa muscular y optimizar las funciones fisiológicas del cuerpo.
Con todo esto en mente, es fundamental que tomemos conciencia sobre la salud muscular, la importancia del músculo masetero y su relación con condiciones como la sarcopenia. Invertir en nuestro bienestar no solo mejorará nuestra calidad de vida, sino que, además, puede reducir el riesgo de complicaciones asociadas con el envejecimiento. ¿No deberíamos, entonces, considerar ajustes en nuestros hábitos para asegurar un futuro más saludable?